La boca es una de las partes mas importantes de nuestro cuerpo, por ella pasan los alimentos, las bebidas, el aire que respiramos…Esta pequeña porción de nuestro cuerpo esta formada por los labios, la lengua, los pómulos y los dientes. Cuidar de los dientes influye en la manera en la que funcionan las otras estructuras y para ello, lo mejor es cepillarlos después de cada comida. Sin embargo, a menudo olvidamos que la saliva es otro factor determinante en el funcionamiento de nuestra boca.
De promedio una persona adulta produce un litro de saliva, pero esta cantidad varia mucho según la edad. Los niños pueden llegar a producir hasta un litro y medio de esta sustancia al día, mientras que los ancianos a penas la mitad de esta cantidad. La saliva es un liquido que producimos los humanos de forma natural para evitar diferentes enfermedades en nuestra cavidad oral como son la caries o el agrietamiento de los labios, y esta compuesta en 99 por ciento de agua. Cuando por distintas razones la producción de saliva es menor de lo normal surgen los primeros síntomas relacionados con la salud bucodental.
LA SALIVA EN LA BOCA DE LOS NIÑOS
Inmediatamente después de que nuestros hijos hallan terminado de comer las bacterias que se encuentran en su boca, incluidas las de los alimentos que acaban de tragar, comienzan su labor. Las bacterias inician un proceso de metabolización en el cual trasforman los alimentos en ácidos que dañan la estructura de los dientes lentamente, hasta que aparece la caries. Por esta razón, nunca nos cansaremos de repetir una y otra vez, que hay que cepillarse los dientes después de cada comida, por muy ligera que haya sido esta.
Sin embargo, la naturaleza nos ha proporcionado un agente natural, la saliva, que en la manera de lo posible reduce el efecto de las bacterias. En primer lugar, la saliva mantiene lubricada la boca provocando que los resto de alimentos y bacterias se desplacen lentamente hacia el interior del cuerpo, por lo que el trabajo de las bacterias se reduce considerablemente. Por ejemplo, los niños que presentan holgura entre sus dientes tienen caries mucho más pronunciadas ya que la saliva no puede eliminar la placa bacteriana de esos rincones. En segundo lugar, se demostró hace mucho tiempo que los niños que respiran por la boca y por tanto, presentan una mayor sequedad, padecen caries a edades más tempranas y en mayor cantidad. Por ultimo, la saliva junto con otros elementos da lugar a lo que conocemos como fluido oral, este fluido se encarga de crear el bolo alimenticio para que podamos tragar los alimentos.
Además, aquellos niños que sufran enfermedades como la bronquitis, el enfisema, la bronquiectasia o el asma, toman a menudo medicamentos que modifican la composición de la saliva. En casos como estos se recomienda que los padres estén muy atentos al cepillado de los dientes de sus hijos pues los medicamentos que toman aumentan el riesgo de caries.
SÍNTOMAS DE SEQUEDAD BUCAL EN NIÑOS
A continuación desvelaremos cuales son las señales que nos indican que nuestro hijo tiene sequedad bucal:
– Saliva densa y muy pegajosa.
– Labios continuamente secos, con grietas y comisuras. Dolor a la hora de abrir la boca en la zona de las comisuras.
– Lengua agrietada, áspera y seca.
– Dificultad a la hora de hablar y sensación continua de sed.
– Se hace muy difícil saborear, mastigar y tragar los alimentos.
AYUDAS PARA AUMENTAR LA PRODUCCIÓN DE SALIVA
Como ya hemos explicado la saliva es un elemento fundamental para cuidar de la salud dental de los más pequeños, por lo que veremos cuales son las pautas que hay que seguir para aumentar su producción.
– Masticar los alimentos: debemos enseñar a nuestros hijos desde que aparecen los primeros dientes de leche a masticar bien los alimentos. Cuando la comida se tritura correctamente extraemos toda el agua que contiene y por lo tanto, utilizamos menos saliva para ingerirla.
– Alimentos que generan saliva: las sopas, los purés, los zumos, las ensaladas y las salsas, son comidas que aumentan la producción de saliva. Además, el regaliz y los chicles sin azúcar estimulan la fabricación de saliva y colaboran a mejorar la higiene bucal, ya que el proceso de limpieza de los de alimentos que quedan en la boca se acelera. Asimismo, los chicles sin azúcar son una fuente rica en calcio y flúor, minerales que protegen el esmalte del diente.
– Hidratarse continuamente: al estar formada principalmente por agua es fundamental que los niños con problemas de sequedad bucal beban agua abundantemente, preferiblemente en sorbos pequeños y continuos. La Organización Mundial de la Salud recomienda ingerir entre 1,5 y 2 litros de agua diaria. También se recomienda colocar pequeños cubitos de hielo en la boca ya que de este modo la sensación de sequedad y dolor se aliviara.