¿Cuántos dientes tienen los niños?

Probablemente, si usted es un padre primerizo, se haya preguntado últimamente esta cuestión. En especial, si su pequeño está comenzando a experimentar los cambios físicos propios previos a la erupción de su dentición infantil: irritabilidad, babeo, inflamación de las encías, rechazo a la comida, insomnio… Sin embargo, la respuesta a esta pregunta no es nada sencilla. El número de dientes de un niño depende de muchos factores, aunque la edad es el principal de todos ellos. Por norma general, el germen que desarrolla los primeros dientes suele formarse mucha antes de que su retoño haya nacido. Concretamente, entre la sexta y octava semana de gestación. No obstante, los primeros dientes no erupcionan hasta que el niño tiene entre seis y doce meses. Una vez que ha transcurrido este periodo, el primer diente brota de la encía del niño.

A continuación, el resto de piezas comienzan a erupcionar por si solas hasta que el niño cumple dos años y medio. Como bien sabemos, a estos dientes se les denomina en odontología “temporales”, mientras que en el lenguaje ordinario “dientes de leche”. Cuando el niño alcanza la edad de cinco o seis años, se produce el inicio de la segunda fase de la dentición infantil. A partir de este momento, su hijo comenzará a sustituir los dientes temporales por los definitivos o permanentes. Un proceso que puede prolongarse hasta que cumpla los entre los 17 y 25 años, etapa en la que suele erupcionar las muelas del juicio. ¿Le interesa saber los dientes que puede tener su hijo? ¿Quiere ayudar a cuidar la salud dental de su hijo? Continúe leyendo este interesante artículo en el que le resolveremos este tipo de cuestiones.

¿Cómo es el proceso de dentición infantil?


Los dientes no realizan su función desde que nacemos, como sí sucede con órganos como los pulmones, el corazón o nuestro cerebro. Lo cierto es que ni siquiera podemos verlos hasta que el niño cumple los seis meses de edad y sus dientes comienzan a brotar de las encías. Como ya se ha explicado, disponemos de dos tipos de dentaduras: la primera de ellas, es la formada por los dientes de leche; la segunda, está constituida por los dientes definitivos y las muelas del juicio. En el primero de los casos, los dientes temporales permanecen en la boca del niño hasta que este ha cumplido los doce años de edad.

Después de este periodo, la dentición infantil habrá dejado paso a los dientes de una persona adulta. Sin embargo, esto no quiere decir que su hijo de doce años ha desarrollado por completo su dentadura definitiva. En realidad, este proceso se extiende en un intervalo de tiempo más amplio. Esto sucede porque, tras la erupción de los dientes definitivos, comienzan a formarse las muelas del juicio. Las muelas del juicio erupcionan más tarde que es resto de dientes definitivos. Concretamente, entre los 17 y 25 años de edad.

No obstante, la gran mayoría de los adolescentes con edades comprendidas entre los 12 y 15 años poseen todos sus dientes definitivos. Aunque en ocasiones, por diferentes motivos, puede que a algunos les falte una o varias piezas. A partir de los diecisiete años, las muelas del juicio suelen brotar de las encías de los adolescentes. Un proceso que puede prologarse hasta la etapa adulta. Las muelas del juicio se desarrollan y brotan en la parte posterior de la cavidad oral. Una persona adulta que ha desarrollado toda su dentadura al completo tiene 32 dientes en total: 8 incisivos, 4 caninos, 8 premolares y 12 molares (incluidas las cuatro muelas del juicio).

Entonces, ¿cuántos dientes tienen un niño?


Dicho lo anterior, usted ya comprende cómo se desarrolla y durante cuánto tiempo sucede el proceso de erupción de los dientes. La evolución de una dentición infantil a una adulta. Por lo tanto, ahora ya podemos abordar el tema que nos atañe en este post: la cantidad de dientes que puede tener un niño. Pues bien, lo habitual es que los niños tengan 20 dientes temporales o de leche (10 en la parte superior y 10 en la inferior). No obstante, esta cantidad puede depender de diferentes factores como:

  1. Edad del niño: los dientes temporales y definitivos coinciden en tres cosas: tipología (incisivos, molares, caninos…), función (por ejemplo, los incisivos sirven para cortar la comida en trozos pequeños) y el tiempo (edad a la que erupcionan). Por lo tanto, el número de dientes que su hijo pueda tener depende de los años que haya cumplido, así como de los dientes que erupcionan en ese intervalo.
  2. Componente hereditario: la herencia es otro de los factores que puede determinar el número de piezas de una dentición infantil. En ocasiones, algunos niños no desarrollan el germen permanente. Es decir, una vez que su diente de leche ha cumplido su función, este no será remplazado con un diente permanente. A esta anomalía en odontología se le denomina agenesia. Por otra parte, puede suceder también lo contrario, es decir, que su hijo presente más dientes de lo normal (supernumerario).

En ambos casos, estas anomalías se deben a un factor hereditario. Porque algún miembro de la familia por parte paterna o materna presenta también este inconveniente. No obstante, se trata de un problema que tiene fácil solución. Cuando hay presencia de agenesia, la solución consiste en los implantes dentales. Los dientes supernumerarios se corrigen con una simple extracción con anestesia local.

  1. Traumatismos: los niños siempre están corriendo de aquí para allá. Es lo normal, ya que están en la etapa de su vida con más energía. Por este motivo, los traumatismos dentales son una de las causas más habituales por las que los niños pierden uno de sus dientes de leche. Las etapas con mayor riesgo para la pérdida de un diente por un golpe son: con dos años de edad (porque el niño comienza andar) y con siete años de edad (el niño suele comenzar a practicar deporte). No obstante, el hueco resultante de esta pérdida se remplazará por si solo cuando erupcione la dentadura definitiva. Obviamente, en el caso de los adultos –al producirse la pérdida de un diente permanente- se necesitará colocar un implante dental.

Estos son los factores más relevantes que influyen en la cantidad de dientes que puede tener su hijo. Lo recomendable es que verifique cada cierto tiempo cuantos dientes tiene su hijo teniendo en cuenta los aspectos que le acabamos de nombrar. Si intuye que a su hijo le faltan o sobran dientes, es hora de que visite su clínica de confianza para que ellos puedan tomar las soluciones pertinentes.

¿Cómo cuidar los dientes de los niños?


La mejor forma de proporcionarle a su hijo el cuidado adecuado de su dentición infantil es someterle de manera regular a un chequeo dental. Acuda cada seis meses a la consulta de un especialista para que este compruebe la salud bucodental de su hijo. Además, sigua estas pautas para garantizar la salud bucodental de su hijo:

  1. Lavarse los dientes: debe cepillar los dientes de su hijo cuando surja el primero de ello. Cuando el niño tenga cuatro o cinco año, debe enseñarle a lavarse los dientes al menos dos veces al día. La pasta de dientes debe contener flúor, ya que previene la aparición de caries.
  2. Cepillado dental adecuado: la manera correcta de lavarse los dientes es aquella en la que se realizan movimientos circulares en toda el área del diente.
  3. Uso de hilo dental: su hijo debe usar hilo dental a partir de los tres años de edad, siempre y cuando así se lo recomiende su dentista. Hasta los ocho años de edad deberá ayudar a su hijo a usar el hilo dental. El hilo dental sirve para eliminar los restos de comida que hayan quedado tras el cepillado dental. De modo, que evitan la aglomeración de la placa bacteriana y, por ende, la aparición de caries.

 

¿Tiene todavía dudas sobre cuantos dientes puede tener su hijo en estos momentos? ¿Quiere conocer más pautas para el cuidado dental de su hijo? ¡Visítenos! Estamos en calle Agua 44, 45593, Bargas (Toledo). Contamos con un equipo con muchos años de experiencia en el tratamiento y el cuidado de los dientes de los más pequeños de la casa. Nuestra finalidad es guiar y asesorar a nuestros pacientes con el mejor diagnóstico en un plazo de tiempo optimizado.

Dientes temporales: caída y precauciones

La caída del primer diente de leche es uno de los acontecimientos más importantes de nuestra juventud. Para nuestros hijos, desde un punto de vista fisiológico, marca una nueva etapa en su crecimiento. Aunque, como todos los padres sabemos, cuando ocurre este evento nuestros hijos no piensan en ello, sino más bien en la llegada del famoso Ratoncito Pérez. Dicho esto, para los padres la caída de los dientes temporales  de sus hijos representa una cuestión sobre la que tienen muchas dudas respecto a la manera correcta de actuar. Sin ir más lejos, algunos padres, al primer síntoma de debilitamiento, no dudan en arrancarlos. Sin embargo, hacer esto es cometer una grave equivocación. Los dientes de leche, como veremos más adelante, no son un servicio temporal para los niños. Para aclarar este tipo de asuntos y enseñaros como debéis actuar cuando el primer diente de leche se desprende de la boca de vuestros hijos, hemos elaborado el siguiente artículo. Prestad atención.

¿Qué son los dientes de leche?

Dado que ya os hemos explicado de forma detallada lo que son los dientes de leche, no nos extenderemos mucho en este punto. Los dientes de leche son los primeros que nacen en la boca de los niños. Estas piezas temporales comienzan a brotar de las encías a partir de los seis meses de edad. Como todos sabemos, los dientes temporales brotan de forma lenta y progresiva hasta que el niño cumple los 24 meses. Los dientes leche se mantienen en la boca de nuestros hijos hasta que estos cumplen entre 11 y 12 años. Por norma general, los niños tienen 20 piezas temporales. Diez en la arcada superior y diez en la inferior.

¿Qué hacer cuando empiezan a moverse?

Cuando notemos que los dientes de leche de nuestro hijo se están empezando a mover, lo ideal es dejarlos que sigan su curso. Hay que tener en cuenta que el proceso de caída de un diente de leche puede durar meses. Por tanto, si precipitamos su caída –por ejemplo, usando nuestra mano- podemos dañar las encías de los niños. Además, forzar la caída de un diente causará dolor a nuestro hijo. Esta recomendación queda exenta cuando la pieza temporal esta tan suelta que el niño no siente dolor al moverla. En este caso, podemos ayudar a nuestro hijo a quitarse el diente de leche.

¿Cuándo se caen los dientes de leche?

Para la caída de los dientes temporales no existe una fecha exacta. No obstante, sí que hay una estimación bastante precisa. Los dientes de leche comienzan a desprenderse de las encías de los niños cuando tienen entre cinco y seis años. Por otro lado, este proceso concluye cuando nuestros hijos cumplen once o doce años. Sin embargo, puede haber variaciones importantes entre un niño y otro. Esto último suele estar relacionado con un condicionante genético, o bien con el hecho de que las piezas hayan salido antes de que él bebe tuviera seis meses.

Fases en la caída de los dientes temporales

Los niños, generalmente, tienen 20 dientes de leche que deberán cambiar. El proceso es muy sencillo. En primer lugar, los dientes definitivos comienzan a presionar a las raíces de los temporales, puesto que quieren brotar de la encía. Posteriormente, esta presión genera que los dientes de leche se deterioren y comiencen a moverse. Finalmente, se desprenden y dejan el hueco para los definitivos. Por norma general, la dentadura inferior definitiva es la primera que suele aparecer. Por ello, son dientes de leche inferiores son los que suelen caerse primero. Una vez empezado, suelen ir cayéndose sucesivamente arriba y abajo:

– Arcada inferior: los incisivos centrales sobre los 6 años; los incisivos laterales, a los 7 años; los caninos y primeros molares a los 9 y 10 años respectivamente, y los segundos molares a partir de los 11 años.

-Arcada superior: los incisivos centrales a los 7 años; los laterales a los 8 años; los caninos a los 11 o 12 años; los primeros molares alrededor de los 9, y los segundos molares a los 10 aproximadamente.

No obstante, puede que haya retrasos en la erupción de los dientes definitivos o, incluso, retrasos. En este caso, los padres no han de preocuparse, puesto que esto se debe a que tanto temporales como definitivos están correlacionados. Dicho de otra manera, el diente definitivo brotará de la encía según cuando lo haya hecho el diente que le precede.

¿Por qué debemos dejar que los dientes de leche se desprendan solos?

A continuación, veamos cuáles son las razones por las que no debemos retirar de manera apresurada los dientes de leche:

  1. Encías: el tejido de las encías es muy sensible. Al forzar la caída de los dientes temporales corremos el riesgo de dañar este tejido. En el caso de que ocurra este, probablemente, nuestro hijo tendrá que someterse a una cirugía para garantizar que no se produzca una infección, así como la correcta curación de la herida.
  2. Dolor: como es obvio, cuando forzamos la caída de un diente el niño sentirá dolor y molestias. El dolor es sinónimo de que el diente de leche todavía no está listo para desprenderse de la encía. Los dientes temporales necesitan tiempo para que su raíz se deteriore por la presión de las piezas definitivas. Hasta que el niño no deje de sentir dolor en la pieza temporal, no debemos forzar la caída de esta.
  3. Los dientes de leche guían a los definitivos: la dentición temporal hace de guía de la permanente. Los dientes definitivos presionan las raíces de los de leche hasta que están se disuelve y pueden brotar por el hueco sobrante. Sin embargo, si extraemos antes de tiempo un diente primario, los secundarios perderán su guía. En este caso, puede que la dentadura definitiva surja torcida e, incluso, en un lugar que no le corresponde.

Cuidados de los dientes definitivos

Cuando nuestro hijo ha desarrollado la dentadura definitiva, resulta imprescindible afianzar los hábitos de higiene y cuidado bucal. Recordad deben cepillarse los dientes después de cada comida, evitar en la medida de lo posible los alimentos ricos en azúcar y acudir de manera regular a una clínica dental.