Apnea del sueño infantil

Escuchar a los niños roncan durante la noche es un fenómeno bastante común. Ahora bien, es importante reconocer la diferencia entre los ronquidos normales de los que desencadena la denominada apnea del sueño infantil. La apnea del sueño que sufren los niños -recordemos que está anomalía también la padecen los adultos- puede ocasionarles graves problemas de salud derivados de la fragmentación del sueño, el insomnio, los trastornos de conducta o las dificultades en el aprendizaje que esta provoca. Además, la apnea del sueño infantil afecta tanto al sistema nervioso como al cardiovascular y al metabólico. Este síndrome actúa tanto en bebés recién nacidos como en niños de hasta 6 u 8 años de edad. El origen de esta enfermedad suele ser por la presencia de amígdalas de gran tamaño, pero también por otros motivos como la obesidad o el síndrome de Down. Según diferentes estudios especializados en el tema, se estima que alrededor del 3% de los niños de entre 1 y 5 años padecen apnea del sueño. Asimismo, los datos indican que entre el 3% y el 12% de los niños menores de 6 años son roncadores habituales. Por ello, es fundamental aprender a identificar este trastorno y tratarlo lo antes posible. En el siguiente artículo vamos a analizar todo lo que ustedes como padres deberían conocer sobre la apnea del sueño en niños.

¿Qué es la apnea del sueño infantil?

La apnea del sueño infantil es una alteración del sueño que se caracteriza por el bloqueo parcial o total de las vías respiratorias del niño mientras duerme. Por lo tanto, su respiración se ve suspendida durante un determinado tiempo (generalmente, en intervalos de entre 10 y 30 segundos). Además, este trastorno se manifiesta en multitud de ocasiones durante la noche (entre 300 y 400 veces). La apnea del sueño -tanto en niños como adultos- es fruto de la relajación de los músculos que se encargan de mantener abierto el orifico de la garganta, de manera que el flujo de aire que llega a los pulmones se ve obstaculizado. Existen varias diferencias entre la apnea del sueño que padecen los adultos y los niños. En primer lugar, en los adultos la principal consecuencia es la somnolencia diurna, mientras que los niños es la irritabilidad y el déficit de atención. Por otra parte, la obesidad es el germen principal que provoca la apnea en la población adulta, siendo las amígdalas de un tamaño más grande de lo normal en la infantil. Para prevenir complicaciones en el crecimiento y desarrollo cognitivo de los niños, es importante que el diagnóstico y el tratamiento de este síndrome se realice lo antes posible.

¿Causas de la apnea del sueño infantil?

Existen una serie de factores de riesgo que incrementan las posibilidades de que el paciente sufra apnea del sueño infantil:

Hipertrofia adenoidea y amigdalar: lo habitual es que nuestra garganta se mantenga lo suficientemente abierta -mientras dormimos- como para permitir que el flujo de aire llegue hasta los pulmones. Sin embargo, algunos niños tienen la garganta tan estrecha que la circulación de aire se ve interrumpida durante la noche. Generalmente, esta anomalía es fruto de la existencia de adenoides o amígdalas con un tamaño mayor de lo habitual. Cuando estos tejidos tienen un volumen demasiado grande, interrumpen el flujo de aire de manera parcial o total que yegua a los pulmones. Esta detención de la respiración es lo que denominamos como apnea del sueño infantil o adulta.

Obesidad (la más común): la obesidad es la segunda causa más común de apnea del sueño en los niños. La primera en el caso de las personas adultas. Un depósito de grasa excesivo en el área anterior del cuello implica el desarrollo de obesidad faríngea que a su vez provoca el colapso de las vías respiratorias. Asimismo, los niños con demasiada grasa en el abdomen y el tórax tienden a desarrollar un movimiento irregular en su diafragma. Por consiguiente, su respiración nocturna se dificulta aún más.

Anomalías craneofaciales: micrognatia (el niño tiene la mandíbula muy pequeña); retrognatia (la mandíbula inferior del niño se encuentra retraída respecto a la superior) o hipoplasia mediofacial (el hueso maxilar superior del niño está subdesarrollado).

Macroglosia: la lengua del niño tiene un tamaño mucho más grande de lo habitual y, por tanto, puede retraerse y bloquear las vías respiratorias.

Rinitis alérgica: las alergias congestionan de forma significa las vías nasales, lo que favorece el desarrollo de apnea del sueño.

Determinados fármacos: como el Diazepam, Lorazepam, Clonazepam, Lormetazepam o Flurazepam.

Otros factores de riesgo: niños con síndrome de Down, niños con parálisis cerebral, niños con antecedentes familiares, etc.

¿Cómo identificar la apnea del sueño infantil?

De la misma manera, la apnea del sueño infantil se puede manifestar de múltiples maneras. Estos son los síntomas más evidentes de que su hijo padece apnea del sueño:

Ronquidos frecuentes y sonoros: podemos escuchar al niño roncar de manera continuada o intermitente mientras duerme. Lo recomendable es que los padres lleven a sus hijos al otorrinolaringólogo cuando los escuchen roncar dos o tres veces por semana. También cuando el sonido de sus ronquidos sea muy fuerte o cuando este no es fruto de un resfriado.

Dificultades para respirar por la noche: pausas largas y silenciosas en la respiración.

Alteraciones del sueño: el niño tiene pesadillas regularmente y se despierta varias veces durante la noche. Además, no tiene un descanso reparador lo que puede provocarle somnolencia durante el día.

Problemas de conducta: irritabilidad, ansiedad, cambios continuos de humor, dificultad para mantener la atención y concentrarse.

¿Cómo tratar la apnea del sueño infantil?

Medicamentos: Los esteroides nasales tópicos, como la fluticasona (Flovent HFA, Xhance y otros) o la budesonida (Rhinocort, Pulmicort Flexhaler u otros) pueden aliviar los síntomas de la apnea del sueño para algunos niños con apnea obstructiva del sueño leve. En el caso de los niños con alergias, el montelukast (Singulair) puede ayudar a aliviar los síntomas cuando se usa solo o con esteroides nasales.

Extirpación de las amígdalas y las adenoides: dado que el origen más común de la apnea del sueño infantil es el tamaño de las amígdalas, el tratamiento suele consistir en la extirpación parcial de la amígdala. Además, también suele extraerse las glándulas adenoides (adenoidectomía). Al extirpar estos tejidos ubicados en la garganta, la apnea del sueño desaparece.

Dispositivos de presión positiva en las vías respiratorias: cuando la extirpación de la amígdala y las adenoides no es suficiente, la opción más eficiente es el uso de dispositivos de presión positiva continua en las vías respiratorias del paciente. Este tratamiento consiste en colocar una máscara de oxígeno al niño mientras duerme. La máscara bombea un flujo de aire permanente hacia las vías respiratorias evitando que estas se cierren durante la noche.

Dispositivos bucales: para evitar la apnea del sueño en niños, también se suelen usar aparatos dentales o boquillas (ortodoncia). Estos dispositivos están diseñados para expandir el paladar y los conductos nasales. Además, pueden mover la mandíbula y la lengua del niño para que pueda respirar mejor. Sin embargo, estos dispositivos solo son eficaces en determinados pacientes infantiles.

 

El diagnóstico y el tratamiento precoz son indispensables a la hora de prevenir la apnea del sueño infantil. Si no se trata a tiempo, este trastorno puede ocasionar graves problemas en el crecimiento, el desarrollo cognitivo y en el sistema cardiovascular el niño. ¿Crees que su hijo presenta algún síntoma propio de la apnea del sueño? Acude hoy mismo a nuestra clínica Praxis Dental en Toledo. Contamos con un amplio equipo de profesionales especializados en la salud bucodental de los niños. Evaluaremos la salud bucal de su hijo para proponerte el tratamiento más eficaz contra la apnea del sueño infantil.

¿Cómo influye la salud oral en el rendimiento escolar?

Salud oral y rendimiento escolar

Acaba de dar comienzo un nuevo curso escolar y con ello regresan los deberes, el estudio y los exámenes. Aunque muchos padres lo ignoran, lo cierto es que la salud oral de los niños pueden tener una influencia negativa en su rendimiento académico. Cuando nuestros hijos no presentan una buena salud bucodental, su rendimiento escolar suele bajar de manera exponencial debido a que algunas patologías orales alteran su capacidad de concentración y rendimiento en el aula. De hecho, así lo han demostrado numerosos estudios, como el de la Escuela de Odontología de Ostrow en Polonia. El experimento concluyo que una mala salud oral determina en buena medida los resultados académicos de los niños. Además, los investigadores vieron que este fenómeno era más recurrente en los niños procedentes de familias con escasos recursos económicos. La razón es muy sencilla: estos estudiantes tienen un acceso mucho menor a los cuidados bucodentales. Por otra parte, las patologías orales aumentan el absentismo escolar, ya que los niños tienen que perder clases para asistir a consultas odontologías que solucionen sus afecciones. Asimismo, determinados tratamientos requieren reposo (por ejemplo, las intervenciones quirúrgicas) con lo cuál la asistencia a clase se ve aún mas mermada. En definitiva, la salud oral puede tener implicaciones negativas para el rendimiento escolar de los más pequeños de la casa.

La caries dental puede afectar negativamente en la concentración del niño

La caries dental es una de las enfermedades orales más recurrentes en los niños y adolescente. Se estima que esta patología afecta alrededor de 30% de los niños de entre 6 y 12 años en España. En el contexto del rendimiento escolar, la caries es la enfermedad que más influye negativamente en los resultados. Las molestias provocadas por las caries (dolor en los dientes, sensibilidad dental, etc.) impiden al niño prestar atención y concentrarse durante las clases. Algo que también ocurre con otras afecciones, como es el caso de la gingivitis (inflamación y sangrado de las encías), ya que estas también causan dolor y la necesidad de acudir con regularidad a una clínica dental. Siguiendo en la misma línea, otra enfermedad relacionada con la salud oral de los niños como la maloclusión también repercuten negativamente en los resultados académicos. La mala alienación de las piezas dentales implica que los dientes se apiñen o tuerzan, dando lugar a mordidas abiertas, cruzadas o sobremordidas. Esta anomalía dental resulta en dificultades en la masticación, la pronunciación y hasta estéticas. Los niños que sufren maloclusiones dentales suelen desarrollar problemas nutricionales, de autoestima e irritabilidad. Además, tienen complicado conciliar correctamente el sueño. Todos estos contratiempos alteran el rendimiento académico.

La importancia de los maestros en la educación sobre salud oral

El profesorado debe cobrar un protagonismo esencial a la hora de transmitirles a los alumnos la importancia de la salud oral y acudir con frecuencia a una clínica dental. Como interactuar a diario con los niños, los profesores deben tener un impacto significativo en los hábitos de higiene oral de estos. Una forma de presentarles a los niños un cuidado bucal adecuado es ejemplificando hábitos buenos para los dientes en el salón de clase. Esto puede incluir decirles a los estudiantes que se cepillen los dientes después del almuerzo o compartir historias acerca de cuán saludables y limpios quedaron sus dientes después de una consulta reciente al dentista.

Consejos para enseñarle a los niños cómo cuidar su salud oral

Tanto padres como profesores pueden seguir estas recomendaciones para ayudar a los niños a formar hábitos buenos para su salud bucodental:

Alimentación saludable: en la medida de lo posible, evitar que los niños coman alimentos dañinos para la salud oral, como las golosinas, los dulces, los frutos secos, el helado o las bebidas azucaradas. En su lugar sustituir estos por manzanas, zanahorias, leche, queso, espinacas, lechuga, fresas o bebidas con cero contenido en azúcar.

Hidratación suficiente: asegurarse de que los niños beben suficiente agua es una de las mejores formas de cuidar su salud oral. El agua contiene flúor, un mineral que fortalece el esmalte de los dientes evitando el desarrollo de las caries. Además, este líquido limpia la boca de los restos de alimentos que hayan podido quedar tras la comida. También elimina una parte de los ácidos producidos por las bacterias en la cavidad bucal. Por lo tanto, es importante que padres y maestros enseñen buenos hábitos de hidratación a los pequeños de la casa.

Reconocer su esfuerzo: es imprescindible felicitar regularmente a los niños por practicar una buena higiene bucodental. ¡Hay que motivarlos para que no pierdan el interés en cuidar sus dientes y boca! Comentarles que están haciendo un estupendo trabajo cuando se cepillan los dientes tras cada comida, usan el hilo dental, evitan determinados alimentos y beben la suficiente agua.

Exponer historias positivas: que traten sobre nuestras experiencias dentales. Evitar narrarles historias negativas, como la extracción de una muela que acabo complicándose hasta causarnos bastante dolor. Tampoco hay que decirles frases del tipo “como no te laves los dientes después de comer, tendrás que ir al dentista”. Con este tipo de comentarios lo único que hacemos es infundir un miedo irracional en los niños respecto de los dentistas.

Cepillarse los dientes con los niños: una manera efectiva de fomentar el cepillado dental en los niños es cepillarse los dientes en compañía. Se sugiere que los padres o hermanos se laven los dientes junto a los niños, preferiblemente frente al espejo. Esto les permite observar y aprender de los adultos, así como sentirse motivados por participar en esta actividad en conjunto.

Juegos para motivarlos: hacer del cepillado dental una actividad lúdica, un juego. Podemos utilizar determinados juegos infantiles, canciones o retos que hagan que cepillarse los dientes sea una experiencia agradable y divertida para los niños. Por ejemplo, un juego que consista en establecer un determinado tiempo para el cepillado y animar a que los niños acaben antes de que suene una canción divertida. También se pueden utilizar cepillos de dientes con diseños atractivos o colores llamativos para generar interés en los más pequeños.

La limpieza correcta y diaria es fundamental tanto realizarla en casa como en el ámbito escolar. Así, los niños que comen en el colegio deberían tener un cepillo y un dentífrico para lavarse los dientes después de la comida. Además, se aconseja cuidar la alimentación de los niños, evitando el abuso de alimentos con alto contenido en azúcar y ácidos. Siempre que se tomen algunos de estos será necesario un buen cepillado dental. También se han de realizar visitas periódicas al dentista para verificar que todo está correcto y actuar lo antes posible en el caso de cualquier afección.

Higiene dental nocturna en los niños

 

Higiene dental nocturna: ¿por qué es tan importante para los niños?

 

La higiene dental nocturna es importantísima para preservar la salud bucodental de los niños por dos motivos. En primer lugar, cepillarse los dientes antes de irse a dormir es imprescindible para eliminar los restos de comida y la placa bacteriana acumulada a lo largo del día. De otro, debemos tener presente que nuestro organismo produce menos saliva durante la noche. Recordemos que la saliva ayuda a mantener limpia la boca de restos de alimentos y evita la proliferación de bacterias. Por todo ello, es fundamental que los niños se sometan a una higiene dental rigurosa ante de irse a la cama.

Cuando los niños no se lavan – o lo hacen de forma deficiente- los dientes antes de dormir, su placa bacteriana aumenta de tamaño, lo que implica mayores probabilidades de desarrollar caries, gingivitis, periodontitis e incluso halitosis. Asimismo, una buena higiene dental nocturna impide la formación de sarro, una capa dura y amarillenta sobre los dientes que aparece cuando no se elimina la placa bacteria con regularidad. El sarro también favorece la aparición de la caries dental, las enfermedades periodontales o el mal aliento. Como podemos ver, el cepillado de los dientes nocturno es el más importante de todos. En los siguientes apartados, veremos con más detenimiento las consecuencias negativas de no lavarse los dientes antes de irse a la cama. También los hábitos de higiene dental que deben seguir los niños, y algunos consejos para vosotros: los padres.

Higiene dental nocturna en niños: consecuencias de no lavarse los dientes por la noche

 

Caries dentales: la caries dental es una de las patologías más comunes que desarrollan los niños que no siguen una buena higiene bucodental. En especial, aquellos que no se cepillan los dientes antes de irse a la cama. Esto se debe a que durante la noche las bacterias de la boca están mucho más activas, lo que favorece el aumento constante de la placa bacteriana. Las bacterias de la placa contienen ácidos que atacan el esmalte de los dientes.

Cuando la placa no se elimina a diario, la acción del ácido termina por corroer el esmalte y formar caries en los dientes. La caries dental tiene consecuencias graves en la salud oral de los más pequeños de la casa: molestias al masticar, sensibilidad dental, desarrollo incorrecto de los maxilares, cavidades en los dientes, pérdida de piezas…

Enfermedades de las encías: la gingivitis (inflamación de la encía) y la periodontitis (infección grave de la encía que provoca la recesión de la misma y la perdida de hueso) son otras consecuencias comunes de no lavarse los dientes antes de irse a la cama. La placa bacteria no se acumula solo en los dientes, sino que también lo hace sobre la línea de las encías. Por tanto, las bacterias acaban por deteriorar a las encías de igual manera que lo hacen los dientes.

La primera fase de esta patología (gingivitis) se caracteriza por el enrojecimiento e hinchazón de la encía. Sin embargo, cuando no se trata a tiempo, se desarrolla la periodontitis. Esta enfermedad bucodental tiene efectos negativos mucho más severos que incluyen la perdida de hueso y de los dientes.

Halitosis: una higiene dental nocturna inexistente o deficiente favorece que los niños desarrollen mal aliento. Cuando no se eliminan regularmente las bacterias de la boca, su presencia es tal que podemos percibirla hasta con nuestro olfato. Esto se debe a que durante la descomposición de las partículas de los alimentos, las bacterias liberan un gas con olor desagradable responsable del mal aliento.

¿Cuáles son los hábitos de higiene oral que deben seguir los niños?

 

Cepillarse los dientes todos los días: es muy importante asegurarse de que el niño se cepilla los dientes tras cada comida. Sin embargo, debemos poner especial atención al cepillado nocturno por los motivos que ya hemos señalado anteriormente. El cepillo de dientes tiene que ser el adecuado a la edad del niño. Además, tiene que tener un mango ergonómico y grueso, ya que facilita la maniobrabilidad. Para motivar a que el niño se cepille los dientes, se recomienda adquirir cepillos de diente con colores llamativos.

Cepillado de los dientes de forma completa: no es suficiente con que el niño se cepille los dientes después de cada comida. También es necesario que el cepillado lo realice de forma correcta. Esto significa que el cepillo debe llegar a todas las superficies de los dientes: zona interior, externa, superficie de la mordida. Además, también a la lengua, pues esta contiene muchas bacterias. Por último, el cepillado tiene que realizarse desde la línea de la encía hacia la superficie del diente.

Escoger el dentífrico adecuado: los niños deben usar pasta dental con flúor durante el cepillado de los dientes. El flúor fortalece el esmalte de sus dientes y, por tanto, previene el desarrollo de caries dentales. Sin embargo, no todas las pasta de dientes con flúor sirven para todos los niños. Depende de la edad. En función de esto: niños de entre 6 meses y 2 años (pastas dentales de 1000 ppmF); de entre 2 y 6 años (1000-1450 ppmF) y niños de más de 6 años (1450 ppmF).

Usar enjuague bucal: los niños de 6 o más años ya pueden utilizar enjuagues bucales tras cepillarse los dientes. Se recomienda su uso prioritario durante la higiene dental nocturna, ya que los colutorios eliminar los restos de alimentos y bacterias. Sin embargo, hay que escoger aquellos que no estén hechos a base de alcohol ni que contengan colorantes.

Hilo dental: la seda dental elimina la placa bacteriana donde el cepillo no puede llegar, evita el desarrollo de caries interproximal (entre los dientes) y previene la aparición de enfermedades en las encías. La edad recomendada para que comience a utilizar el hilo dental después de cada comida es alrededor de los 6 años, pero deberán tener asistencia de un adulto hasta que sean capaces de hacerlo solos.

Limpiar las encías del bebe: la higiene oral de los niños debe comenzar incluso antes de que haya brotado su primer diente de leche. Esto significa que hay que limpiar la encía, lengua y paladar del bebe para evitar que las bacterias proliferen en su boca. Para ello, se recomienda usar una gasa limpia y húmeda (en agua templada), la cual se colorará en el dedo índice y se pasará suavemente por la cavidad oral.

Cambiar regularmente el cepillo de dientes: es fundamental renovar el cepillo de dientes del niño cada 3 meses. Conforme se utiliza el cepillo, las cerdas o filamentos de este se deterioran y pierden eficacia. Un cepillo dental desgastado no puede llegar a las áreas de difícil acceso, como es el caso de los espacios entre los dientes. Además, un cepillo en mal estado suele presentar el endurecimiento de sus filamentos y, por tanto, propiciar el desgaste del esmalte. Así pues, el cepillado no solo sería deficiente, sino que puede provocar el desarrollo de caries dentales.

Limitar el consumo de azúcares: los niños no deben abusar de alimentos y bebidas con alto contenido en azúcar. Los dulces, las chucherías, los chicles, el chocolate o los refrescos azucarados, contienen gran cantidad de azúcar que se pega con facilidad a los dientes. Por tanto, facilitan la aparición de la caries.

Acudir al odontopediatra con regularidad: es importante que desde el primer año los niños acudan a una clínica especializada en odontología infantil. Los odontopediatras comprobarán que sus dientes se están desarrollando correctamente.

Cuando toman medidas proactivas para garantizar que sus hijos lleven una higiene dental nocturna adecuada, los padres juegan un papel decisivo en la salud bucodental de los niños a largo plazo. Invertir en estos hábitos no solo es una inversión en su sonrisa, sino también en su futuro bienestar general.

Disyuntor dental: tratamiento en niños

¿Alguna vez se ha preguntado para qué se utilizan los disyuntores dentales? En el caso de que su hijo tenga la mordida cruzada o invertida y necesite un aparato para corregir la mandíbula, seguro que ha oído hablar de los tratamientos dentales con disyuntores o separadores de paladar. En Dentista Infantil Toledo vamos a explicarte con profundidad todo lo que concierne al disyuntor dental y cómo se lleva a cabo este tratamiento de ortodoncia interceptiva o infantil. También echaremos un vistazo a las posibles consecuencias de no usar estos aparatos de ortodoncia, así como sus beneficios y mantenimiento. Es importante que preste atención.

¿Qué es un disyuntor dental para niños?

Un disyuntor dental es un dispositivo que usamos en ortodoncia interceptiva para aumentar el tamaño del paladar mediante una corrección del maxilar. Hay niños que desarrollar de forma incorrecta su mandíbula por múltiples factores, como chuparse el dedo, respirar por la boca, malformaciones óseas o causas genéticas. Esta anomalía puede tener consecuencias muy graves en su adultez. Desde nuestra clínica Dentista Infantil en Toledo os insistimos en la importancia de acudir de forma regular al dentista con vuestros pequeños. Las revisiones dentales son fundamentales para identificar y tratar a tiempo este tipo de patologías bucodentales.

¿Cómo funciona un disyuntor dental?

El disyuntor dental consta de dos partes: una pieza que se aloja en el paladar superior y otra que se situa en la parte posterior de los molares superiores. Estos dos elementos se mantienen unidos con un tornillo central. Este tornillo se moviliza para separar progresivamente los huesos del paladar, de manera que se va agrandando el paladar hasta que los dientes pueden alojarse en el lugar correcto. El disyuntor dental aprovecha que los niños todavía se encuentran en su etapa de desarrollo óseo, lo cual permite corregir de forma natural el paladar ojival. De esta forma, evitamos cualquier tipo de intervención quirúrgica. Por otro lado, la duración de un tratamiento de este tipo depende de factores, como la gravedad de las maloclusiones, la edad del paciente y la clase de disyuntor dental empleado. No obstante, la mayoría de las ocasiones este tratamiento suele durar entre 6 y 12 meses.

¿Qué complicaciones puede tener el paladar ojival en los niños?

El paladar estrecho es una patología que presentan muchos niños. Como cualquier otra enfermedad vinculada a la boca y los dientes, el paladar ojival ha de tratarse a tiempo. En caso contrario, esta anomalía puede tener efectos adversos para la salud bucodental de los niños. Las complicaciones derivadas de esta condición más frecuentes son:

Dientes torcidos: patología a la cual también se la conoce como apiñamiento dental. Dado que las piezas dentales no tienen el espacio necesario para colocarse correctamente, el paladar ojival suele provocar apiñamiento dental. Dicho de otro modo, los dientes del niño brotarán y se colocarán unos sobre los otros.

Dificultades en la erupción de las piezas dentales: un paladar demasiado estrecho suele provocar que los dientes de los niños no erupciones correctamente.

Mordida invertida: también llamada mordida cruzada. Esta maloclusión (alineación anormal de los dientes) es una de las más frecuentes en los niños. Los dientes superiores deben siempre morder por fuera con respecto a los inferiores. Cuando los dientes del maxilar superior engranan por dentro respecto a los dientes inferiores, decimos que existe mordida cruzada. Esta anormalidad puede generar graves complicaciones para los niños, como es el caso de dificultades al masticar o en el desarrollo del hueso maxilar.

Problemas para respirar: el paladar ojival es una de las causas principales por las que algunos niños presenta dificultades respiratorias como, por ejemplo, ronquidos o apnea del sueño.

Disyuntor dental en niños: benéficos de este tratamiento

El uso del disyuntos dental en niños ofrece muchas ventajas, de las cuales podemos destacar las siguientes:

-Corrección de la mordida cruzada, el apiñamiento dental y otros patología derivadas de las maloclusiones dentales.

-Mejora la masticación y el habla.

-Evita el desarrollo de enfermedades dentales a largo plazo, como la caries dental, la gingivitis y la periodontitis.

-Disminuye las cefaleas y dolores de mandíbula asociados a la mordida invertida.

-Previene la extracción de dientes. Los casos más severos de paladar estrecho suelen requerir la extracción de dientes definitivos para corregir la maloclusión. Como el disyuntor dental crea espacios adicionales, evita la necesidad de la extracción de dientes.

-Resulta beneficioso para el correcto desarrollo de los dientes y la cara de los niños.

Disyuntor dental en niños: higiene y cuidados

Los disyuntores dentales son aparatos que presentan mucha retención y, por su diseño, son difíciles de limpiar. Para evitar la inflamación de las encías o la aparición de caries dental en los pacientes que usan disyuntores dentales, se debe:

-Cepillar de forma rigurosa los dientes del niño 3 veces al día. Además, poner especial énfasis en el cepillado de los dientes antes de irse a la cama. Durante la noche, es cuando las bacterias se encuentran más activas. También se recomienda que el niño use enjuagues bucales con flúor tras el cepillado. Los colutorios bucales favorecen la eliminación de la placa bacteriana y los restos de alimentos que hayan quedado en su boca.

-La alimentación es otro aspecto a tener muy en cuenta durante el tratamiento con disyuntores dentales. Respecto a esta, los padres deben evitar que sus hijos coman alimentos duros o pegajosos, como frutos secos, golosinas, chicles o caramelos. Este tipo de comidas pueden provocar que el disyuntor dental se rompa. Por último, hay que controlar los malos hábitos típicos de los niños: chuparse el dedo, morder bolígrafos o lápices, etc.

¿Su hijo tiene el paladar estrecho? Es fundamental que acuda cuanto antes con el niño a una clínica de Odontopediatría especializada en ortodoncia infantil. Tan solo de este modo se podrán tratar a tiempo este problema y evitar posibles complicaciones en su salud oral en el futuro. En Dentista Infantil en Toledo contamos con un amplio y experimentado equipo de expertos en ortodoncia infantil. No espere más y solicite una cita para la evaluación y el tratamiento de su hijo. Estamos comprometidos con ofrecer el mejor cuidado y atención para la salud dental de su familia. ¡Le esperamos en nuestra clínica dental!

Salud bucodental en niños

Salud bucodental en niños: ¿Cómo cuidar sus dientes y boca?

Como padres, cuidar la salud bucodental de vuestros hijos es una tarea fundamental. Cuidar los dientes y la boca de los niños es muy importante a la hora de prevenir patologías relacionadas con esta área de su cuerpo. Tanto en su etapa infantil como adulta. Aunque la mayoría de los padres tratan de hacerlo lo mejor posible, lo cierto es que muchas veces no emplean el modo más idóneo. Además de visitar con los niños regularmente la consulta de un odontopediatra para los chequeos dentales, los padres pueden seguir unas pautas para lograr que sus hijos aprendan los mejores hábitos para la salud y prevención oral. En el siguiente artículo, os traemos una guía con las mejores recomendaciones a la hora de cuidar la salud bucodental de los niños.

Consejos salud bucodental: ¿Qué hacer para mantener la salud de los dientes y boca de los niños?

Predicad con el ejemplo: mantener vuestra salud oral

Aunque resulta bastante lógico, lo cierto es que muchas veces los odontopediatras tenemos que afrontar situaciones un tanto confusas. En ocasiones, nos encontramos con padres que requieren nuestros servicios para vigilar y cuidar la salud oral de sus hijos. Sin embargo, ellos mismos presentan un mal estado de sus dientes y/o boca. Recordad que los niños imitan todo lo que ven hacer a los adultos. Por lo tanto, es fundamental que vosotros también cuidéis correctamente vuestra salud bucodental. Decirles a los niños lo importante que es seguir unos hábitos de limpieza oral saludables. Predicad con el ejemplo: cuando vayáis a cepillaros los dientes, que vuestros hijos os acompañen. Háganlo juntos. Incluso pueden crear un sistema de puntos y recompensan para motivarles a seguir con la rutina de limpieza en lugar de escaquearse.

Mostrarles a los niños cómo cepillarse los dientes correctamente

Todos necesitamos un periodo de aprendizaje en lo relativo a cómo debe ser el cepillado de los dientes. Quizás, por ser adultos, vosotros tengáis interiorizado el modo adecuado de cepillarse los dientes. Sin embargo, con los niños no sucede lo mismo. Es fundamental mostrar a los peques de la casa como lavarse los dientes correctamente: movimientos circulares suaves, cepillado de la parte interna y externa de los dientes, evitar aplicar mucha presión, cepillarse tras cada comida… Estas son algunas de las pautas que implica el cepillado adecuado de los dientes y encías. Se recomienda que los padres supervisen el cepillado de sus hijos hasta que estos alcancen los 7 u 8 años de edad.

Usar pasta dentífrica para niños

Para cuidar la salud bucodental de los niños, es importante que estos usen la pasta de dientes apropiada. Y es que los niños no pueden emplear el mismo dentífrico que los adultos para cepillarse los dientes. Las pastas de dientes para niños se pueden adquirir en las farmacias, pero lo ideal es que utilicen la que les recomiende el odontopediatra. En especial, cuando hablamos de las dosis de flúor que llevan estos dentífricos. Respecto a este último punto:

Niños de hasta tres años: desde la erupción del primer diente hasta los 36 meses de edad, pastas fluoradas de 1000 ppm. La cantidad a aplicar sería la de un tamaño de medio grano de arroz sobre el cepillo de dientes.

Niños de entre 3 y 6 años: la misma pasta de dientes, pero la cantidad a usar en el cepillado debe ser del mismo tamaño que un grano de arroz.

Niños de 6 o más años: se debe emplear pastas de dientes con flúor a 1450 ppm. Cantidad a echar sobre el cepillo: un guisante.

Hacer uso de productos de higiene bucodental para niños

Algunos productos de higiene dental para adultos suelen dañar el esmalte de los dientes de leche o provocar afectaciones como la fluorosis. Esto se debe por el exceso de exposición al flúor, ya que el esmalte de los dientes de leche no tiene la misma resistencia y grosor que el de la dentición definitiva. Por ello, lo ideal es pedir consejo al odontopediatra sobre qué colutorios son los adecuados para los niños.

Mantener hidratada la boca de vuestros hijos

Cuando se trata de cuidar la salud bucodental de los pequeños, el agua también es muy valiosa. Mantener hidratada la boca de los niños significa que reproducir más saliva. La saliva se encarga de eliminar los restos de comida que puedan haber quedado tras un cepillado deficiente de los dientes. También evita la aparición de la caries dental, la cual es la principal patología que afecta a la salud oral infantil. Por lo tanto, es importante que vuestros hijos estén siempre bien hidratados.

Cepillarse los dientes antes de irse a la cama

Durante la noche, es cuando las bacterias y los ácidos de unos dientes y boca que no se han lavado se encuentran más activos. Por lo tanto, es el periodo en el que dañan más la salud bucodental de los bebés y niños. Es importante que los peques de la casa se cepillen correctamente los dientes antes de irse a dormir. De lo contrario, el esmalte de sus dientes se verá dañado y aumentará el riesgo de que padezcan caries dental.

Evitar los alimentos con alto contenido en azúcar

La última recomendación se refiere a que vigiléis la alimentación que los niños. Las dietas repletas de alimentos azucarados (golosinas, helados, dulces o refrescos con azúcar) favorecen la aparición de la caries. Por ello, es importante que vuestros hijos sigan una dieta saludable en la cual este tipo se produzcan solo tengan cabida de forma esporádica

Salud bucodental en niños: ¿costumbres a evitar?

Las pautas que os acabamos de mostrar no servirán de mucho, si no evitáis que los niños tengan hábitos perjudiciales para su salud bucodental. Algunas de estas costumbres dañinas son:

-Chuparse el dedo o usar el chupete durante mucho tiempo.

-Tomar únicamente alimentos blandos (pueden provocar malformaciones).

-Limpiar el chupete en la boca de la mamá (se corre el riesgo de pasar las bacterias e infecciones del adulto al niño).

Para cualquier consulta sobre salud bucodental de los niños, os esperamos en nuestra Clínica Dental Praxis en Toledo. También podéis contratar con nosotros a través de nuestro email ([email protected]) o teléfono (925 49 30 12/ 689 558 899). Contamos con un equipo de expertos en cuidar la salud oral de los niños. ¡Visitad nuestra clínica en Toledo!

La sensibilidad dental en los niños

¿En qué consiste la sensibilidad dental?

Algunas personas, cuando toman alimentos o bebidas excesivamente frías, calientes, ácidas o dulces, siente un agudo y breve dolor en los dientes. Unas molestias que incluso pueden dejarlas incapacitadas por unos instantes. La Odontología se refiere a este problema como sensibilidad o hipersensibilidad dental. Ahora bien, ¿si a los adultos la sensibilidad dental nos produce un dolor casi insoportable, cómo deben sentirlo los más pequeños de la casa? ¿Qué debe experimentar un niño con sensibilidad dental a la hora de tomar un helado o beber un refresco muy frío? Sin duda, muy, muy mal. Por este motivo, en Dentista Infantil Toledo hacemos hincapié en que, al más mínimo atisbo de sensibilidad dental en los niños, acudáis lo antes posibles a un odontopediatra para que le dé solución.

La sensibilidad dental es una patología provocada por la exposición de la dentina. La dentina es la parte más blanda de los dientes, y se sitúa justo debajo del esmalte dental. La dentina contiene en su interior una serie de tubos microscópicos que quedan expuestos por el desgaste del esmalte y el cemento que la cubren. Los elementos externos -como el frío, el calor, o el azúcar- acceden a los nervios dentales a través de estos tubos microscópicos. De esta forma, se activa la sensación de dolor por la hipersensibilidad dental. La prevalencia de la sensibilidad dental afecta alrededor de los 25 y 30% de la población española, con una mayor presencia en personas adultas. Sin embargo, también se da en niños y adolescentes. La hipersensibilidad dental más común es aquella que se produce por el contacto de los dientes con alimentos y bebidas muy frías. Además, es más frecuente en los caninos (25%) y los premolares (24%).

¿Qué causa la sensibilidad dental?

Desgaste del esmalte: como ya hemos apuntado, uno de los principales factores desencadenantes de la sensibilidad dental es el desgaste del esmalte. Dado que el esmalte tiene la función de proteger la capa exterior de los dientes, al erosionarse este deja expuesta la dentina. Con la exposición de la dentina no hay obstáculo que impidan a los estímulos térmicos, químicos o táctiles alcanzar los nervios de los dientes. Por lo tanto, sentimos dolor.

Caries dental: junto con el desgaste del esmalte la caries es la causa principal de la sensibilidad dental. En este caso, las molestias suelen darle al tomar bebidas frías o calientes y al masticar los alimentos.

Erupción dental: algunos niños pueden padecer sensibilidad dental durante la erupción de sus dientes. Principalmente, cuando brota la dentadura definitiva.

Fisura dental: los dientes fracturados por un traumatismo o por bruxismo suelen presentar también hipersensibilidad dental.

Empastes: las piezas dentales empastadas suelen perder parte del esmalte. Por lo tanto, hay más probabilidades de que se produzca sensibilidad dental en estos dientes. Asimismo, los niños con empastes de amalgama de plata pueden experimentar más sensibilidad al frío o el calor, dado que este tipo de empastes tienen una alta conductividad térmica.

Sinusitis: la inflamación de los senos paranasales puede causar la sensibilidad dental, particularmente en los molares superiores.

Higiene bucal incorrecta: es fundamental enseñar a los más pequeños de la casa a cepillarse correctamente los dientes, ya que esta podría ser otra causa de la sensibilidad dental. Cuando nos cepillamos aplicando demasiada fuerza sobre los dientes, el esmalte se puede desgastar dando pie a la aparición de la hipersensibilidad dental.

Retracción de las encías: con el paso de los años, algunas personas experimentan la retracción de sus encías. Esto deja al descubierto parte de la raíz de los dientes. La raíz de los dientes no está cubierta por el esmalte dental. Por ende, hay muchas más posibilidades de padecer sensibilidad. No obstante, por su edad, esta causa no suele darse en los niños y adolescentes.

¿Cómo prevenir la sensibilidad dental en los niños?

Por suerte, hay varios métodos que nos ayudan a prevenir la sensibilidad de los dientes en los niños. Aquí os dejamos las pautas principales para ello:

Un cepillado apropiado de los dientes: cepillarse los dientes de la manera correcta es fundamental a la hora de prevenir la sensibilidad dental. Los padres tienen que inculcar a sus hijos el hábito de cepillarse tres veces al día utilizando pasta dentífrica con flúor. Además, tienen que supervisar en todo momento a sus hijos. Tan solo de esta forma se asegurarán de que el niño emplea la técnica correcta. El cepillado de los dientes apropiado es aquel que se realiza con movimientos circulares y verticales, comprobando que todos los dientes quedan limpios. Por último, los niños tienen que usar siempre un cepillo de dientes con cerdas suaves.

Dieta saludable: una alimentación sana es valiosa a la hora de prevenir la sensibilidad en los dientes de los pequeños de la casa. Cuando nos referimos a una dienta sana, queremos decir que los padres deben restringir parcialmente el consumo de alimentos y bebidas ácidas (refrescos, dulces, bollería industrial, golosinas…), puesto que son propensos a dañar el esmalte dental. Por el contrario, se debe fomentar la ingesta de alimentos con alto contenido en calcio, como la leche o el yogur.

Protectores bucales: algunos niños practican deportes de contacto, como judo, taekwondo, kárate o boxeo. Estos deportes se caracterizan por la constante exposición a impactos en áreas como el pómulo y la mandíbula. Estos traumatismos pueden dañar el esmalte o las propias piezas dentales. Por lo tanto, hay que asegurarse de que los niños que practiquen estos deportes usen protectores bucales.

Chequeos dentales regulares: las visitas regulares a clínicas especializadas en odontopediatria son importantes para prevenir la hipersensibilidad dental en los niños. En Clínica Dentista Infantil Toledo podemos detectar y tratar la sensibilidad dental en su etapa más temprana, de modo que no se conviertan en un problema más grave para los niños.

La sensibilidad en los dientes es un problema muy molesto. Sin embargo, existen múltiples tratamientos y productos eficaces (por ejemplo, pastas dentales para la sensibilidad dental) que ayudan a aliviarla. En Clínica Dentista Infantil Toledo contamos con un amplio y experimentado equipo de especialistas en el tratamiento de patologías como la sensibilidad dental en niños. Si su hijo experimenta hipersensibilidad, no dude en acudir a nuestro centro. ¡Recibirá el mejor asesoramiento y un tratamiento adaptado a las necesidades de su hijo!

Odontopediatría: ¿Cómo motivar a los niños para ir al dentista?

La odontofobia es un fenómeno muy recurrente -sobre todo, si se trata de la primera cita- entre los más pequeños de la casa. Para padres y madres, el simple hecho de decirles a sus hijos que van a llevarlos a ver al dentista es una tarea tiránica. Esto suele complicar bastante la labor de los progenitores, cuyo objetivo es cuidar la salud bucodental de los niños. Recordemos que es fundamental que los peques de la casa acudan a una clínica dental de forma periódica para revisar el estado de sus dientes y bocas. Desde que hace acto de presencia el primer diente de leche, es necesario llevar un seguimiento y control de la boca de los niños. ¿Por qué? Por la simple razón de que esta es la mejor manera de evitar problemas bucodentales como la caries o las malformaciones. Así pues, los padres deben esforzarse en convencer a sus hijos de que un dentista de odontopediatría no es su enemigo, sino todo lo contrario. Hay que inculcar a los niños desde edades tempranas que este especialista es su aliado. Una persona que va a lograr que estén más sanos.

En referencia a nosotros – los odontopediatras- decir que nuestras clínicas están diseñadas pensando en los peques de la casa. La clínica de un dentista infantil es un entorno mucho más amigable para los niños de lo que lo puede ser la consulta de un odontólogo para pacientes adultos. Además, disponemos de un gran equipo de expertos con amplia formación en el trato con los niños. Sin embargo, esto no evita que muchos de nuestros pacientes acudan con miedo a nuestra consulta. Entonces, ¿qué pueden hacer los padres para motivar a sus hijos a visitar a un odontopediatra? Existen varios métodos que permiten evitar que los pequeños sufran odontofobia y acepten la idea de acudir al dentista como algo positivo para sus vidas. A continuación, os presentamos los más eficaces.

Odontopediatría: Consejos para preparar a los niños en su primera visita al dentista

 

Visitar la clínica antes de la primera consulta

Se recomienda visitar con el niño la clínica de odontopediatría antes siquiera de la primera consulta. En este caso, lo que se busca es que el pequeño se familiarice con el entorno. Que conozca al dentista y a todo su equipo de trabajo. Durante la visita preliminar, el niño tendrá también la posibilidad de averiguar cómo es la sala de espera, las salas de tratamiento y los espacios de higiene bucodental. Al conocer de primera mano cómo es la clínica y el ambiente que reina en ella, evitaremos en gran medida los temores del pequeño.

Evitar las amenazas

Uno de los errores más comunes que comenten los padres es obligar a sus hijos a visitar la consulta de un odontopediatra. Cuando imponemos a los niños la visita a un dentista bajo amenaza de castigo, les estamos dando a entender que la odontopediatría es algo malo. Esto lo único que provocará es que, con el paso del tiempo, las visitas al dentista se hagan cada vez más complicadas. Lo recomendable en estos casos es ser claros y directos sobre el tema del dentista. Por ejemplo, un método eficaz sería explicarle sin pelos ni señales lo siguiente: el dentista no es una persona mala. Es un amigo que quiere que tengas siempre la boquita y los dientes limpios y sanos.

Animarlos desde pequeños

Motivar a los niños a visitar la clínica desde que son pequeños es muy importante a la hora de generar confianza en ellos. Cuanto antes hagamos esto, mejor. De hecho, los niños que son animados por sus progenitores a someterse a un chequeo dental desde jóvenes se adaptan mucho mejor al consultorio del odontólogo. Los padres tienen que explicarles la importancia de la salud bucodental, la higiene dental y las visitas a las clínicas de odontopediatría. También es importante manifestarles lo qué sucedería si no se cepillan los dientes a diario o acuden con regularidad a chequeos dentales. Hablarles sobre las consecuencias de las caries, la gingivitis o la periodontitis. Expresarles el valor que tienen las visitas regulares al dentista, puesto que este es el mejor método para prevenir problemas bucodentales. Una forma de abordar estas cuestiones es destacando las diferentes funciones que realiza el dentista. Por ejemplo, podemos mencionarles que una de las tareas más comunes que llevan a cabo son las limpiezas dentales. Decidles a los pequeños lo que sucede durante las limpiezas: empleo de instrumentos especiales para la eliminación del sarro y la placa que se acumulan en los dientes. Y no olvidéis comentarles para qué sirve este tratamiento: prevención de gingivitis y periodontitis y mantener su sonrisa sana y bonita.

Nada de sobornos

¿Habéis pensado en darle un premio a vuestros hijos si aceptan ir al dentista? Muchos padres y madres recurren a métodos como este para motivar a sus hijos a la hora de acudir a un dentista infantil u odontopediatra. Les prometen golosinas, ropa, juguetes, etc., si aceptan visitar una clínica dental. Sin embargo, esta no es la mejor opción de todas. Hacer que el pequeño se acostumbre a un regalo especial cada vez que sale del dentista no es algo positivo, según los expertos. Lo ideal es simplemente felicitarles por la valentía que mostraron asistiendo a un lugar extraño. Tan solo en el caso de tratarse de tratamientos importantes es cuando se les puede recompensar con un pequeño juguete o ir a ver una película al cine.

Odontopediatría: ¿Por qué es importante que los niños vayan al dentista?

 

Favorecen una boca y dientes sanos

La mayoría de los problemas dentales en niños tienen su origen en una deficiente higiene bucodental. Esto se debe a dos motivos: los padres no saben cómo enseñarles a cepillarse los dientes, o bien los niños no siguen las indicaciones de sus progenitores. Afortunadamente, el odontopediatra, durante las visitas a la clínica, preguntará tanto a padres como a hijos cómo es la rutina de limpieza. Por último, comunicará a ambos el método más eficaz para mantener los dientes y boca limpios.

Se detectan los problemas a tiempo

Los chequeos dentales rutinarios son muy importantes a la hora de evitar o detectar cualquier clase de anomalía en la boca de los más pequeños. Cuanto antes se trate una caries o una infección de encías, mejor. El problema será menor y, por tanto, sus consecuencias y posibles soluciones también. El especialista en odontopediatría sabe cómo realizar diagnósticos precoces que evitan que las afecciones se sigan desarrollando hasta convertirse en un problema con difícil solución.

Seguimiento de los dientes de leche

Los padres suelen cometer el error de pensar que la dentición primaria no es importante porque al final se caerá y la sustituirá la permanente. Sin embargo, no es así. Los dientes de leche son importantes: ayudan a que el niño mastique correctamente los alimentos, aprenda a hablar y pronunciar correctamente. Además, estas piezas dentales son las que se encargan de preservar el espacio para los dientes definitivos. Cuando un diente de leche está dañado, suele perjudicar en la erupción y el desarrollo de uno definitivo.

Agenesia dental en niños: tipos y tratamientos

Durante la etapa de erupción de los dientes de un bebé, el pequeño suele sentir dolores que manifiesta en forma de llantos y fiebre. Este periodo es bastante complicado para los bebés y los padres, y suele prolongarse entre 24 y 30 meses hasta que salen todos los dientes de leche. Sin embargo, esta fase puede concluir con la falta de algún diente en la boca del pequeño. Asimismo, durante el recambio de los dientes de leche (aproximadamente entre los 6 y 12 años) por los definitivos también podemos observar que al niño le falten una o varias piezas de su dentadura. Cuando se produce alguna de estas dos anomalías, con casi total seguridad podemos afirmar que su hijo padece algún tipo de agenesia dental. La agenesia dental es una patología más habitual de lo que pensamos, pero hay dos estrategias para tratarla de manera eficaz.

¿En qué consiste la agenesia dental?

La agenesia dental es una dolencia bucodental que se caracteriza por la falta de una o varias piezas dentales, ya estemos hablando de la dentadura de leche o la definitiva. Contrario a lo que la mayoría estima, la agenesia dental es una patología con una prevalencia considerable entre los pequeños de la casa. Se estima que esta anomalía está presente entre el 1% y el 3% de los bebés y niños a nivel mundial. Además, es más habitual en los niños que padecen el Síndrome de Down o el labio leporino. La agenesia dental afecta a tanto a incisivos como premolares, molares y muelas del juicio. Sin embargo, la mayoría de los casos se dan en los incisivos superiores laterales y premolares. Además, la agenesia dental puede darse en dos circunstancias diferentes:

a) No brotan ni el diente de leche ni el definitivo.

b) El diente de leche si brota dando lugar a dos patologías posteriores. La primera situación que puede darse es que el diente de leche no se caiga nunca y conviva con el resto de piezas dentales. La otra posibilidad es que el diente de leche termine desprendiéndose, pero el definitivo no salga nunca.

Clases de agenesia dental

Para determinar el tipo de agenesia dental, se tiene en cuenta el número de piezas dentales que faltan en la boca. Así pues, hablamos de:

Hipodoncia: se trata de la agenesia dental más común (tanto en niños como adultos) y se caracteriza por la falta de entre una y seis piezas dentales. Por norma general, la hipodoncia no suele suponer un problema para la boca de los pacientes, ya que suele producirse por la simple falta de las muelas del juicio. De hecho, la falta de estas cuatro piezas dentales afecta al 25% de la población.

Oligodoncia: también denominada como agenesia múltiple. Esta patología (menos frecuente que la anterior) se refiere a la falta de más de 6 dientes en la boca. Además, quienes padecen Oligodoncia también suele presentar un desarrollo anómalo en los dientes que sí han brotado.

Anodoncia: es una anomalía muy poco frecuente, ya que se caracteriza por la total ausencia de dientes en la boca del paciente.

¿Qué causa la agenesia dental?

La agenesia dental está relacionada con factores hereditarios que provocan la falta de piezas dentales o que estas no se desarrollen de la manera adecuada. Las principales causas de esta patología son:

Obstrucción o apiñamiento dental: esta patología impiden que haya el suficiente espacio en la boca del niño para que puedan salir todos los dientes. Obviamente, esto significa que uno o varios dientes no se desarrollarán. Generalmente, el apiñamiento dental se da porque el hueso de la encía y/o maxilar no son lo suficientemente grandes como para acoger a todos los dientes. También puede estar causado porque el tamaño de las piezas dentales es mayor de lo normal.

Anomalías en el epitelio: el epitelio bucal es la capa de la piel que recubre la cavidad de la boca. Cuando esta se ve alterada de forma congénita, suele provocar alteraciones en el desarrollo de la dentadura definitiva.

Factores evolutivos: a lo largo de milenios la fisonomía humana ha cambiado muchísimo gracias a la evolución. Por ejemplo, el cráneo de los humanos actuales es mucho más pequeño que el de nuestros antepasados. Esto ha repercutido en el número de piezas dentales que tenemos en la actualidad (menos que hace milenios). Un ejemplo de agenesia dental provocada por la evolución humana la tenemos en la ausencia de las muelas del juicio.

¿Cómo tratar la agenesia dental?

Hay dos métodos para tratar la agenesia dental. Para determinar cuál de las dos estrategias es la más eficaz, se tendrá en cuenta el número de dientes que falten, su ubicación, la edad y la etapa de dentición del paciente.

Ortodoncia: la primera estrategia para dar solución a la agenesia dental consiste en un tratamiento ortodóncico. Con este procedimiento se busca recolocar los dientes que salieron de tal forma que sustituyan a los que faltan. Para comprenderlo mejor, veamos lo que se haría en el caso de la ausencia de los incisivos laterales. El especialista en ortodoncia colocará unos aparatos (brackets) en los caninos para reconducirlos hasta la posición en la que deberían estar los incisivos. Es decir, se empleará brackets para reducir los espacios. Finalmente, el odontopediatra procederá a pulir los caninos (contorneado dental) para que adquieran la forma de los incisivos.

Implantes dentales: el otro método para corregir esta patología consiste en la implantología dental. En primer lugar, el especialista hará uso de la ortodoncia para agrandar el espacio (que quedo por la ausencia del diente) y poder colocar el implante dental. A continuación, procederá a la colocación de los implantes correspondientes a los dientes que falten. El tratamiento de la agenesia mediante implantes es más complejo, por lo que requiere de especialistas en ortodoncia, implantología y odontopediatría.

En Praxis Dental Toledo disponemos de un amplio y experimentado equipo de profesionales que tratará de forma eficaz cualquier tipo de agenesia dental que padezca su hijo. Contamos con especialistas en Odontopediatría, Ortodoncia e Implantología, con más de una década de experiencia en el sector. ¿Buscas una clínica para tratar la agenesia dental de tu hijo? ¡Visítanos!

Diferencias entre odontopediatría y odontología

Al igual que en cualquier otro ámbito de sus vidas, los padres también desean lo mejor para sus hijos respecto a la salud budocental. Sin embargo, muchas familias siguen sin secundar las recomendaciones que los especialistas en odontología les proponemos para garantizar que la boca de sus hijos esté sana. En este sentido, hay dos errores muy frecuentes que los padres repiten constantemente. El primero tiene que ver con la primera visita del niño al dentista. Por más que insistimos en que esta visita ha de ser cuando brote el primer diente de leche en su boca, la mayoría de los niños que acuden por primera vez a una consulta lo hacen cuando tienen algún problema relacionado con su dentición, como la caries. El segundo error más habitual que comenten los padres es llevar a sus hijos a un odontólogo general en lugar de un dentista pediátrico u odontopediatra. El odontopediatra, como su nombre indica, es el verdadero especialista en la salud bucal de los niños y adolescentes. De hecho, cuenta con una formación más especializada que le obliga a contar con unas habilidades únicas para tratar a este tipo de pacientes. Como muchos padres aún no entienden la importancia de esto, en este blog os informaremos sobre las diferencias entre la odontología y la odontopediatría.

¿En qué se diferencia la odontopediatría y la odontología general?

No importa la profesión de la que estemos hablando. La experiencia que aporta el paso del tiempo y los avances tecnológicos habrá provocado que en su seno hayan surgido diferentes ramas o especialidades. Un fenómeno que también se ha dado en la Odontología, como así lo demuestran las ramas que han ido apareciendo vinculadas a la misma con el paso del tiempo: cirugía oral, odontología estética, periodoncia u odontopediatría. Respecto a esta última, los dentistas fueron conscientes de que no es lo mismo tratar a un paciente adulto que a un niño o un adolescente. Para ser odontopediatra, se requiere tener más sensibilidad con los pacientes. Además, también necesitan tener un conocimiento más extenso sobre la primera dentición (en especial, durante el primer año de vida del bebe). Por el contrario, los odontólogos generales no necesitan de una habilidad específica para tratar a los pacientes, ya que todos son adultos. Tampoco precisan de grandes conocimientos sobre los dientes de leche (aunque a veces los tienen).

Los odontopediatras son fundamentales para garantizar la salud bucodental presente y futura de la población infantil. Son profesionales que saben detectar mejor que ningún otro las anomalías tempranas que aparecen en la boca de los niños, de forma que se puedan tratar a tiempo sin provocar efectos adversos en su edad adulta. También saben orientar a los padres respecto a los mejores hábitos de higiene y cuidado bucodental para preservar la dentadura de sus hijos. Asimismo, un dentista pediátrico tienen un amplio conocimiento sobre el proceso de dentición en niños: erupción de los dientes de leche y permanentes, caries en dientes de leche, anomalías en la mandíbula, maloclusiones dentales en niños, crecimiento de huesos y músculos de la cara…

Sin embargo, la formación de los dentistas pediátrico no se detiene aquí. Los odontopediatras también han recibido ciertos conocimientos sobre el comportamiento de los niños (psicología infantil). De esta manera, disponen de las mejores técnicas para tratar a los menores sin que estos tengan miedo o se sientan nerviosos e incómodos al acudir a una clínica dental. Es fundamental que los pacientes menores estén relajados y tranquilos para que el especialista pueda tratarlos de la manera más eficiente y rápida. Por ello, es tan importante que los padres lleven a sus hijos a un odontopediatra en lugar de un odontólogo. Estarán evitando que el niño sufra traumas infantiles relacionados con la consulta dental. En definitiva: un odontopediatra es un profesional que primero debe ser odontólogo general para, después, especializarse en las necesidades dentales de los niños.

Tratamientos más comunes en odontopediatría

Como comentábamos anteriormente, la prevención y detección precoz de problemas dentales es esencial para evitar futuros problemas dentales. En este sentido, las áreas que el odontopediatra abarca habitualmente son:

Selladores de surcos y fisuras: es un tratamiento muy común para la prevención de la caries en los niños. Consiste en la colocación de un material en las fisuras o surcos que puedan presentar algunas piezas dentales, como las primeras muelas de ambas arcadas. De esta manera, se impide que se acumule la placa bacteria evitando el desarrollo de caries.

Pulpectomía: se trata de un método muy similar a la endodoncia, pero aplicado a la primera dentición. La pulpectomía se realiza cuando hay una infección o una caries avanzada en un diente de leche. El tratamiento consiste en la eliminación total de la pulpa dental o la extirpación total del nervio dental. Dependiendo de su estado, el odontopediatra recomendará la extracción de la pieza o su restauración.

Empastes dentales: la obturación o empaste dental es un tratamiento más común de lo que imaginamos en niños. Los empastes se emplean para eliminar las caries en su fase inicial, y consisten en la retirada de las mismas, el limpiado del área afectada y su posterior relleno con un material especial.

Aplicación de flúor: se trata de un proceso que busca prevenir el desarrollo de la caries. Aplicar flúor ayuda a tener unos dientes más fuertes y sanos, endureciendo el esmalte dental.

Ortodoncia infantil: es el tratamiento más común en las clínicas especializadas en odontopediatría. Dado que en esta etapa de la vida los dientes y boca del ser humano experimentan la mayoría de sus cambios, los tratamientos de esta rama son fundamentales para guiar el crecimiento de los dientes y corregir el desarrollo de los huesos. Existen diferentes tipos de ortodoncia infantil: preventiva, interceptiva, correctiva… Entre las anomalías más comunes que ayudan a corregir estos tipos de ortodoncia infantil podemos destacar: apiñamiento dental, maloclusiones dentales, paladar ojival…

Limpieza bucal infantil: además de conseguir llegar a cualquier rincón de la boca y reducir las probabilidades de desarrollar caries dental, la limpieza profesional es muy útil para que los más pequeños de la casa aprendan consejos para mejorar su higiene bucodental. Asimismo, es una opción ideal para que los niños se familiaricen con la visita al dentista.

Tras conocer las diferencias entre la Odontopediatría y la Odontología General, así como los tratamientos más comunes entre los dentistas pediátricos, os invitamos a conocer nuestra clínica Praxis Dental en Toledo. Contamos con un equipo de expertos en odontopediatría con más de 15 años de experiencia en el tratamiento de los más pequeños de la casa. Además, disponemos de las herramientas más sofisticadas para prevenir y tratar cualquier tipo de anomalía en los dientes y boca de los niños. Ofrecemos soluciones de todo tipo: prevención de caries, corrección de maloclusiones, pulpectomía, pulpotomía… Conseguiremos que vuestros hijos se sientan cómodos en nuestra clínica y, lo que es más importante, que regresen a casa con una sonrisa sana y brillante.

Lesiones dentales, ¿qué hacer?

Primeros auxilios para lesiones dentales 

La mayoría de las lesiones dentales en niños menores de 12 años se producen por caídas, mientras que en los adolescentes suelen estar relacionas con traumatismos derivados de la práctica de algún deporte. Como padres, es fundamental saber como actuar ante este tipo de contratiempos para proteger la salud bucodental de nuestros hijos. En el blog de hoy, vamos a proporcionaros una guía esencial de primeros auxilios para las lesiones dentales en los más pequeños de la casa. De esta manera, podréis tomar las medidas necesarias en caso de una situación de emergencia dental de este tipo.

¿Cuáles son las lesiones dentales más comunes en niños?

Antes de conocer las medidas que se han de tomar ante las lesiones dentales en niños, es importante saber cuáles son las más comunes:

Dientes fracturados o astillados: son las lesiones dentales más comunes en los niños. Estas se producen por una caída, un traumatismo o cuando el niño muerde objetos duros.

Dientes avulsionados: la avulsión dental se trata de cuando el diente se desplaza por completo de su alvéolo (el hueco donde se sitúa la pieza dental) debido a un fuerte traumatismo. Además, este tipo de lesiones dentales puede dañar también el hueso alveolar y los tejidos periodontales.

Dientes luxados o desplazados: cuando los niños se golpean fuertemente en la boca, a menudo alguna de sus piezas dentales se desplazan en cualquier dirección. A esto se le denomina dientes luxados. La luxación de los dientes provoca que estos no estén colocados en su posición natural e incluso la perdida de continuidad sobre los tejidos de alrededor.

Lesiones en los tejidos blandos: los niños también puede sufrir lesiones de diferente gravedad en los tejidos blandos de su boca. Por ejemplo, cortes y heridas en el labio, la lengua y la encía.

¿Qué hacer ante las lesiones dentales en niños? 

1. Estas son las medidas que se han de tomar si la lesión afecta a las encías o los dientes de leche:

-Cuando la zona afectada este sangrado, es imprescindible aplicar presión con una gasa o un paño húmedo y frío. Además, el niño ha de morder la gasa. De esta forma, la inflamación y el sangrado disminuirán.

-Ofrecer al niño un polo de hielo para que al chuparlo también logremos reducir la inflamación. Otra posibilidad es envolver un trozo de hielo en una toalla y que el niño lo apriete contra su mejilla.

-Importante también darle medicamentos que le alivien el dolor, como es el caso del paracetamol y el ibuprofeno.

-Tras estos primeros auxilios es fundamental llamar a un profesional en odontología. En el caso de los niños, se debe contactar con un odontopediatría. Estos profesionales son quienes están mejor capacitados para tratar las lesiones dentales en los niños.

-Hasta que acudamos con el niño a la clínica dental, la clave está en vigilar como evoluciona su lesión dental. Hay que vigilar la inflamación de las encías, así como si sigue sintiendo dolor o tiene fiebre o le cambia el color de los dientes.

2. Cuando se rompe una pieza dental permanente:

-Lo primero que debemos hacer es encontrar el diente o la parte de este que se ha roto y recogerla. Es importante coger el diente roto por la corona en lugar de por la raíz. Esto se debe a que en caso de poder ser colocado de nuevo evitaremos en gran medida la proliferación de bacterias en la boca del niño. A continuación, introduciremos la pieza dental desprendida o su parte rota en un recipiente con una solución salina, en leche o en la saliva del niño. Bajo ningún concepto se ha de guardar el diente en un vaso con agua del grifo.

-Cuando el diente roto sea el de un adolescente, es importante tratar de colocar de nuevo la pieza en su alvéolo sin tocar la raíz. Posteriormente, el niño ha de morder una gasa para mantener el diente en su sitio.

-Otra medida que han de tomar los padres ante este tipo de situaciones es aclarar la boca del niño con agua tibia. Además, el niño debe morder una gasa o un pañuelo para evitar el sangrado y aliviar el dolor.

– Finalmente, contactar con el odontologo lo antes posible para que el niño reciba el tratamiento adecuado. En el caso de no ser posible, se ha de acudir a un servicio de urgencias médicas. Las posibilidades de salvar un diente que se ha roto o desprendido disminuyen de manera significativa pasadas las 2 horas.

3. Cuando se produce el desplazamiento de los dientes:

-Jamás hay que intentar colocar el diente desplazado en su posición original. Esto lo único que puede provocar es que tanto la pieza dental como los tejidos blandos de la boca se vean más afectados.

-En primer lugar, lo primero que han de hacer los padres es limpiar con agua tibia cualquier resto de sangrado o de alimentos que pueda haber en la boca del niño.

-A continuación, darle al niño una gasa fría para que la muerda sobre la zona afectada reduciendo así el sangrado y la inflamación.

-Por último, contactar con un dentista que se encargara de evaluar el problema y determinará el tratamiento más adecuado.

4. Para lesiones en los tejidos blandos de la boca

-Limpiar con suavidad la herida con agua tibia para retirar la suciedad y parar el sangrado.

-Colocar una compresa fría sobre el área afectada, de modo que se reduzca la inflamación y el dolor.

– Cuando la herida es grave o el sangrado no disminuye, es fundamental buscar lo antes posible atención médica.

Las caídas o los traumatismos que provocan lesiones dentales en los niños son muy comunes. Sin embargo, esto no significa que no debamos darle la importancia que merecen. Es fundamental saber brindar primeros auxilios ante este tipo de situaciones a los más pequeños de la casa. Este tipo de medidas pueden marcar la diferencia en la salud bucodental de vuestros hijos. Los padres deben tener la capacidad de actuar rápidamente y con determinación antes las lesiones dentales de los peques. Deben evitar infecciones, el sangrado y buscar la ayuda de un profesional cuanto antes. Con la combinación de estos primeros auxilios y el tratamiento de un profesional, podréis asegurar una sonrisa sana y bonita para vuestros hijos a lo largo de su vida.

Beneficios de la Odontopediatría

La Odontopediatría es una rama de la Odontología que se encarga de tratar la salud bucodental de los niños. Los tratamientos de esta especialidad se extienden desde la erupción de los dientes de leche hasta que el niño alcanza la adolescencia. El odontopediatra es el especialista en Odontopediatría y su objetivo es la prevención y el tratamiento de todas las anomalías o enfermedades bucodentales que puedan afectar al niño. Además, también se encarga de enseñar a los padres a inculcar unos buenos hábitos de higiene bucodental a los más pequeños de la casa. En el artículo presente, vamos a hablaros de las ventajas de la Odontopediatría.

Ventajas de la Odontopediatría

1. Previene y trata la caries

La Odontopediatría es fundamental a la hora de prevenir el desarrollo de caries en los niños. Cada vez que se acude a una consulta de este tipo, el especialista en Odontopediatría inspeccionara la boca de su hijo, de modo que detectará a tiempo cualquier signo de caries. Asimismo, en la Odontopediatría hay tratamientos como la fluorización que evitan el desarrollo de caries en los dientes de los niños. Además, este especialista es quién mejor sabe cómo inculcar a los más pequeños de la casa unos hábitos de higiene dental adecuados. Conoce de qué manera los padres han de enseñar a sus hijos a lavarse los dientes, un modo que sea divertido y estimulante para ellos. Por otra parte, esta especialidad de la Odontología cuenta con otros tratamientos que evitan la aparición de caries en los dientes de los más pequeños: limpieza bucal infantil, selladores de surcos, sellados de fisuras… Y es que, pese a lo que muchas personas piensan, la caries sí se puede eliminar de los dientes de leche. No obstante, estos tratamientos siempre tienen que ser realizados por un odontopediatra. Solamente estos especialistas tienen la capacidad de tratar la caries infantil sin dañar las encías de los niños. Para ello, el tratamiento más común es la pulpotomía: procedimiento mínimamente invasivo en el cual se retira parte de la pulpa -parte interna del diente- que está dañada por la caries.

2. Previene y corrige las maloclusiones dentales

Una de las patologías dentales más comunes en los niños es la maloclusión. Esta anomalía se presenta cuando no existe un contacto adecuado entre los dientes superiores (maxilar) y los inferiores (mandíbula) al morder o cerrar la boca. Las maloclusiones tienen su origen en un mal desarrollo óseo del maxilar y o de la mandíbula del niño, así como en el apiñamiento de los dientes. La maloclusión dental tiene consecuencias muy negativas para los niños, desde problemas relacionados con su higiene bucodental y estética hasta dificultades con el habla y la respiración. Pues bien, la Odontopediatría también se centra en corregir este tipo de patologías mediante tratamientos de ortodoncia que corrigen la colocación de los dientes. El aparato ortodóncico permite guiar los dientes de los más pequeños durante su crecimiento. Un tratamiento que suele comenzarse a partir de los 6 años de edad.

3. Evita la fobia dental en niños

En muchas ocasiones los padres no llevan a sus hijos un chequeo dental porque estos padecen ansiedad dental. Pese a toda la información disponible y, sobre todo, la evolución de la Odontología -desde hace años, todos los tratamientos son indoloros-, muchos niños tienen miedo de acudir a una clínica dental. Obviamente, esto repercute en la salud dental de los más pequeños. Cuanto más tiempo pasen sin visitar una clínica dental, mayores probabilidades tendrán de desarrollar algún tipo de enfermedad bucodental. Afortunadamente, el odontopediatra es el especialista en Odontología que mejor sabe cómo evitar que los niños tengan miedo al dentista. Estos profesionales tienen la capacidad de convertir la consulta en un lugar divertido, agradable y estimulante para todos los pequeños. Se caracterizan por tener una especial empatía y trato con ellos, además de estar formados y acostumbrados a interactuar con los niños. Además, les enseñan la importancia de tener unos buenos hábitos de higiene bucodental. En definitiva, vuestros hijos tienen que visitar un odontopediatra lo antes posible. Este es el mejor método para prevenir el desarrollo de patologías dentales en los niños, así como de corregir posibles alteraciones.

¿Cuáles son los tratamientos más comunes de la Odontopediatría?

A continuación, veremos los tratamientos más habituales a los que se someten los niños en las clínicas de odontopediatría:

Sellado de fisuras: el odontopediatra emplea este procedimiento de manera habitual para evitar que los más pequeños desarrollen caries dentales. Se trata de aplicar una capa protectora en los surcos de las piezas dentales sanas, de modo que se evita que las bacterias que causan la caries puedan entrar en ellos.

Pulpectomía: es un tratamiento similar a la endodoncia. Sin embargo, la Pulpectomía se aplica sobre un diente de leche en lugar de uno definitiva. Por lo tanto, el especialista en Odontopediatría elimina la parte del tejido pulpar (nervio dental) que está lesionado por la caries. A continuación, procede a la reconstrucción y sellado del diente.

Empaste u obturación dental: la obturación dental es un procedimiento muy común -además, de sencillo- en los dientes de los niños que presentan caries. Consiste en raspar la parte del diente afectada por la caries hasta su eliminación. A continuación, el hueco resultante se rellena con materiales de relleno como el composite. De esta manera, se evitan molestias y problemas futuros, como las caries profundas.

Ortodoncia infantil: es una intervención que se emplea para corregir la posición de los dientes, así como un desarrollo anómalo en los huesos de la cara de los niños. Dicho de otro modo, la ortodoncia infantil es un tratamiento enfocado en el correcto desarrollo de los huesos maxilares y de los dientes de los más pequeños.

Fluorización: por último, aplicar flúor es otra forma de evitar que el niño desarrolle caries, ya que este elemento químico remineraliza los dientes. Además, el flúor también sirve para reforzar las piezas dentales ante fisuras o lesiones por golpes o caídas.

Como vemos, la Odontopediatría es una especialidad de la odontología que se encarga de todo lo que gira en torno a la salud bucodental de los más pequeños. El odontopediatra previene y trata patologías dentales en niños como la caries y la maloclusión dental. También ayuda a corregir problemas en la respiración o en la pronunciación de las palabras. Asimismo, les enseña a poner en práctica los hábitos de higiene bucodental correctos. Por todo ello, es fundamental que nuestros niños acudan cuanto antes a la clínica de este especialista en salud oral infantil.

Cuidar las encías inflamadas en bebés

Aiviar el dolor de encías inflamadas en bebés

La erupción de los primeros dientes de leche en los bebés es un hito importante en su desarrollo. El proceso de aparición de la primera dentición en bebés comienza alrededor de los 6 meses de edad y se prologan hasta que estos cumplen los 2 años. Sin embargo, este proceso suele venir acompañado de un trastorno muy molesto: las encías inflamadas. Cuando comienzan a brotar los dientes de leche, las encías están sometidas a mucho estrés por la erupción y formación de las piezas dentales. La inflamación gingival suele traducirse en síntomas como el dolor de las encías, así como el enrojecimiento de las mismas. Asimismo, las consecuencias de estos síntomas incluyen el babeo excesivo, el mal humor o la dificultad para comer de los bebés. Como padres, es fundamental aprender cómo aliviar el malestar de los más pequeños de la casa. A continuación, vamos a mostraros algunas soluciones efectivas para evitar o reducir la inflamación de las encías de los bebés. Tanto métodos naturales como productos recomendados por los profesionales de la salud dental infantil, es decir, los odontopediatras.

¿Qué síntomas provocan las encías inflamadas en los bebés?

Como ya os hemos indicado, lo habitual es que a los 6 meses de edad de comienzo la erupción de los dientes de leche en los bebés. Generalmente, los primeros dientes de leche en brotar son los incisivos centrales inferiores y superiores. Las encías inflamadas de los más pequeños suele manifestarse de las siguientes maneras:

-Babeo excesivo.

-Masticar y llevarse objetos a la boca.

-Irritabilidad y dificultad para dormir.

-Dolor y sensibilidad en las encías.

-Enrojecimiento de las encías.

-Aumento de la temperatura corporal, pero sin fiebre.

¿Cómo reducir los síntomas de encías inflamadas en bebés?

Masajear suavemente la encía: una manera sencilla y efectiva de mitigar el dolor provocado por la inflamación de la encía del bebe es masajearla de forma suave. Lo primero que hay que hacer es lavarse con agua y jabón abundante las manos, para evitar la trasmisión de bacterias en la cavidad oral. A continuación, con un dedo, frotamos suavemente la encía con movimientos circulares. Este procedimiento alivia de manera temporal el dolor que siente el bebé y, además, lo distrae.

Anillos de dentición refrigerados: se trata de unos dispositivos diseñados de tal manera que parecen juguetes a los ojos del bebé. El pequeño lo morderá durante todo el tiempo que dure el proceso de erupción de los dientes de leche. Los anillos de dentición se suelen enfriar en el refrigerador. Como sabemos, el frío calma el dolor y la inflamación, por lo que estos dispositivos son bastante eficaces. No obstante, debemos seguir las instrucciones del fabricante y observar al bebé mientras los usa.

Mordedores de silicona: cabe también la posibilidad de emplear los mordedores de silicona para mitigar el dolor por la inflamación de las encías. Al igual que los anillos, estos dispositivos están diseñados en forma de juguete. Igualmente, tienen como objetivo que el bebé los muerda, lo cual alivia el dolor en la encía. Debemos adquirir mordedores que sean seguros para la salud de los más pequeños y aptos para su edad.

Paños húmedos y fríos: se trata de un remedio casero, pero muy efectivo a la hora de aliviar los síntomas provocados por las encías inflamadas. Consiste en emplear un paño húmedo y frío que se envuelve alrededor de nuestro dedo para, después, frotar la encía del bebé. El frío y la presión suave ayudan a calmar el dolor y reducir la inflamación.

Asistir a un odontopediatra: en caso de que este trastorno perdure demasiado tiempo o le cause mucho dolor al bebé, es fundamental acudir a la consulta de un odontopediatra. Estos profesionales en la salud dental de los pequeños son quien mejor sabrán cómo evaluar la situación y tratar al bebé. Además, durante el chequeo pueden hallar otros problemas bucodentales.

Analgésicos para la los dientes: a veces, el odontopediatra puede recomendar el empleo de analgésicos para aliviar el dolor y la inflamación de las encías de los más pequeños. Si sucede esto, los padres deben seguir las instrucciones de uso de estos fármacos, así como las dosis recomendadas por el odontopediatra.

¿Qué tratamientos evitar para las encías inflamadas? 

Remedios de venta libre: en Internet podemos encontrar geles y pastillas sin regulación que aseguran aliviar la inflamación de las encías. Sin embargo, se trata de productos que no han pasado por ningún control, por lo que suelen producir efectos secundarios como las convulsiones y las dificultades respiratorias.

Medicamentos a base de benzocaína y lidocaína: estos analgésicos pueden ser perjudiciales, incluso mortales, para tu bebé.

Collares o pulseras para los dientes: estos dispositivos no tienen un diseño que evite que los bebés se atraganten o sufran algún tipo de lesión en su boca o infección.

La inflamación de las encías durante la aparición de los dientes de leche es un trastorno que padecen la mayoría de los bebés. Los padres deben aliviar este dolor a sus pequeños a través de masajes, anillos, mordedores o analgésicos, pero siempre recomendamos por los especialistas. En los casos más graves, la mejor solución es acudir a la clínica de un profesional de la salud dental infantil. Los odontopediatras son quienes mejor pueden ayudarnos a mitigar los síntomas de la inflamación de las encías.