Apnea del sueño infantil

Escuchar a los niños roncan durante la noche es un fenómeno bastante común. Ahora bien, es importante reconocer la diferencia entre los ronquidos normales de los que desencadena la denominada apnea del sueño infantil. La apnea del sueño que sufren los niños -recordemos que está anomalía también la padecen los adultos- puede ocasionarles graves problemas de salud derivados de la fragmentación del sueño, el insomnio, los trastornos de conducta o las dificultades en el aprendizaje que esta provoca. Además, la apnea del sueño infantil afecta tanto al sistema nervioso como al cardiovascular y al metabólico. Este síndrome actúa tanto en bebés recién nacidos como en niños de hasta 6 u 8 años de edad. El origen de esta enfermedad suele ser por la presencia de amígdalas de gran tamaño, pero también por otros motivos como la obesidad o el síndrome de Down. Según diferentes estudios especializados en el tema, se estima que alrededor del 3% de los niños de entre 1 y 5 años padecen apnea del sueño. Asimismo, los datos indican que entre el 3% y el 12% de los niños menores de 6 años son roncadores habituales. Por ello, es fundamental aprender a identificar este trastorno y tratarlo lo antes posible. En el siguiente artículo vamos a analizar todo lo que ustedes como padres deberían conocer sobre la apnea del sueño en niños.

¿Qué es la apnea del sueño infantil?

La apnea del sueño infantil es una alteración del sueño que se caracteriza por el bloqueo parcial o total de las vías respiratorias del niño mientras duerme. Por lo tanto, su respiración se ve suspendida durante un determinado tiempo (generalmente, en intervalos de entre 10 y 30 segundos). Además, este trastorno se manifiesta en multitud de ocasiones durante la noche (entre 300 y 400 veces). La apnea del sueño -tanto en niños como adultos- es fruto de la relajación de los músculos que se encargan de mantener abierto el orifico de la garganta, de manera que el flujo de aire que llega a los pulmones se ve obstaculizado. Existen varias diferencias entre la apnea del sueño que padecen los adultos y los niños. En primer lugar, en los adultos la principal consecuencia es la somnolencia diurna, mientras que los niños es la irritabilidad y el déficit de atención. Por otra parte, la obesidad es el germen principal que provoca la apnea en la población adulta, siendo las amígdalas de un tamaño más grande de lo normal en la infantil. Para prevenir complicaciones en el crecimiento y desarrollo cognitivo de los niños, es importante que el diagnóstico y el tratamiento de este síndrome se realice lo antes posible.

¿Causas de la apnea del sueño infantil?

Existen una serie de factores de riesgo que incrementan las posibilidades de que el paciente sufra apnea del sueño infantil:

Hipertrofia adenoidea y amigdalar: lo habitual es que nuestra garganta se mantenga lo suficientemente abierta -mientras dormimos- como para permitir que el flujo de aire llegue hasta los pulmones. Sin embargo, algunos niños tienen la garganta tan estrecha que la circulación de aire se ve interrumpida durante la noche. Generalmente, esta anomalía es fruto de la existencia de adenoides o amígdalas con un tamaño mayor de lo habitual. Cuando estos tejidos tienen un volumen demasiado grande, interrumpen el flujo de aire de manera parcial o total que yegua a los pulmones. Esta detención de la respiración es lo que denominamos como apnea del sueño infantil o adulta.

Obesidad (la más común): la obesidad es la segunda causa más común de apnea del sueño en los niños. La primera en el caso de las personas adultas. Un depósito de grasa excesivo en el área anterior del cuello implica el desarrollo de obesidad faríngea que a su vez provoca el colapso de las vías respiratorias. Asimismo, los niños con demasiada grasa en el abdomen y el tórax tienden a desarrollar un movimiento irregular en su diafragma. Por consiguiente, su respiración nocturna se dificulta aún más.

Anomalías craneofaciales: micrognatia (el niño tiene la mandíbula muy pequeña); retrognatia (la mandíbula inferior del niño se encuentra retraída respecto a la superior) o hipoplasia mediofacial (el hueso maxilar superior del niño está subdesarrollado).

Macroglosia: la lengua del niño tiene un tamaño mucho más grande de lo habitual y, por tanto, puede retraerse y bloquear las vías respiratorias.

Rinitis alérgica: las alergias congestionan de forma significa las vías nasales, lo que favorece el desarrollo de apnea del sueño.

Determinados fármacos: como el Diazepam, Lorazepam, Clonazepam, Lormetazepam o Flurazepam.

Otros factores de riesgo: niños con síndrome de Down, niños con parálisis cerebral, niños con antecedentes familiares, etc.

¿Cómo identificar la apnea del sueño infantil?

De la misma manera, la apnea del sueño infantil se puede manifestar de múltiples maneras. Estos son los síntomas más evidentes de que su hijo padece apnea del sueño:

Ronquidos frecuentes y sonoros: podemos escuchar al niño roncar de manera continuada o intermitente mientras duerme. Lo recomendable es que los padres lleven a sus hijos al otorrinolaringólogo cuando los escuchen roncar dos o tres veces por semana. También cuando el sonido de sus ronquidos sea muy fuerte o cuando este no es fruto de un resfriado.

Dificultades para respirar por la noche: pausas largas y silenciosas en la respiración.

Alteraciones del sueño: el niño tiene pesadillas regularmente y se despierta varias veces durante la noche. Además, no tiene un descanso reparador lo que puede provocarle somnolencia durante el día.

Problemas de conducta: irritabilidad, ansiedad, cambios continuos de humor, dificultad para mantener la atención y concentrarse.

¿Cómo tratar la apnea del sueño infantil?

Medicamentos: Los esteroides nasales tópicos, como la fluticasona (Flovent HFA, Xhance y otros) o la budesonida (Rhinocort, Pulmicort Flexhaler u otros) pueden aliviar los síntomas de la apnea del sueño para algunos niños con apnea obstructiva del sueño leve. En el caso de los niños con alergias, el montelukast (Singulair) puede ayudar a aliviar los síntomas cuando se usa solo o con esteroides nasales.

Extirpación de las amígdalas y las adenoides: dado que el origen más común de la apnea del sueño infantil es el tamaño de las amígdalas, el tratamiento suele consistir en la extirpación parcial de la amígdala. Además, también suele extraerse las glándulas adenoides (adenoidectomía). Al extirpar estos tejidos ubicados en la garganta, la apnea del sueño desaparece.

Dispositivos de presión positiva en las vías respiratorias: cuando la extirpación de la amígdala y las adenoides no es suficiente, la opción más eficiente es el uso de dispositivos de presión positiva continua en las vías respiratorias del paciente. Este tratamiento consiste en colocar una máscara de oxígeno al niño mientras duerme. La máscara bombea un flujo de aire permanente hacia las vías respiratorias evitando que estas se cierren durante la noche.

Dispositivos bucales: para evitar la apnea del sueño en niños, también se suelen usar aparatos dentales o boquillas (ortodoncia). Estos dispositivos están diseñados para expandir el paladar y los conductos nasales. Además, pueden mover la mandíbula y la lengua del niño para que pueda respirar mejor. Sin embargo, estos dispositivos solo son eficaces en determinados pacientes infantiles.

 

El diagnóstico y el tratamiento precoz son indispensables a la hora de prevenir la apnea del sueño infantil. Si no se trata a tiempo, este trastorno puede ocasionar graves problemas en el crecimiento, el desarrollo cognitivo y en el sistema cardiovascular el niño. ¿Crees que su hijo presenta algún síntoma propio de la apnea del sueño? Acude hoy mismo a nuestra clínica Praxis Dental en Toledo. Contamos con un amplio equipo de profesionales especializados en la salud bucodental de los niños. Evaluaremos la salud bucal de su hijo para proponerte el tratamiento más eficaz contra la apnea del sueño infantil.