Dientes podridos en niños: tratamiento y prevención

¿Qué son los dientes podridos?

Los dientes podridos es simplemente la manera en la cual la mayoría de las personas no especializadas en odontología describen a las piezas dentales que presentan caries avanzada. La caries es una de las enfermedades dentales más problemáticas y generalizadas entre la población. Cuando no se trata a tiempo, este fenómeno termina por dañar la estructura interna del diente provocando su irreversible perdida. Además, otro aspecto relevante de los dientes con mucha caries o podridos es que las bacterias se transmiten de una pieza a otra. Si no se trata un diente con caries, no solo se perderá esa pieza, sino que también pueden caerse las adyacentes. Por otro lado, la caries dental es una enfermedad más presente de lo que solemos imaginar en los niños. Sin ir más lejos, en nuestro país las estimaciones señalan que más de 500.000 niños tiene una o varias piezas dentales con caries. En el artículo de hoy hablaremos con profundidad sobre la caries dental en niños: qué la provoca, qué consecuencias tiene para la salud bucodental de los pequeños, cómo podemos tratarla y prevenirla.

¿Pueden los niños tener los dientes podridos?

Por norma general, asociamos los dientes con caries avanzada a personas adolescentes o adultas. Sin embargo, los niños también pueden presentar este fenómeno a muy temprana edad. Por ejemplo, los bebes que desarrollan la conocida caries del biberón tienen muchas probabilidades de tener caries profundas. Esto se debe a que con la caries del biberón desarrollan esta enfermedad desde que brotan sus primeros dientes de leche. Cuando los padres ignoran las primeras señales de caries en los dientes de sus hijos, la enfermedad comienza a extenderse progresivamente por el resto de sus dientes. La falta de un tratamiento adecuado -o a tiempo- hace que los niños con caries prematuras presenten dientes podridos al llegar a la pubertad. Debemos tener en cuenta que el esmalte de los dientes de leche es mucho más débil que el de la dentición definitiva. El esmalte es la capa que recubre la superficie externa de los dientes protegiéndolos de las bacterias. Si no se actúa rápidamente, las bacterias se expanden y acceden a la pulpa hasta formar una mancha negra que hace que el diente se pudra.

¿Cómo se forman los dientes podridos?

La caries dental surge por la acción de los ácidos de la boca presentes en la placa bacteriana que no se han limpiado correctamente. Tal como hemos apuntado anteriormente, el desarrollo de esta patología es progresivo. De hecho, lo habitual es que durante sus primeras fases el niño no sienta ninguna molestia. Generalmente, cuando aparecen los primeros síntomas de dolor quiere decir que la caries está en un estado avanzado de desarrollo, lo que con mucha probabilidad requerirá un tratamiento más complejo que un simple empaste. Por ello, siempre insistimos en que vuestros hijos se hagan chequeos dentales con regularidad. El odontopediatra es quien mejor puede detectar cualquier anomalía en la boca de los niños, antes siquiera de que vosotros la percibáis. Regresando a lo que nos atañe en este apartado; para hablar de un diente podrido han de pasar las siguientes fases:

  • Las bacterias comienzan a deteriorar el esmalte de los dientes, que es la capa que se encarga de proteger su interior.

  • Cuando el esmalte dental se ha debilitado, las bacterias prosiguen con su trabajo sobre la dentina, la cual preserva la cámara púlpar.

  • Al llegar a este punto, el tratamiento mediante empastes u obturación del diente es irreversible, ya que estos tejidos no se regeneran.

  • La siguiente fase, la más severa, es cuando la caries sigue actuando sobre la pulpa dental. Este tejido blando, que se encuentra en el interior del diente, contiene los nervios y vasos sanguíneos de la pieza. Cuando la caries llega a este lugar, se produce una infección muy severa y dolorosa que inflama los dientes y las encías.

  • Una vez que la caries ha alcanzado la capa interna del diente, es inevitable que aparezcan manchas negras sobre la superficie de la pieza hasta que esta acaba fracturándose y perdiéndose.

¿Cómo tratar los dientes podridos en niños?

El tratamiento para curar una caries dental y, en última instancia, un diente podrido, varía según la gravedad del caso:

Empastes dentales: mediante este tratamiento el odontopediatra elimina el tejido muerto o afectado del diente, para después rellenar el hueco resultante con composite. Este procedimiento es el empleado cuando el daño sobre el diente es leve.

Incrustación: se trata del mismo procedimiento que el tratamiento anterior. Sin embargo, en este caso el proceso solo se realiza sobre los molares. Consiste en restaurar una muela cuando esta ha perdido gran parte de su superficie dentaria y no es posible tratarla únicamente con una obturación.

Coronas dentales: es un tratamiento indicado para aquellas piezas dentales que han perdido gran parte de su volumen por la caries. Para su restauración se coloca una funda (corona) sobre el diente que queremos restaurar. Además, para asegurar la sujeción de la corona, probablemente el especialista inserte un perno de fibra de vidrio que conecte el diente con la funda.

Implantes dentales: finalmente, cuando la caries ha dañado severamente el diente y no es posible preservarlo, se procederá a su extracción. A continuación, colocaremos un implante dental en su lugar que hará de raíz dentaria, devolviendo la estética y funcionalidad de la boca a su normalidad. No obstante, este procedimiento solo se aplica en personas adultas. En el caso de los niños, el dentista puede valorar la colocación de una prótesis removible.

Consejos para evitar la caries en niños

Evitar el consumo excesivo de azúcar: bollería, repostería, refrescos azucarados, jugos, caramelos, helados, etc.

Correcta higiene dental: cepillarse los dientes después de cada comida, especialmente tras la cena.

Prevenir la caries del biberón: para ello, es fundamental retirar el biberón y el chupete antes de que el bebe cumpla los dos años de edad.

Utilizar la pasta dentífrica adecuada: pasta con flúor.

Revisar la boca de los niños: tanto en casa como acudiendo a un chequeo dental una o dos veces al año.

Alimentos que fortalecen los dientes

Como siempre os decimos, es fundamental cuidar los dientes y boca de vuestros hijos para que puedan disfrutar de una salud bucodental adecuada el resto de su vida. Sin embargo, no basta con que se cepillen los dientes o acudan de manera regular a hacerse un chequeo dental. También hay otros hábitos que contribuyen a mantener sus dientes y boca sanos. Comer y beber ciertos alimentos y bebidas también contribuyen a que su salud bucodental sea la correcta. En el artículo de hoy, vamos a daros una serie de recomendaciones acerca de lo qué debéis hacer a la hora de las comidas de vuestros hijos para mejorar la salud de sus dientes. ¿Qué deben comer? ¿Qué alimentos hay que evitar? ¿Cuándo usar o dejar de usar el biberón? ¿Qué alimentos ayudan a fortalecer los dientes? Este tipo de cuestiones y algunas más las trataremos a continuación:

Consejos para que los niños tengan una salud bucodental de hierro

La mayoría de los alimentos y bebidas diseñados para los bebés se caracteriza por contener un alto nivel de azúcar. Asimismo, nuestros dientes necesitan un tiempo para recuperarse tras cada comida. Por esta razón, es fundamental reservar aquellos alimentos y bebidas más azucarados para el desayuno y la hora de comer, evitando dárselos en la cena o justo antes de que se vayan a la cama. Las únicas bebidas que se consideran totalmente saludables para los dientes de los bebés y niños son la leche y el agua. Además, es importante que tomen alimentos ricos en proteínas, calcio, minerales y vitaminas A, C y D, de modo que puedan mantener sus dientes fuertes y sanos. Este tipo de productos contienen una serie de nutrientes que contribuyen a fortalecer el esmalte y protegen las encías. Antes de mostraros los alimentos y bebidas más saludables para los dientes y boca de los niños, vamos a facilitaros una serie de consejos dependiendo de la edad de vuestro hijo que son fundamentales a la hora de preservar su salud bucodental:

1. Recomendaciones en bebés (0-2 años)


-Bebidas: procurar darle solo leche y agua, evitando los jugos, zumos o bebidas azucaradas.

-Empleo del biberón: comenzar a usar el biberón cuando el bebé tenga 6 meses, dejando de emplearlo cuando cumpla los 12 meses.

-Alimentos con mucha azúcar: reservar los alimentos y bebidas con más azúcares para el desayuno y la comida. Nunca les deis este tipo de productos en la cena o al acostarse. En el caso de necesitar el biberón por la noche, que este contenga agua en lugar de leche u otra bebida. Si es imprescindible la leche por la noche, diluirla en agua hasta que el bebé termine bebiendo solo agua.

-Cuidado con los azúcares añadidos: es importante leer las etiquetas con los ingredientes de los alimentos. De esta manera, evitaréis darle al bebé alimentos con azúcares añadidos presentes en: miel, jarabes, melaza, glucosa en polvo, fructosa, sacarosa…

-Aperitivos saludables: aprended a darle al bebé a media mañana y en la merienda alimentos saludables bajos en azúcar. Por ejemplo, fruta fresca, queso o yogur natural.

-Bebidas azucaradas: evitar que el bebé tome bebidas azucaradas (refrescos, zumos, jugos…), ya que tiene mucha azúcar y no les aportan ningún beneficio a su dieta. Las bebidas de este tipo suelen provocar caries y resultan difíciles de sustituir por otras más saludables, cuando el bebé las prueba por primera vez.

-Higiene: por último, recordad que es fundamental la limpieza de sus dientes, encías y boca antes de irse a la cama.

2. Consejos para niños (de tres años en adelante)


-Planificación de su alimentación: es importante programar las comidas de los niños a partir de los 3 años de edad. Para que la dieta de los niños sea beneficiosa para su salud bucodental y general, es fundamental que incluya las proteínas, carbohidratos (en su mayoría, de absorción lenta), grasas (saludables), vitaminas y nutrientes necesarios. El reparto de las comidas debe ser: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. A media mañana y en la merienda debéis darle aperitivos saludables en lugar de productos procesados y altos en azúcar.

-Bebidas: principalmente, están han de consistir en leche y agua. Por el contrario, los refrescos azucarados y los zumos se han de evitar en la medida de lo posible.

-Darles un respiro: aunque es importante que vuestros hijos lleven una alimentación saludable durante la mayor parte del tiempo, puede ser beneficioso dejarles comer y beber lo que quiera de vez en cuando. Es mejor que se salten la dieta una vez al día en lugar de que se la salten todos los días. Asimismo, trata de reservar los alimentos y bebidas con más azúcar para el desayuno o la comida. De esta manera, el daño a sus dientes será mucho menor que durante la cena.

Higiene: tres veces al día, con un cepillo adecuado a los niños y con una pasta dentífrica especifica que contenga flúor.

Alimentos y bebidas que cuidan la salud bucodental

Queso: es queso es uno de los alimentos que contiene más calcio y fósforo, nutrientes muy beneficiosos para la salud bucodental. Asimismo, es un alimento que equilibra el pH de la boca y restaura el esmalte de los dientes. Los quesos más recomendados a la hora de fortalecer los dientes son: cheddar, camembert y roquefort.

Leche: al igual que el queso, aporta mucho calcio a nuestro organismo. La leche es un alimento fundamental a la hora de formar los dientes y los huesos de los niños. Por tanto, es importante que asegurarnos de que toman la cantidad necesaria todos los días.

Manzanas: la manzana no puede faltar nunca en la dieta de los niños. Por un lado, se trata de una fruta que ayuda a limpiar de manera natural los dientes y las encías. Asimismo, es un alimento que, por su alto contenido en fibra, estimula la segregación de saliva. La saliva es indispensable para la limpieza y la conservación de los dientes, ya que combate los ácidos que los debilitan. La manzana es un aperitivo ideal a la hora de la merienda.

Fresas: la fresa es una fruta que no os costará dar a vuestros hijos, por el hecho de que suele ser la preferida por los niños. Las fresas contienen xilitol, un elemento que combate de manera eficaz las bacterias, evitando el desarrollo de caries. No obstante, es importante señalar que cualquier tipo de fruta tiene azúcares, por lo que es fundamental que el niño se cepille los dientes después de su ingesta.

Cuidar la salud bucodental  de los niños durante sus primeros años de vida es muy importante. Además de una correcta higiene dental y las revisiones periódicas dentales, incorporar alimentos a su dieta que fortalezcan sus dientes puede ser de gran ayuda para que sus hijos disfruten de una boca sana el resto de su vida.

Lactancia materna y los dientes de los niños

Hoy vamos a hablaros de un tema muy importante, de una cuestión que pueda evitar que vuestros bebés desarrolle enfermedades bucodentales como la caries o las maloclusiones. Nos referimos a la importancia de la leche materna respecto a la salud bucodental de los más pequeños de la casa. Prestad atención, pues esto les interesara a muchos de ustedes.

¿La lactancia materna previene la caries?

En efecto, la leche de la madre ayuda a evitar que los dientes del bebé desarrollen las temidas caries, ya que contiene anticuerpos (inmunoglobulinas) que evitan su crecimiento. No obstante, los bebés y niños pequeños pueden tener caries si no se evitan los siguientes patrones erróneos de conducta:

– Alimentar al bebé varias veces por la noche, tanto con el pecho como con el biberón.

– Excesivo consumo de alimentos con alto contenido en azúcar.

– No tomar suficiente flúor

– Presencia de una cantidad menor a la normal de esmalte en sus dientes (hipoplasia dental)

-Transmisión temprana de bacterias, por ejemplo, proveniente de la saliva de los padres.

La mejor alternativa a la hora de evitar el desarrollo de caries en bebés y niños pequeños es que los padres se comprometan con su higiene bucodental. Cuando el bebé aún no haya comenzado a desarrollar la primera dentición, bastará con que los papás limpien su encía con una gasa humedecida en agua. Una vez que los primeros dientes empiezan a brotar, se usará el cepillo de dientes y una pasta especial para niños pequeños.

¿Cómo influye la lactancia materna en la mordida?

La etapa de lactancia materna, periodo en el que el bebé se ingiere leche materna,  abarca muchos beneficios para el correcto desarrollo de la musculatura de su boca, evitando entre otras anomalías:

1. Maloclusión dental: es decir, cuando se produce un mal contacto entre los dientes superiores e inferiores del niño causado por el apiñamiento de estos, las sobremordidas y las mordidas cruzadas. El movimiento de succión del pezón comprende el uso de la lengua y los músculos maxilares por parte del bebe, de modo que favorece el buen desarrollo de estos. De hecho, se estima que empleando de manera regular los músculos maxilofaciales para amamantarse, el niño tienen un 50 % menos de probabilidades de desarrollar maloclusiones.

2. Paladar ojival, estrecho, hendido…: la lengua influye de manera fundamental en la configuración del paladar. Cuanto más use el bebé su lengua de forma adecuada, como por ejemplo durante el amamantamiento, más probabilidades hay de que su paladar se forme correctamente. En cambio, cuando el niño usa demasiado el biberón corre el riesgo de que su paladar se deforme, tanto en altura como en anchura. La razón de la presencia de esta deformidad se debe a que la lengua del bebe no puede alcanzar el paladar cuando succiona la tetina. Algo que sí sucede durante el acto de amamantarse.

3. Deglución atípica: se produce cuando el niño coloca de manera inapropiada su lengua en el momento de tragar los alimentos. Esto anomalía provoca que la lengua ejerza más presión en los incisivos superiores o inferiores, cuyo resultado es que los dientes se desplacen hacia delante. La etapa de lactancia repercute en los patrones de deglución del niño. Cuando un bebé succiona el seno, establece el patrón adecuado para la colocación de la lengua. Por tanto, evita la aparición de la deglución atípica, la cual también influye en la respiración nasal.

Es de gran importancia que el bebe se amamante al menos durante sus 6 primeros meses de vida. De esta manera, podemos evitar pautas incorrectas que puede afectar a su mordida, deglución de alimentos y respiración.

¿Qué sucede si el bebé muerde durante la lactancia materna?

Como os hemos explicado en numerosas ocasiones, los primeros dientes de leche brotan de la encía del bebé a partir de los seis meses de edad. No obstante, hay casos esporádicos en los que el bebe ya nace con uno o varios dientes, mientras que otros no los desarrollan hasta que alcanzan los 12 meses de vida. Una parte importante de las madres evita amamantar a su bebé cuando de su encía comienzan a brotar los primeros dientes de leche. ¿El motivo? Pues porque tienen miedo a que su bebé les muerda el pezón. Sin embargo, frente a este temor, las madres deben saber que muy pocos bebés con dientes muerden durante la lactancia. Cuando el bebé se amamanta de su madre, no mordisquea el pezón, ya que la lengua cubre sus dientes inferiores. Quizás, lo que si podría darse –cuando se está a punto de destetar al bebé – es que el niño tirase del pezón. Este contratiempo se puede solucionar fácilmente: la madre debe retirar el pecho de la boca de su bebe para que este entienda que si tira del pezón no se le dará leche.

Beneficios de la leche de vaca para los dientes del niño

Entre los 6 meses y 2 años de edad el niño abandona la lactancia materna. En esta etapa de su vida es cuando la leche de vaca toma el relevo con los siguientes beneficios:

1. Remineralización dental: los dientes son porosos y, por tanto, van perdiendo minerales por debajo de su superficie. La leche de vaca contiene sustancias como el calcio o el fósforo en cantidades suficientes como para que los dientes de los niños no se desmineralicen.

2. Gran aporte de energético y de calcio: el tetrabrik con leche entera de vaca contienen alrededor de 600 kcal por litro, siendo así una gran fuente de energía para el niño. Sin embargo, lo más interesante de la leche de vaca es su alto contenido en calcio y fósforo biodisponible. Es decir, el organismo del niño puede emplear todos los nutrientes con mucha facilidad. Para aclarar esta cuestión, el cuerpo humano tiene una capacidad para procesar la leche de vaca mucho mayor que, por ejemplo, la leche de soja.

¿Cepillo eléctrico o manual para tus hijos?

Los padres tienen la responsabilidad de que sus hijos sigan una correcta rutina de higiene oral, ya que este es el mejor modo de prevenir las caries o las enfermedades de las encías. De igual modo, es importante que los niños acudan de manera regular a la clínica dental para realizarse un chequeo dental a fin de evitar cualquier patología relacionada con la cavidad bucal. Una de las dudas más frecuentes que los padres y madres nos preguntan en la clínica de Praxis Dental Toledo es qué clase de cepillo de dientes es el más adecuado para sus hijos: cepillo electrico o manual. En el artículo de hoy vamos a resolveros esta cuestión. Sin embargo, tener en cuenta que, independientemente del cepillo que se escoja, lo fundamental es que la limpieza oral de vuestros hijos sea la correcta.

¿Cuándo es mejor el cepillo eléctrico y el manual? 

Como ya hemos explicado en otras ocasiones, no es necesario que los niños utilicen el cepillo hasta que la mayoría de sus dientes de leche han erupcionado (alrededor de los 2 años de edad). Antes de esta etapa, basta con limpiar las encías del niño con una gasa para eliminar los restos de leche y otros alimentos. Conforme van saliendo los dientes de leche es el momento de introducir en su higiene oral un cepillo manual para niños y un poquito de pasta dental. En este periodo no es recomendable que los niños utilicen el cepillo eléctrico, puesto que los movimientos y la fuerza que este ejerce puede resultarles molesto. Además, no es conveniente que un niño de tan corta edad manipule un cepillo eléctrico.

A partir de los 4 o 5 años de edad, el niño ya puede emplear sin problema el cepillo eléctrico para el cepillado de sus dientes. Los cepillos eléctricos limpian con más eficacia los dientes y las encías que los cepillos manuales. Esto se debe a que son capaces de hacer movimientos giratorios de manera constante con lo que conseguimos retirar más cantidad de placa bacteriana que con los cepillos tradicionales. Sin embargo, tanto si se elige el cepillo manual como el eléctrico, es fundamental que los padres supervisen en todo momento la higiene oral de sus hijos. Es muy importante cerciorarse de que el niño se limpia correctamente los dientes.

Diferencias entre los cepillo eléctrico y manual 

Hay dos diferencias que distinguen a los cepillos eléctricos de los tradicionales. La primera, obvia para todos, es que al ser eléctricos son mucho más cómodos. Los niños no tienen que ejercitar movimientos complicados para que el cepillo retire los restos de comida de su boca. En segundo lugar, mientras los cepillos manuales se deben utilizar con movimientos verticales, los eléctricos funcionan realizando movimientos circulares a través de un cabezal que rota. Así pues, los cepillos eléctricos tienen varias ventajas sobre los manuales:

A) Mejor cepillado de los dientes con mucho menos esfuerzo.

B) Limpieza de áreas de dificultad acceso. Los cabezales de los cepillos eléctricos son capaces de rodear las piezas dentales por completo. Por lo tanto, las limpian en profundidad.

C) Elimina más restos de comida de las encías. El cepillo eléctrico, con sus giros rotatorios, es capaz de eliminar los retos de comida acumulados en los bordes de las encías, así como en los espacios que hay entre cada diente.

D) Menor riesgos de desgaste (abrasión por fricción) de los dientes al realizar la limpieza de los mismos. Los cepillos eléctricos tienen un mecanismo que controla la presión que ejercemos sobre los dientes durante el cepillado. El cepillado manual, por el contrario, puede llegar a limar el esmalte de los dientes.

Pese a todo, esto no significa que debamos desechar los cepillos manuales. Los cepillos tradicionales también tienen sus virtudes, empezando porque son mucho más ecónomicos. Además, los cepillos manuales son más recomedables después de una cirugía oral, cuando haya puntos de sutura y en algunos tratamientos especificos de ortodoncia. Por lo tanto, la elección de uno u otro cepillo es algo subjetivo. Como os hemos comentado, lo fundamental es que, sea cual sea el cepillo elegido, la higiene oral de los niños sea la correcta.

Consejos para el cuidado del cepillo eléctrico y manual 

El mantenimiento del cepillo de dientes también es importante. Para evitar que se acumulen en él las bacterias, la limpieza y la conservación cuando no se usa deben seguir las siguientes pautas:

Limpieza: después de cada cepillado hay que lavar meticulosamente el cepillo y dejar que se seque antes de colocarlo en el portacepillos. Cuando lo dejamos sin secar, facilitamos que la humedad desarrolle bacterias en las cerdas. Al lavar el cepillo debemos asegurarnos de que en él no quedan restos de comida ni de pasta dental.

Un cepillo por persona: nunca hay que compartir los cepillos de dientes. Esto supone un riesgo muy elevado de contraer infecciones. Los padres deben enseñar esto a sus hijos desde que comienzan a usar el cepillo de dientes. A la hora de almacenarlos es importante verificar que no entrar en contacto con otros cepillos.

No compartirlos: utilizar el cepillo de dientes de otra persona supone un riesgo de contraer cualquier tipo de infección. Hay que enseñar a los niños a no hacerlo.

Renovación del cepillo: se recomienda cambiar el cepillo manual o eléctrico cada tres meses. De la misma manera, también han de ser sustituidos cuando las cerdas estén dobladas y desgastadas. Un cepillo con las cerdas en mal estado pierde efectividad. Resulta muy complicado llegar a las zonas de difícil acceso para eliminar la placa bacteriana que allí se encuentre.

Limpieza del portacepillos: también es importante lavar regularmente el recipiente donde almacenamos los cepillos. En el fondo de los portacepillos también se acumulan muchas bacterias que acaban por adherirse a las cerdas del cepillo de dientes. Por lo tanto, para evitar el riesgo de infecciones hay que lavar cuidadosamente el recipiente donde almacenamos los cepillos.

Recordad que una limpieza oral correcta implica que vuestros hijos se cepillen los dientes después de cada comida (sobre todo, antes de irse a la cama). De igual modo, el cepillado debe durar al menos dos minutos para que se puedan eliminar todos los restos de comida. Asimismo, en niños de 5 o más edad se recomienda también el empleo del hilo dental. Por último, en caso de que el odontopediatra lo haya indicado, emplear enjuague bucal especifico para niños.

Recesión gingival: la pérdida de encía en niños

Es habitual que los padres acudan con sus hijos a nuestra clínica de Praxis Dental en Toledo, cuando notan que los dientes de los más pequeños de la casa se ven más largos o tienen menos tejido gingival a su alrededor. La perdida de encía en los niños, aunque menos frecuente que en los adultos, es un problema que afecta a más del 10% de la población joven española. Por norma general, la recesión gingival en los niños suele afectar a las piezas del sector anterior de la arcada inferior (muelas) y, lo habitual, es que se deba a una anomalía en la erupción de los dientes por malposiciones. Sin embargo, en otras ocasiones esta irregularidad está vinculada a cuestiones distintas y no siempre representan un problema para los más pequeños. En este artículo vamos a explicaros en qué consiste, las causas y los posibles tratamientos asociados a la perdida de encía en niños.

¿En qué consiste la pérdida de encía en los niños?

La recesión gingival es el término empleado por la odontología para referirse a la perdida de la encía que recubre las piezas dentales. La recesión gingival es una enfermedad que afecta tanto a niños como adultos, y se caracteriza por la disminución progresiva del tejido que rodea a los dientes. Cuando esta enfermedad no se trata, lo habitual es que los dientes queden cada vez más expuestos. A medida que el tejido o la encía que rodea a las piezas dentales se retrae, la raíz de los dientes queda cada vez más expuesta. Debemos tener en cuenta que la función principal de la encía es la de proteger, recubrir y sostener los dientes. Sin embargo, cuando esta se retrae por la recesión gingival no puede cumplir su cometido.

Lo habitual es no notar cambios en las primeras etapas de la recesión gingival. De hecho, esta es una de las razones por las que los padres no suelen tomar ningún tipo de precaución con la boca de sus hijos. No obstante, a medida que la perdida de encía en los niños se hace más evidente, es inevitable que esta les provoque muchas molestias u otras enfermedades dentales más graves. Las principales manifestaciones derivadas de la recesión gingival en los niños son:

– Sensibilidad dental: cuando las raíces de los dientes quedan expuestas, es inevitable que la sensibilidad dentaria haga acto de presencia. Muchos niños que acuden a nuestra consulta por la perdida de encía tienen molestias al tomar alimentos muy fríos o calientes, dulces o salados.

– Gingivitis: al retrotraerse la encía la acumulación de placa bacteria aumenta. Cuando sucede esto, lo habitual es que los niños desarrollen gingivitis. La gingivitis es una enfermedad que se caracteriza por la inflamación, el enrojecimiento y el sangrado de las encías.

– Halitosis oral: debido a la mayor acumulación de bacterias entre los dientes por la recesión gingival, los niños suelen presentar mal aliento.

– Movilidad dentaria: causada por la perdida del tejido que rodea a los dientes.

– Dientes largos: la recesión de la encía también afecta a la apariencia de los dientes de los niños. La recesión gingival hará que sus piezas dentales parezcan demasiado largas, ya que deja expuesta las raíces.

¿Qué causa la pérdida de encía en los niños?

Contrario a lo que se suele pensar, la recesión gingival no tiene el mismo origen en los niños que en las personas adultas. En los adultos, la causa más común está vinculada a la periodontitis, una enfermedad periodontal provocada por la infección de las encías que puede destruir el hueso que sostiene los dientes. Sin embargo, esta patología no es habitual en los niños. Por norma general, la perdida de encía en los niños tiene que ver con los siguientes motivos:

-Malposiciones: una pieza dental que no está ubicada donde debería estarlo suele sobresalir a través de las encías y, por tanto, favorecer su retracción. Cuando en la boca de los niños no hay el espacio suficiente, lo habitual es que los dientes definitivos erupcionen de manera desordenada (malposición dentaria). En este intento por buscar su lugar en la arcada, los dientes suelen afectar a la encía.

– Bruxismo: el bruxismo es una patología que se caracteriza porque los más pequeños de la casa aprietan y rechinan las piezas dentales de manera inconsciente. La acumulación de presión continuada afecta tanto a los dientes como al tejido que los rodea. Las encías suelen retraerse como mecanismo de defensa ante el bruxismo.

– Factores genéticos: como sucede con otras enfermedades dentales, la herencia puede ser otro de los desencadenantes para que el niño pierda la encía. Se ha comprobado que los niños con padres que padecen recesión gingival suelen también tener este problema. Asimismo, los factores genéticos también los hacen de volverse más propensos a desarrollar gingivitis y periodontitis.

– Cepillado agresivo de losa dientes: lavarse los dientes con demasiada presión, fuerza y brusquedad lleva a que las encías se irriten y se retraigan para alejarse del trauma. Usar un cepillo dental con cerdas demasiado duras también puede provocar este efecto.

¿Cómo tratar la recesión gingival en los niños?

La prevención es muy importante a la hora de evitar que los niños desarrollen recesión gingival. En este sentido, los padres deben estar atentos a cualquier señal que les indique que sus hijos están perdiendo las encías. Al menor atisbo de esta patología deberán acudir a la consulta de un odontopediatra para que este revise la boca de sus hijos. Cuando el odontopediatra diagnostique esta enfermedad en el niño, debe tener en cuenta varios factores antes de proceder a su tratamiento. Dependiendo de cuál sea el origen, la cantidad de tejido perdido, el grado de exposición de los dientes y los síntomas asociados, el proceso para la cura de esta enfermedad será uno u otro. Los profesionales en odontología infantil también tienen en cuenta otros factores antes de tratar esta patología en niños como, por ejemplo, la edad del paciente, la posición y ubicación de los dientes afectados e, incluso, si se prevé un tratamiento de ortodoncia en el futuro.

Basándose en todos estos datos, el odontopediatra puede tomar diferentes caminos para solucionar esta anomalía. En primer lugar, el dentista puede considerar que lo más oportuno es esperar a ver cómo evoluciona esta enfermedad en lugar de intervenir. Cuando se toma esta conducta, el odontopediatra exigirá que el niño acuda a su consulta de manera regular para comprobar como evoluciona la patología. Se trata de observar y esperar durante la época en la que erupcionan los dientes definitivos. En especial, cuando se trata de casos en los que la perdida de encía es pequeña y está vinculada a la erupción de dientes definitivos mal ubicados. Y es que en muchas ocasiones un tratamiento de ortodoncia puede corregir la recesión gingival, ya que se emplea para reubicar dientes que causan el problema en las encías. Con el tiempo esto mejorará la situación de los dientes y, por tanto, lo habitual es que la recesión gingival se detenga.

No obstante, cuando la perdida de la encía tenga su origen en el bruxismo, será necesario el empleo de férulas de descarga para disminuir la tensión en la boca del niño. Por último, en los casos que no estén relacionados con las anomalías que acabamos de nombrar, o bien que estén muy avanzados, el odontopediatra puede tomar la decisión de tratar la recesión gingival. Lo habitual en estos supuestos es el empleo de técnicas seguras y efectivas para los niños como los injerto de encías o la técnica quirúrgica estenopeica (tratamiento mínimamente invasivo que estira y coloca la encía en su ubicación original).

La importancia de cuidar las encías de los niños

La mayoría de las ocasiones la recesión gingival en niños está asociada a factores que los padres no pueden evitar. Sin embargo, hay medidas que los adultos sí pueden tomar para evitar que los niños desarrollen esta patología. La higiene bucodental es fundamental para cuidar las encías de los más pequeños de la casa. Los padres deben procurar que los niños se cepillen los dientes correctamente después de cada comida. Un cepillado que llegue a todas las partes de los dientes y encías es primordial. Asimismo, el mismo debe llevarse a cabo con delicadeza para no dañar los tejidos blandos que queremos preservas. Por esta razón, el cepillo debe tener unas cerdas suaves.

Por otro lado, es importante que los niños también hagan uso del hilo dental, así como de pastas dentales con flúor y enjuagues bucales para mejorar los resultados. Tampoco debemos olvidar que la alimentación puede afectar a la salud bucal. Por ello, es importante que los niños lleven una alimentación saludable, donde los alimentos ricos en azúcar sean la excepción. Finalmente, los padres no deben olvidarse de acudir de manera regular (cada 6 meses o máximo un año) a la clínica con sus hijos para chequeos dentales. Con estos cuidados simples podrás atender la boca de tu pequeño y ayudarlo a no tener dificultades con sus encías.

¿Ortodoncia para corregir un solo diente?

La ortodoncia es una rama de la odontología que se encarga de corregir problemas como la desalineación y el apiñamiento de los dientes. Por norma general, los pacientes que presenten maloclusiones necesitan ortodoncia, ya que esta anomalía suele impedirles masticar los alimentos y cepillarse los dientes de la manera adecuada. Cuando un paciente es incapaz de cepillarse los dientes correctamente, corre un riesgo mucho mayor de desarrollar enfermedades como la caries, la gingivitis, la periodontitis o la perdida de dientes. Por ello, la ortodoncia es uno de los tratamientos más utilizados en odontología, tanto en niños (odontopediatría) como en adultos. Generalmente, la ortodoncia se aplica a todos los dientes de la boca o a una sección amplia de la mandibular. Sin embargo, es posible que haya casos en los que los niños presenten problemas en un solo diente. Para evitar esta situación, es muy importante que los pequeños visiten de forma regular al ortodoncista a partir de los seis años de edad.

La ortodoncia ha sido estigmatizada durante décadas, puesto que emplea dispositivos como brackets que modifican el aspecto del paciente. No obstante, durante los últimos años han ido surgiendo nuevos tratamientos como la ortodoncia invisible, que han disminuido considerablemente el rechazo de los pacientes a estos procedimientos. A pesar de ello, todavía hay muchas personas que se resisten a llevar aparato por incómodos o poco estéticos. Esto suele ser el caso de pacientes (sobre todo, niños) que no presentan severas anomalías de apiñamiento o de mordida. ¿Su hijo tiene tan solo un diente montado sobre otro? ¿El pequeño de la casa tiene dos dientes ligeramente separados? Seguramente, te estarás preguntado sí es necesario que tu hijo lleve puesto un aparato de ortodoncia infantil para corregir un solo diente. A continuación, te contaremos en qué casos es necesario que tu pequeño lleve ortodoncia para corregir un solo diente.

¿Qué causa la desalineación o el apiñamiento de los dientes?

Como en cualquier otro tratamiento ontológico, lo primero que debemos saber es qué causa anomalías como la desalineación o el apiñamiento de los dientes. Estos son los motivos por los que su hijo puede tener los dientes torcidos:

1. Factores genéticos: el apiñamiento dental, la desalineación de los dientes, la sobremordida, etc., son anomalías que pueden deberse a factores hereditarios. Si usted o alguien de su familia presenta estos problemas, sus hijos también corren el riesgo de desarrollarlos.

2. La succión del pulgar: el hábito de chuparse el dedo pulgar, el uso excesivo del chupete o del chupete, también suelen provocar que los dientes se tuerzan.

3. Deglución atípica: la presión de la lengua en el paladar al tragar también puede mover las piezas dentales y dar lugar a dientes torcidos.

4. Perdida de un diente: enfermedades como la periodontitis o la caries que no se tratan a tiempo suelen provocar la perdida de los dientes. Cuando se pierde una pieza dental, el hueco resultante suele desplazar los adyacentes y, por tanto, ocasionar maloclusiones.

¿Cuándo emplear la ortodoncia infantil para corregir un solo diente?

Como ya hemos comentado, la ortodoncia infantil en un solo diente es posible, pero esta podrá ser aplicada solo en determinados casos. Por norma general, cuando queremos mover un solo diente mal situado, se recomienda aplicar un tratamiento de ortodoncia que desplace y recoloque también el resto de piezas. Esto es así porque el desplazamiento de un solo diente afecta a la posición de los demás. Una de los tratamientos que más empleados en Dentistainfantiltoledo para corregir la posición de los dientes de los niños es la ortodoncia invisible. Mediante este procedimiento aseguramos que su hijo tenga los dientes en la posición adecuada sin emplear dispositivos que afecten a su estética. Por otra parte, algunos dientes simplemente presenta traumatismos o una insuficiente higiene dental, para los que hay tratamientos dentales específicos que no requieren de ortodoncia.

En otros casos, las carillas dentales son una alternativa a la ortodoncia infantil para corregir un solo diente si la malposición no es muy grave y no existen problemas en la mordida. Veamos un ejemplo de ello. Imagina que tu hijo tiene un diastema (una ligera separación entre dos piezas dentales), quizás sea posible cerrarla mediante el empleo de las carillas dentales. Las carillas dentales no son un tratamiento de ortodoncia sino de estética. Los odontólogos empleamos las carillas para modificar la forma o el tamaño de dientes concretos. Por lo tanto, en estos casos si podríamos evitar que su hijo lleve puesto un dispositivo de ortodoncia infantil para corregir un solo diente. Sin embargo, recuerda que aun así es necesario que el pequeño acuda a un ortodoncista para que este valore lo que realmente es necesario. Quizás, se pueda corregir el diastema con la carilla dental, pero puede que no.

El motivo es el siguiente: su hijo tiene un diastema y crees que es un defecto meramente estético. Cuando sucede esto, las carillas dentales puede ser suficiente. Sin embargo, imagina que la diastema no es solo un defecto estético, sino que además tu hijo tienen un problema de mordida leve que tú, por tu cuenta, eres incapaz de identificar. Acudes a una clínica, le explicas al dentista que no es necesario que el niño lleve ortodoncia para corregir el problema porque piensas que es estético. El especialista coloca las carillas dentales y oculta el diastema. No obstante, la maloclusión queda sin tratar, lo cual acaba por ocasionarle al pequeño problemas a la hora de morder o incluso desgaste dental. Por ello, siempre recomendamos visitar de forma regular al ortodoncista. Solamente este profesional puede valorar correctamente cuál es el origen de la desalineación o el apiñamiento dental. El ortodoncista identificará si se trata de un problema dental o de la mandíbula y conocerá la relación que existe entre ambas arcadas, para lograr que los dientes estén alineados y que la mordida sea la correcta.

Tanto si se trata de ortodoncia infantil para un solo diente o para todos, este tratamiento es de vital importancia en niños. La ortodoncia infantil evita que los pequeños desarrollen problemas a nivel mandibular y dental que favorecen la aparición de caries y enfermedades de las encías. ¿Quieres conocer si tu hijo necesita ortodoncia para un solo diente? Visite nuestra clínica de odontopediatria en Bargas (Toledo).

Aplicaciones para la higiene bucodental

Como siempre os hemos dicho: la higiene bucodental de los más pequeños es muy importante. Cuando descuidamos su cuidado, se multiplican las posibilidades de que los niños desarrollen enfermedades como la caries, la gingivitis, la periodontitis, o problemas estéticos como las maloclusiones. Dolencias que, en la mayoría de los casos, afectarán también a su vida adulta. Hasta la fecha, os hemos hablado en reiteradas ocasiones cómo cuidar la higiene bucodental de vuestros peques. Sin embargo, sabemos que por el trabajo, la familia y demás, no siempre disponéis del tiempo suficiente para prestar la debida atención a la higiene dental de los niños.

Para facilitaros un poco las cosas, en este artículo os vamos a mostrar las aplicaciones para móviles sobre el cuidado bucodental más populares. Apps desarrolladas con el único fin de que los niños aprendan por si solos la importancia de su salud bucodental. ¿A qué os interesa? Pues bien, entonces seguir leyendo este post. Gracia a este artículo no tendréis que emplear tanto tiempo en educar a los niños sobre salud bucodental.

Higiene bucodental en niños: ¿por qué los padres deben supervisarla?


Los padres deben supervisar la higiene bucodental de sus hijos desde que llegan a este mundo. Cuanto antes adquiera el niño el hábito de cepillarse los dientes tras cada comida, menos probabilidades tendrá de desarrollar enfermedades derivadas de una mala higiene bucal. Por supuesto, el cepillado no se debe hacer de cualquier manera. Como os hemos explicado en numerosas ocasiones, la higiene dental debe llevarse a cabo con el cepillo adecuado, hilo dental, colutorios, dentífricos con flúor, etc. La técnica a seguir es la siguiente: el cepillo de dientes debe estar colocado en un ángulo 45° con las encías. A continuación, procederemos a mover suavemente el cepillo de adelante hacia detrás. Primero se deben cepillar los dientes por el exterior, más tarde por su interior. Por último, siempre comenzaremos por los dientes de la arcada superior para finalizar el lavado con las piezas del maxilar inferior.

Otro de los motivos por lo que es fundamental que los padres vigilen la higiene bucodental de sus hijos es la disciplina. Sabemos que la constancia no es algo muy característico de los niños. Sin embargo, solamente mediante la perseverancia el niño adquirirá la costumbre de lavarse los dientes correctamente después de cada comida. Gracias al empeño de los padres en esta cuestión, sus hijos desarrollarán una personalidad tenaz y persistente hacia el autocuidado. Cualidades que, además, le serán de gran ayuda a lo largo de su vida en muchos otros ámbitos.

¿Qué consecuencias tiene no lavarse los dientes?


No lavarse los dientes o hacerlo de manera deficiente acarrea muchos problemas para la salud bucodental de los niños. Las dolencias más comunes que presentan los niños con una higiene dental deficiente son las siguientes:

Caries: se producen por la destrucción del tejido de los dientes debido a la presencia de ácidos procedentes de los restos de comida. Las caries son el problema más habitual que las clínicas de odontopediatría observan en sus pacientes. Cuando no se tratan a tiempo, las piezas dentales pueden infectarse hasta el punto de perderlas.

Gingivitis: otra de las dolencias derivadas de una higiene dental limitada es la gingivitis. La gingivitis se caracteriza por la inflamación, enrojecimiento e hinchazón de las encías. Se trata de un problema muy común en niños y en adultos, pero reversible. Esta enfermedad de las encías tiene remedio si se trata a tiempo, ya que el hueso de la encía y el tejido que conectas los dientes a esta aún no han sido dañados.

Periodontitis: es una enfermedad de carácter grave que afecta a las encías. La periodontitis es el siguiente paso a la gingivitis no tratada a tiempo. En esta etapa el hueso y los tejidos blandos están destruidos parcial o totalmente. Entre las principales consecuencias de esta enfermedad de las encías destacan: la pérdida de dientes, el sangrado de la encía, el mal aliento, las infecciones bucales y la sensibilidad dental.

Aplicaciones para móvil sobre higiene bucodental


Los teléfonos móviles inteligentes nos ofrecen una gran cantidad de funciones que nos pueden ayudar en el día a día. Los smartphones cuentan con una amplia variedad de aplicaciones que nos pueden ser de gran ayuda en ciertas circunstancias, incluyendo, la mejora de la salud bucodental de los niños. Desde que nacen, los más pequeños de la casa se han acostumbrado al uso de los teléfonos móviles. Para ellos resulta muy sencillo utilizar las aplicaciones, que a modo de juego les ayudan a ser conscientes de la importancia de cepillarse los dientes después de cada comida. De ahí, que muchos especialistas en odontopediatría recomienden su uso. A continuación, os presentamos las cinco apps sobre higiene dental más populares y divertidas entre los niños:

Bad Teeth Doctor: es una de las aplicaciones más recomendadas por los especialistas en odontología infantil. Bad Teeth Doctor permite a los niños aprender a lavarse correctamente los dientes, pero también a conocer lo importante que es cuidar la salud dental. La app actúa como un odontopediatra que enseña a los peques a cepillarse las cavidades de los dientes y la lengua. Además, la aplicación muestra a los niños las herramientas que se emplean en una clínica dental. De esta manera, se familiarizan, y acudir a consulta les será menos complicado. Pierden el miedo.

Brushy Time: con esta app siempre sabrán el tiempo exacto durante el que deben cepillarse los dientes. Se puede elegir entre tres canciones que tienen la duración exacta durante la que se debe realizar la higiene bucal completa, incluyendo el enjuague posterior al cepillado. Así podrá limpiar correctamente sus dientes de una forma divertida.

Happy Touch: es una de las aplicaciones más entretenidas para los más pequeños de la casa. En primer lugar, el niño elige un personaje. A continuación, escoge los alimentos que va a darle al avatar. Por último, tras la comida el personaje tiene que ir a lavarse los dientes. De este modo, los más pequeños de la casa aprender la rutina: tras cada comida hay que cepillarse los dientes. Además, la app les indica en todo momento los pasos que han de dar para lavarse los dientes. El niño tiene que hacerlo con el smartphone.

Disney Magic Timer: es un método divertido para que los niños se cepillen durante el tiempo adecuado, con sus personajes favoritos de Disney. Deben seguir cepillando sus dientes para que la imagen se muestre por completo.

Aquafresh Brush Time: muestra a los niños una forma divertida de repasar todas las partes de sus dientes correctamente. Canciones y bailes pegadizos conseguir que el cepillado y ayudar a conseguir que los 2 minutos de cepillado que los dentistas recomiendan.

El cepillado de los dientes es una parte fundamental de la salud bucodental de los niños. Nuestros hijos deben tomar la costumbre de lavarse los dientes correctamente desde su primera infancia. Gracias a las aplicaciones, esta tarea es ahora más sencilla que nunca para ellos. Desde Praxis Dental Toledo queremos ofreceros toda nuestra ayuda si tenéis alguna duda. Acudir a consulta para que os ayudemos a trabajar los hábitos de higiene dental en los niños. Somos una clínica especialidad en odontopediatría con más de una década de experiencia.

Salud bucodental: la vuelta al colegio

Cuide de la salud bucodental de sus hijos en el colegio 


Durante estas fechas, la mayoría de los niños españoles regresan al colegio tras varios meses de parón veraniego. En estos días su rutina va a cambiar por completo afectando a sus horas de descanso, sus comidas y su higiene personal. Como es de esperar, el cambio tan drástico que supone pasar de estar en casa la mayor parte del tiempo a estar fuera puede afectar también a su salud bucodental. Las vacaciones se terminaron, es hora de volver a la rutina, de ponerse al día con los estudios, las actividades deportivas y extraescolares. Incluso, la higiene dental de los más pequeños de la casa cambia de manera significativa con la llegada del nuevo curso escolar. Desde Praxis Dental Toledo vamos a enseñaros cómo debe ser a partir de ahora la higiene bucodental de vuestros hijos para que el cambio en su rutina no afecte a su salud dental.

Recomendaciones para cuidar la salud bucodental  de los niños


Cuando los niños están de vacaciones, los padres tienen muchas más oportunidades de cuidar su salud bucodental. Al permanecer más tiempo en casa, resulta más sencillo llevar un seguimiento de su higiene dental. Sin embargo, esto cambia por completo cuando llega la hora de volver al colegio. En vistas que muchos padres ya están llevando a sus hijos de regreso a la escuela, hoy queremos compartir con vosotros algunas recomendaciones sobre la salud dental en niños. De esta manera, podréis mitigar la aparición de problemas dentales con la llegada del nuevo curso escolar.

Higiene bucodental diaria: dado que los niños están en la escuela –y muchos de ellos comen en ella- resulta más complicado garantizar que siguen con los hábitos de higiene del verano. Lo ideal es enseñarles la importancia del cepillado de los dientes tras cada comida. Hacerles ver que la higiene de sus dientes es fundamental para evitar enfermedades como la caries o la gingivitis. Los padres deberían enseñarles esto durante su estancia en el hogar. De este modo, los niños, por propia iniciativa, tomarán en cuenta la higiene de sus dientes mientras están en el colegio.

Se lavarán los dientes en la escuela sin necesidad de que haya siempre alguien detrás supervisándolos. Es importante que los más pequeños de la casa no vean el acto de cepillarse los dientes como algo aburrido, sino como algo que les garantizará tener siempre de una salud oral brillante. En el caso de que el niño haga sus comidas en el colegio, es fundamental preparar un kit de limpieza bucal para el cole que incluya un cepillo adecuado para el niño, pasta de dientes y un colutorio infantil.

Usar pasta dental con flúor: el flúor protege los dientes de los más pequeños de la casa, ya que los hace más resistentes, evitando el desarrollo de caries. Las pastas de dientes con más de 1000 ppm de flúor son las más recomendables para los niños. Sin embargo, los padres deben adquirir pastas que resulten agradables para los más peques. Si el dentífrico tiene un sabor demasiado fuerte o amargo, el niño evitará su uso.

Revisar el cepillado dental de los niños en casa: no podemos dar por hecho que nuestros hijos se cepillan los dientes cuando o cómo deben, por mucho que se lo hayamos inculcado desde bien temprano. Son niños y, por tanto, pueden mentirnos cuando menos lo esperemos. Por este motivo, los padres deben estar siempre atentos a la higiene dental de sus hijos. Ya sea porque no se han cepillado los dientes cuando les tocaba, o bien no lo hicieron de la manera correcta, los adultos tienen que revisar a menudo su higiene dental. En especial, es importante que la boca quede totalmente limpia tras la cena. Durante la noche es cuando las bacterias están más activas. Si quedaron restos de comida entre sus dientes tras la cena, tienen muchas más probabilidades de desarrollar caries.

Los padres deben dar ejemplo: los adultos deben dar ejemplo a los niños en todos los ámbitos de su vida. Por supuesto, esto también concierne a su salud bucodental. En este sentido, los niños deben ver que sus padres también se cepillan los dientes después de cada comida. Si los adultos no siguen buenos hábitos de higiene dental, no pueden esperar que sus hijos lo hagan. Además, hay que enseñarles cómo lavarse los dientes. Primero, tienen que cepillarse la superficie externa de los dientes superiores e inferiores. Después, llega la hora de cepillarse las superficies internas de los dientes superiores e inferiores. Cuando un niño ve que su padre o madre se lava los dientes tras las comidas, este se motivara y hará lo mismo.

La dieta en la salud dental de los niños: durante los meses de las vacaciones, los padres suelen hacer muchas concesiones en las comidas de sus hijos. Les permiten tomar mucho alimentos ricos en azucares como helados, dulces, golosinas o refrescos. Estos productos por su alto contenido en azúcar son muy perjudiciales para la salud de los dientes. Pues bien, el regreso al colegio hay que aprovecharlo para que nuestros hijos vuelvan a comer de manera saludable. Los alimentos que más contribuyen al cuidado de los dientes son los lácteos (leche, queso, yogurt…), ya que son ricos en calcio. Otros productos que debemos incluir en la dieta de los más pequeños de la casa son las verduras, la fruta y el agua.

Cuidado con las actividades deportivas o extraescolares: cuando las actividades escolares o extraescolares son de tipo deportivo, debemos asegurarnos de que se estén utilizando la protección y el equipo necesario. En casos de deportes de contacto es aconsejable el uso de protectores bucales para prevenir lesiones o traumatismos dentales.

Visitar al odontopediatra: cualquier época del año es buena para visitar la clínica de un dentista infantil. No obstante, el inicio del nuevo curso escolar resulta ser una de las fechas más importantes de todas. Y es que, tras varios meses de cierta relajación en el cuidado dental de sus hijos, no hay nada mejor como someter a los niños a un chequeo dental para confirmar que su salud bucodental es la correcta.  La vuelta al cole también es una buena época para comenzar a evaluar posibles tratamientos de ortodoncia. Con la ortodoncia invisible o Invisaling los niños pueden dejar de preocuparse por su aspecto, ya que las férulas casi no se ven. Además, los tratamientos son más rápidos y se pueden planificar mucho mejor.

Dientes de tiburón en niños: ¿Qué son y cómo solucionarlo?

Si usted es un asiduo del National Geographic, sabrá cómo son los dientes de tiburon. Estos imponentes y majestuosos depredadores del mar, a diferencia de los humanos y la mayoría de las especies de animales, cuentan con dos filas de dientes en su boca. Dos poderosas filas de dientes que desgarran y trituran en un abrir y cerrar de ojos a sus presas. Además, la dentadura de los tiburones se cae y sustituye rápidamente. Ahora bien, ¿sabe usted que esto puede también suceder en los seres humanos?

Aunque pueda parecer algo extraño, lo cierto es que hay ocasiones en las que los niños desarrollan una dentadura –temporalmente- que se asemeja a la del tiburón. Obviamente, en este caso se trata de una anomalía, no de algo natural. Como padres, si nuestros hijos presentan este problema en su dentadura, es lógico preguntarse si esto puede traer consecuencias a largo plazo. Por este motivo, hoy queremos mostraros todo cuanto necesitáis conocer sobre los dientes de tiburón en niños.

¿Por qué mi hijo tiene dientes de tiburón?

La presencia de dientes de tiburón en niños es algo más común de lo que solemos creer. En España se estima que entre el 10% y el 15% de los niños presentan esta anomalía. Hay que tener presentes que la dentadura de tiburón no es una cuestión por la que tengamos que alarmarnos. Por norma general, conforme erupcionan los dientes definitivos, estos empujan a los de leche hasta hacerlos caer. Sin embargo, cuando la dentadura temporal no se cae al momento de la erupción de la definitiva, hablamos de los dientes de tiburón. Obviamente, esto provoca que surjan dos hileras de dientes en la boca de los niños. Una anomalía que afecta principalmente a la estética.

Quizás, lo más llamativo de este problema dental es que la alineación de dos hileras de dientes se da tan solo en una parte de la dentadura. A pesar de los numerosos estudios realizados sobre esta rareza, no hay una explicación definitiva que sea capaz de explicar por qué los niños desarrollan dientes de tiburón. No obstante, entre los odontopediatras y demás expertos en odontología existen dos teorías:

  1. Raíces muy fuertes: la primera razón a la que apuntan los especialistas es a la presencia de una raíz más fuerte en la dentadura temporal que en la definitiva. Por lo tanto, cuando sucede esto, los dientes definitivos no pueden hacer caer a los de leche con facilidad. El proceso les lleva más tiempo de lo habitual.
  2. Falta de espacio: la otra hipótesis es que la mandíbula del niño no dispone del suficiente espacio para acomodar los dientes definitivos de forma correcta. Dicho de otro modo, como el espacio está limitado, la dentadura definitiva erupcionan por donde pueda.

Como ya se ha indicado, no debe porque alarmarse sí su hijo desarrolla dientes de tiburón. Es un problema muy común entre los más pequeños de la casa. En primer lugar, tiene que prestar atención a cómo evoluciona la dentadura de sus hijos cuando se produce la erupción de los dientes definitivos. De esta forma, podrá verificar si todo va bien o, por el contrario, si se está produciendo alguna anomalía. No olvide, por supuesto, llevar a su pequeño a revisiones periódicas a la clínica del odontopediatra, ya que es la mejor manera de prevenir este y otros muchos problemas.

Entonces, ¿cuál es el tratamiento para los dientes de tiburón?

Cuando decimos que usted no debe alarmarse por esta anomalía, lo decimos porque en la mayoría de los casos se arregla por si sola. Por norma general, los dientes de leche, al cabo de unas semanas, terminan por caerse dejando todo el espacio para la dentadura definitiva. Esto sucede por dos motivos. En primer lugar, las raíces de los dientes definitivos terminan por absorber a la de los dientes de leche, obligándolos a caerse. En segundo lugar, porque el simple movimiento de la lengua de su hijo puede debilitar los dientes de leche hasta que estos se desprenden. Una vez que los dientes de leche se caigan, la dentadura definitiva empezará a tomar el lugar correspondiente de forma natural.

Ahora bien, ¿qué sucede si los dientes de leche no se caen de manera natural? Para empezar, bajo ningún motivo debe forzar que el diente se desprenda de la boca del niño. Es decir, tratar de extraer la pieza con alguna herramienta que tenga en su casa o ejerciendo presión sobre ella. Si hace esto, probablemente, dañe los dientes definitivos de forma permanente. Además, causará dolor en el niño. Dicho esto, si los dientes de leche no se caen de manera natural, el odontopediatra tiene dos opciones para solucionar este problema. La primera es proceder a la extracción de la pieza que requerirá cuidados en casa. En segundo lugar, y únicamente en los casos más complejos, el odontólogo recurrirá a tratamientos de ortodoncia infantil, para solucionar la maloclusión generada por los dientes de tiburón en niños.

¿Su hijo presenta dientes de tiburón? Venga a visitarnos a nuestra clínica de Praxis Dental en Toledo. Garantizamos el mejor asesoramiento y los mejores tratamientos en odontología infantil. ¡Pide tu cita sin compromisos!

Diente definitivo: qué hacer cuando se desprende por traumatismo

Uno de los momentos más especiales en la vida de los niños es cuando, tras perder un diente de leche, esperan la llegada del Ratoncito Pérez. Nosotros, como padres, sentimos una profunda satisfacción al ver sus rostros repletos de alegría y de ilusión. No obstante, este entusiasmo cambia por completo cuando la pieza desprendida se trata de un diente definitivo. Lo cierto es que entramos en pánico. Por suerte, la odontología ha avanzado muchísimo y en la mayoría de los casos la pérdida de un diente definitivo, si el especialista actúa con urgencia, tiene solución. Sin embargo, para que esto ocurra los padres deben seguir con atención las pautas que les mostramos a continuación.

¿Qué hacer para salvar un diente definitivo caído o roto?

Para comenzar, hay que tener en cuenta que se debe actuar de una u otra manera sí el diente se ha desprendido por completo o, por el contrario, si solo se ha roto. Cuando únicamente se trate de un trozo de diente desprendido, la misión que tendrán los padres es encontrar la parte rota de la pieza y acudir con ella cuanto antes al dentista u odontopediatra. Por el contrario, si el traumatismo ha provocado que nuestro hijo haya perdido un diente definitivo en su totalidad, habrá que buscarlo y cogerlo por la parte que sobresale de la encía (es decir, la corona). En este sentido, es de vital importancia NO coger el diente por la raíz.

Asimismo, si la pieza dental se ha manchado durante su desprendimiento, hay que lavarla con agua. ¡Ojo!, solamente lavarlo o enjuagarlo con agua. Limpiar el diente con jabón solo servirá para dañarlo aún más. Lo ideal es ir en el mismo instante que se ha producido el accidente a la clínica. Como mucho hay que acudir en un plazo máximo de 24 horas para que el dentista pueda tratar el traumatismo. Generalmente, los odontólogos recomiendas que, en caso de poder hacerse, los padres coloquen el diente desprendido en el lugar donde estaba. Para que este se mantenga sujeto se debe presionarlo con la ayuda de una gasa.

También se puede introducir el diente definitivo en la boca del niño para que se conserve, pero no es recomendable pues se corre el riesgo de que se lo trague. Otra posibilidad es meter la pieza dental en un vaso de leche o suero fisiológico, ya que ambos ayudan también a conservar la pieza. Sea como fuere, hay que asistir rápidamente a la clínica de un dentista. En este caso, de un odontopediatra pues está mejor preparado que ningún otro odontólogo para tratar con niños.

¿Por qué hay que acudir rápidamente al dentista si se cae un diente definitivo?

Solemos pensar que este tipo de accidentes son poco comunes. Que acudir con los niños al odontopediatra tiene que ver sobre todo con problemas como la caries, el bruxismo o la maloclusion. Sin embargo, la perdida total o parcial de los dientes definitivos es algo muy habitual entre la población. En España, según la Asociación Española de Endodoncia, alrededor del 15% de la población han sufrido traumatismos de este tipo a lo largo de su vida. Traducido en números esta cifra equivale a unos 7 millones de personas. Cuando echamos la vista hacia los más pequeños de la casa, la cifra es todavía más preocupante. Y es que alrededor del 50% de los niños o adolescentes padecen traumatismos dentales en algún momento de sus vidas. En definitiva, este contratiempo es más habitual de lo que solemos imaginar y hay tratarlo cuanto antes para que no deje secuelas en la salud oral de los niños.

Ahora bien, ¿por qué hay que acudir lo antes posible para colocar o pegar el diente definitivo? La respuesta tiene una sencilla explicación. Todas las piezas dentales tienen células en su raíz que se encargan de agarrarse a la encía, es decir, de mantener el diente en su sitio. Estas células pueden sobrevivir durante un tiempo limitado en un entorno que no es el suyo. Cuanto antes se acuda al dentista para la recolocación del diente, mayores probabilidades habrá de que estas células sigan vivas y puedan volver a agarrarse a la encía. Por el contrario, si las células mueren hay muy pocas probabilidades de que el diente se reenganche. Según el Colegio de Odontólogos de Madrid, estas células solo suelen sobrevivir entre 1 y 2 horas. No obstante, se han dado casos en los que han seguido vivas hasta 24 horas después del accidente. En todo caso, si se visita al odontopediatra en la primera o segunda hora del desprendimiento, en el 95% de las ocasiones el diente se salva sin complicaciones.

Si bien es cierto que existen muchos tratamientos para solucionar la pérdida de un diente definitivo, sí cabe la posibilidad, reimplantar un diente propio es lo ideal. Aunque las prótesis dentales son duraderas, estables y efectivas, no pueden compararse a una pieza propia. En este sentido, poder reimplantar el diente del niño tiene muchas ventajas. Por ejemplo, el menor no tendrá que someterse a ninguna operación para colocarse una prótesis. Del mismo modo, el odontopediatra no tendrá que trabajar para desarrollar una prótesis que recree la apariencia del diente desprendido. Pero, sobre todo, a estos inconvenientes hay que sumarle uno muy significativo: los niños deben esperar años hasta poder ponerse un implante dental. Como todos sabemos, la falta de una o varias piezas dentales suponen un problema estético. Un contratiempo grave que puede causar problemas psicológicos a los niños.

Consejos para la salud oral en bebes

Contrario a lo que la mayoría de los padres piensan, cuidar la salud bucodental de los bebes recién nacidos es muy importante. A pesar de toda la información disponible sobre este tema, por desgracia, muchos padres siguen ignorando la salud oral de sus recién nacidos hasta la erupción de los primeros dientes. Este tipo de acciones desacertadas pueden generar números problemas bucodentales en el futuro. Por ejemplo, si no se llevan a cabo la limpieza correspondiente la placa bacteria del bebe aumenta hasta provocarles halitosis (mal aliento) e infecciones orales. Del mismo modo, al no llevar un cuidado adecuado de la boca del bebe este tiene muchas más probabilidades de desarrollar caries y sentir molestias durante la aparición de los dientes. Por este motivo, a continuación desde Praxis Dental Toledo os dejamos diez consejos sobre cómo cuidar la salud oral de vuestros bebes. ¡Si seguís al pie de la letra estas recomendaciones, la salud bucodental de vuestros hijos os lo agradecerá!

  1. Limpiar la cavidad oral con una gasa

Se trata de una sencilla tarea que puede ahorraros muchos quebraderos de cabeza en el futuro. En primer lugar, coger un trozo de gasa estéril y humedecerla en agua tibia hervida. Posteriormente, envolver con la gasa vuestro dedo índice y pasarla por las encías, la lengua y el paladar del recién nacido. De esta manera, retiraréis cualquier resto de comida que pueda haber quedado en la cavidad oral del bebe. Desde Praxis Dental Toledo os recomendamos hacer esta acción después de cada comida o, al menos, dos veces al día. De todos modos, y como suelen explicar los odontopediatras, la frecuenta de este “dedo cepillo” dependerá tanto de los alimentos que ingiera él bebe como de su edad.

  1. Evitar el contacto de vuestra saliva con la del bebe

El simple hecho de besar directamente al bebe en su boca puede genérale muchos problemas bucales y de salud general. Recordad que los bebes – sobre todo, los recién nacidos- son muy delicados ante cualquier tipo de infección, virus o bacteria. La cavidad oral de los adultos tiene una cantidad de bacterias mucho mayor que la de los bebes por lo que el contacto directo –en especial de la saliva- a través de los besos puede provocarles numerosas enfermedades. Además, tenéis que procurar que él bebe comience a usar el hilo dental en cuanto tenga dientes que entren en contacto entre sí.

  1. No sopléis los alimentos

Nuestros odontopediatras de Praxis Dental Toledo a menudo recomiendan este tipo de precauciones a los padres. Y es que inconscientemente con este tipo de acciones estamos introduciendo miles de bacterias y virus en la comida del bebe. Lo ideal es que esperéis a que la comida se enfríe por si sola

  1. Enseñad a vuestros hijos a cuidar de su salud oral

A partir de los dos años los niños ya tienen la suficiente capacidad como para empezar a cepillarse por sí solos los dientes. Por esta razón, es importante que vuestros hijos comiencen desde esa edad a preocuparse por su salud oral. Obviamente, con solo dos años todavía son demasiado jóvenes para cepillarse adecuadamente los dientes. En este sentido, los padres deben estar a su lado en todo momento para garantizar que tanto los dientes como las encías y la lengua quedan totalmente limpias. Además, su hijo debe cepillarse los dientes con pasta dentífrica con flúor.

  1. No excederse con la cantidad de pasta dentífrica

Los niños menores de tres años únicamente deben aplicar sobre el cepillo de dientes una cantidad de pasta similar al tamaño de un grano de arroz. Por supuesto, pasta dentífrica fluorada. Los niños de entre 3 y 6 años pueden utilizar una cantidad de pasta similar al tamaño de un guisante. Según la mayoría de los odontopediatras, pasada la edad de seis años, los niños pueden usar la cantidad que vean conveniente, pero asegurándose de que sus dientes quedan limpios.

  1. No acostar a los bebes con el biberón

Al menos cuando este contenga líquidos azucarados, puesto que los azúcares pueden provocarles complicaciones como la caries del biberón. Además, recordad que es imprescindible cepillar los dientes y las encías del bebe antes de que se vaya a dormir.

  1. Evitar mojar el chupete en sustancias dulces

Resulta muy habitual, para que los pequeños aprendan nuevos sabores, que los padres mojen el chupete de los bebes en bebidas o alimentos con alto contenido en azúcar. Sin embargo, esta acción resulta contraproducente, puesto que las sustancias azucaradas permanecen más tiempo en la boca del niño y dañan sus dientes.

  1. Cuidar su alimentación

En consonancia con el punto anterior, los padres deben cuidar la alimentación de los niños. La mayoría de los odontopediatras recomiendan elegir una dieta equilibrada que evite en la medida de lo posible el consumo de azúcares. Además, cuando él bebe vaya a consumir estos productos, traten de que lo haga durante las comidas principales no entre ellas. La saliva adicional que se produce durante una comida ayuda a enjuagar los alimentos de la boca.

  1. Mordedor para las épocas de erupción

La salida de los dientes ocasiona molestias a los niños, puesto que sus encías se inflaman por la tensión que la erupción de estos les provoca. En esta etapa es cuando los odontopediatras recomiendan que los niños usen el mordedor. Es imprescindible lavar frecuentemente con agua y jabón los mordedores para evitar la proliferación de bacterias.

  1. Evitar los malos hábitos

Enseñar a los niños desde que tienen uso de razón la importancia de cepillarse los dientes después de cada comida. Hay que incentivar a los pequeños de la casa a lavarse los dientes y a que entiendan que su salud bucodental es muy importante. De esta manera, por si solos, serán capaces de mantenerla sana sin mucho esfuerzo.

Rendimiento escolar y salud bucodental

En nuestra clínica de Praxis Dental Toledo hemos sido testigos de todo tipo de enfermedades dentales en los niños. Anomalías como la caries, la gingivitis, la periodontitis, el bruxismo o la maloclusión. Este tipo de trastornos no solo generan dolor al paciente, sino que puede afectar también a muchos otros ámbitos de su vida. En el caso de los más pequeños de la casa, una salud bucodental deficiente puede influir en sus notas a final de curso. En efecto, la salud de los dientes y encías afecta el rendimiento escolar de los niños. Los alumnos que padecen dolores crónicos y cambios de humor provocados por algún tipo de enfermedad dental como la caries tienen más probabilidades de bajar el rendimiento en clase. Si usted ha sufrido alguna vez un terrible dolor de muelas,  lo comprenderá. Cuando una muela está dañada por la caries el dolor es muy intenso, hasta incapacitante. Puede que no pueda acudir a su puesto de trabajo por un dolor de muelas. En el caso de los más pequeños de la casa ocurre exactamente lo mismo. Averigüemos porque ocurre esto.

  1. ¿Por qué la salud oral afecta al rendimiento escolar?

Aunque sé intuía, no fue hasta hace algunos años cuando quedo científicamente demostrado que la salud bucodental puede perjudicar al rendimiento académico. Concretamente, el estudio más reciente proviene de la Escuela de Odontología de Ostrow en Polonia. En este centro un grupo de odontopediatras polacos analizo a cerca de 1500 niños de escuelas de primaria y secundaria provenientes de familia humildes. Familias con dificultades socioeconómicas que, por tanto, apenas podían acudir con sus pequeños a las clínicas para solucionar sus enfermedades dentales. Tras llevar a cabo el estudio, los investigadores descubrieron que la gran mayoría de los niños tenían caries. El estudio también reveló que estos pacientes con caries u otra anomalía bucodental eran los que peores notas sacaban. En el lado opuesto, aquellos alumnos que no presentaban enfermedades en la boca solían tener calificaciones mucho más altas que los primeros, puesto que no faltaba a clase. Los investigadores polacos estimaron que los niños con trastornos dentales acudían al colegio de media seis días menos que los que estaban sano.

Sin embargo, el dolor o las molestias no son solo el único motivo de la modificación del rendimiento escolar en los niños. Enfermedades como la maloclusión dental, los traumatismos dentales o la gingivitis también alteran el rendimiento académico. La cavidad bucal nos permite pronunciar correctamente las palabras, así como reír y comer correctamente. No obstante, si algo en ella no anda bien el efecto puede ser el contrario. Por ejemplo, un niño que sea incapaz de hablar adecuadamente puede ser víctima de burlas por parte de sus compañeros. Esto puede llevarlos a sufrir baja autoestima, irritabilidad, dificultades para conciliar el sueño y falta de concentración. Obviamente, todos estos obstáculos dificultan que el menor aproveche al máximo sus horas de estudio.

  1. Cuidados de la salud oral de los niños

Tras haber leído lo anterior, no cabe duda de que debe prestar la máxima atención a la salud bucodental de su hijo. Antes de explicarle cuáles son las claves para cuidar la boca de su hijo, ¿acude con él a su odontopediatra de manera regular? ¿Lleva a su hijo al odontólogo solo cuando se queja de molestias o no puede comer correctamente? Recuerde que la visita al odontopediatra tiene que ser algo habitual. Debe llevar a su pequeño a consulta para prevenir enfermedades en lugar de para solucionarlas. Este detalle es de vital importancia. Por supuesto, el otro pilar fundamental en el que se asienta la salud oral de los niños es la higiene. Los padres deben inculcar a sus hijos buenos hábitos de higiene bucodental cuanto antes. La higiene oral se cimentá en estos dos detalles:

  1. A) Ayudar a cepillarse los dientes:

    como dice el refrán, nadie nace enseñado. Cuando los niños son pequeños, o bien no saben cómo cepillarse los dientes, o bien no pueden por sí solos hacerlo adecuadamente. Por ello, usted debe supervisar el cepillado y asegurarse de que lo hacen después de cada comida. El cepillado es esencial para evitar que aparezcan caries. Este hábito diario le proporcionará a su hijo un desempeño mejor durante sus primeros años de escuela y en su vida social.

  2. B) Vigilar lo que comen:

    los alimentos que ingerimos también influyen en la salud de nuestros dientes. Si su hijo toma demasiadas golosinas, dulces o refrescos azucarados, probablemente, sus dientes presentes perforaciones en sus tejidos. El azúcar es el combustible que permite a las bacterias realizar sus funciones nocivas para la salud dental.

Si su hijo padece algún trastorno bucodental, si sufre molestias continuas, si su rendimiento escolar ha bajado por el estado de su boca, acuda lo antes posible al odontopediatra más cercano. Estos odontólogos infantiles son los más adecuados para tratar a los más pequeños de la casa.