Apnea del sueño infantil

Escuchar a los niños roncan durante la noche es un fenómeno bastante común. Ahora bien, es importante reconocer la diferencia entre los ronquidos normales de los que desencadena la denominada apnea del sueño infantil. La apnea del sueño que sufren los niños -recordemos que está anomalía también la padecen los adultos- puede ocasionarles graves problemas de salud derivados de la fragmentación del sueño, el insomnio, los trastornos de conducta o las dificultades en el aprendizaje que esta provoca. Además, la apnea del sueño infantil afecta tanto al sistema nervioso como al cardiovascular y al metabólico. Este síndrome actúa tanto en bebés recién nacidos como en niños de hasta 6 u 8 años de edad. El origen de esta enfermedad suele ser por la presencia de amígdalas de gran tamaño, pero también por otros motivos como la obesidad o el síndrome de Down. Según diferentes estudios especializados en el tema, se estima que alrededor del 3% de los niños de entre 1 y 5 años padecen apnea del sueño. Asimismo, los datos indican que entre el 3% y el 12% de los niños menores de 6 años son roncadores habituales. Por ello, es fundamental aprender a identificar este trastorno y tratarlo lo antes posible. En el siguiente artículo vamos a analizar todo lo que ustedes como padres deberían conocer sobre la apnea del sueño en niños.

¿Qué es la apnea del sueño infantil?

La apnea del sueño infantil es una alteración del sueño que se caracteriza por el bloqueo parcial o total de las vías respiratorias del niño mientras duerme. Por lo tanto, su respiración se ve suspendida durante un determinado tiempo (generalmente, en intervalos de entre 10 y 30 segundos). Además, este trastorno se manifiesta en multitud de ocasiones durante la noche (entre 300 y 400 veces). La apnea del sueño -tanto en niños como adultos- es fruto de la relajación de los músculos que se encargan de mantener abierto el orifico de la garganta, de manera que el flujo de aire que llega a los pulmones se ve obstaculizado. Existen varias diferencias entre la apnea del sueño que padecen los adultos y los niños. En primer lugar, en los adultos la principal consecuencia es la somnolencia diurna, mientras que los niños es la irritabilidad y el déficit de atención. Por otra parte, la obesidad es el germen principal que provoca la apnea en la población adulta, siendo las amígdalas de un tamaño más grande de lo normal en la infantil. Para prevenir complicaciones en el crecimiento y desarrollo cognitivo de los niños, es importante que el diagnóstico y el tratamiento de este síndrome se realice lo antes posible.

¿Causas de la apnea del sueño infantil?

Existen una serie de factores de riesgo que incrementan las posibilidades de que el paciente sufra apnea del sueño infantil:

Hipertrofia adenoidea y amigdalar: lo habitual es que nuestra garganta se mantenga lo suficientemente abierta -mientras dormimos- como para permitir que el flujo de aire llegue hasta los pulmones. Sin embargo, algunos niños tienen la garganta tan estrecha que la circulación de aire se ve interrumpida durante la noche. Generalmente, esta anomalía es fruto de la existencia de adenoides o amígdalas con un tamaño mayor de lo habitual. Cuando estos tejidos tienen un volumen demasiado grande, interrumpen el flujo de aire de manera parcial o total que yegua a los pulmones. Esta detención de la respiración es lo que denominamos como apnea del sueño infantil o adulta.

Obesidad (la más común): la obesidad es la segunda causa más común de apnea del sueño en los niños. La primera en el caso de las personas adultas. Un depósito de grasa excesivo en el área anterior del cuello implica el desarrollo de obesidad faríngea que a su vez provoca el colapso de las vías respiratorias. Asimismo, los niños con demasiada grasa en el abdomen y el tórax tienden a desarrollar un movimiento irregular en su diafragma. Por consiguiente, su respiración nocturna se dificulta aún más.

Anomalías craneofaciales: micrognatia (el niño tiene la mandíbula muy pequeña); retrognatia (la mandíbula inferior del niño se encuentra retraída respecto a la superior) o hipoplasia mediofacial (el hueso maxilar superior del niño está subdesarrollado).

Macroglosia: la lengua del niño tiene un tamaño mucho más grande de lo habitual y, por tanto, puede retraerse y bloquear las vías respiratorias.

Rinitis alérgica: las alergias congestionan de forma significa las vías nasales, lo que favorece el desarrollo de apnea del sueño.

Determinados fármacos: como el Diazepam, Lorazepam, Clonazepam, Lormetazepam o Flurazepam.

Otros factores de riesgo: niños con síndrome de Down, niños con parálisis cerebral, niños con antecedentes familiares, etc.

¿Cómo identificar la apnea del sueño infantil?

De la misma manera, la apnea del sueño infantil se puede manifestar de múltiples maneras. Estos son los síntomas más evidentes de que su hijo padece apnea del sueño:

Ronquidos frecuentes y sonoros: podemos escuchar al niño roncar de manera continuada o intermitente mientras duerme. Lo recomendable es que los padres lleven a sus hijos al otorrinolaringólogo cuando los escuchen roncar dos o tres veces por semana. También cuando el sonido de sus ronquidos sea muy fuerte o cuando este no es fruto de un resfriado.

Dificultades para respirar por la noche: pausas largas y silenciosas en la respiración.

Alteraciones del sueño: el niño tiene pesadillas regularmente y se despierta varias veces durante la noche. Además, no tiene un descanso reparador lo que puede provocarle somnolencia durante el día.

Problemas de conducta: irritabilidad, ansiedad, cambios continuos de humor, dificultad para mantener la atención y concentrarse.

¿Cómo tratar la apnea del sueño infantil?

Medicamentos: Los esteroides nasales tópicos, como la fluticasona (Flovent HFA, Xhance y otros) o la budesonida (Rhinocort, Pulmicort Flexhaler u otros) pueden aliviar los síntomas de la apnea del sueño para algunos niños con apnea obstructiva del sueño leve. En el caso de los niños con alergias, el montelukast (Singulair) puede ayudar a aliviar los síntomas cuando se usa solo o con esteroides nasales.

Extirpación de las amígdalas y las adenoides: dado que el origen más común de la apnea del sueño infantil es el tamaño de las amígdalas, el tratamiento suele consistir en la extirpación parcial de la amígdala. Además, también suele extraerse las glándulas adenoides (adenoidectomía). Al extirpar estos tejidos ubicados en la garganta, la apnea del sueño desaparece.

Dispositivos de presión positiva en las vías respiratorias: cuando la extirpación de la amígdala y las adenoides no es suficiente, la opción más eficiente es el uso de dispositivos de presión positiva continua en las vías respiratorias del paciente. Este tratamiento consiste en colocar una máscara de oxígeno al niño mientras duerme. La máscara bombea un flujo de aire permanente hacia las vías respiratorias evitando que estas se cierren durante la noche.

Dispositivos bucales: para evitar la apnea del sueño en niños, también se suelen usar aparatos dentales o boquillas (ortodoncia). Estos dispositivos están diseñados para expandir el paladar y los conductos nasales. Además, pueden mover la mandíbula y la lengua del niño para que pueda respirar mejor. Sin embargo, estos dispositivos solo son eficaces en determinados pacientes infantiles.

 

El diagnóstico y el tratamiento precoz son indispensables a la hora de prevenir la apnea del sueño infantil. Si no se trata a tiempo, este trastorno puede ocasionar graves problemas en el crecimiento, el desarrollo cognitivo y en el sistema cardiovascular el niño. ¿Crees que su hijo presenta algún síntoma propio de la apnea del sueño? Acude hoy mismo a nuestra clínica Praxis Dental en Toledo. Contamos con un amplio equipo de profesionales especializados en la salud bucodental de los niños. Evaluaremos la salud bucal de su hijo para proponerte el tratamiento más eficaz contra la apnea del sueño infantil.

¿Cómo influye la salud oral en el rendimiento escolar?

Salud oral y rendimiento escolar

Acaba de dar comienzo un nuevo curso escolar y con ello regresan los deberes, el estudio y los exámenes. Aunque muchos padres lo ignoran, lo cierto es que la salud oral de los niños pueden tener una influencia negativa en su rendimiento académico. Cuando nuestros hijos no presentan una buena salud bucodental, su rendimiento escolar suele bajar de manera exponencial debido a que algunas patologías orales alteran su capacidad de concentración y rendimiento en el aula. De hecho, así lo han demostrado numerosos estudios, como el de la Escuela de Odontología de Ostrow en Polonia. El experimento concluyo que una mala salud oral determina en buena medida los resultados académicos de los niños. Además, los investigadores vieron que este fenómeno era más recurrente en los niños procedentes de familias con escasos recursos económicos. La razón es muy sencilla: estos estudiantes tienen un acceso mucho menor a los cuidados bucodentales. Por otra parte, las patologías orales aumentan el absentismo escolar, ya que los niños tienen que perder clases para asistir a consultas odontologías que solucionen sus afecciones. Asimismo, determinados tratamientos requieren reposo (por ejemplo, las intervenciones quirúrgicas) con lo cuál la asistencia a clase se ve aún mas mermada. En definitiva, la salud oral puede tener implicaciones negativas para el rendimiento escolar de los más pequeños de la casa.

La caries dental puede afectar negativamente en la concentración del niño

La caries dental es una de las enfermedades orales más recurrentes en los niños y adolescente. Se estima que esta patología afecta alrededor de 30% de los niños de entre 6 y 12 años en España. En el contexto del rendimiento escolar, la caries es la enfermedad que más influye negativamente en los resultados. Las molestias provocadas por las caries (dolor en los dientes, sensibilidad dental, etc.) impiden al niño prestar atención y concentrarse durante las clases. Algo que también ocurre con otras afecciones, como es el caso de la gingivitis (inflamación y sangrado de las encías), ya que estas también causan dolor y la necesidad de acudir con regularidad a una clínica dental. Siguiendo en la misma línea, otra enfermedad relacionada con la salud oral de los niños como la maloclusión también repercuten negativamente en los resultados académicos. La mala alienación de las piezas dentales implica que los dientes se apiñen o tuerzan, dando lugar a mordidas abiertas, cruzadas o sobremordidas. Esta anomalía dental resulta en dificultades en la masticación, la pronunciación y hasta estéticas. Los niños que sufren maloclusiones dentales suelen desarrollar problemas nutricionales, de autoestima e irritabilidad. Además, tienen complicado conciliar correctamente el sueño. Todos estos contratiempos alteran el rendimiento académico.

La importancia de los maestros en la educación sobre salud oral

El profesorado debe cobrar un protagonismo esencial a la hora de transmitirles a los alumnos la importancia de la salud oral y acudir con frecuencia a una clínica dental. Como interactuar a diario con los niños, los profesores deben tener un impacto significativo en los hábitos de higiene oral de estos. Una forma de presentarles a los niños un cuidado bucal adecuado es ejemplificando hábitos buenos para los dientes en el salón de clase. Esto puede incluir decirles a los estudiantes que se cepillen los dientes después del almuerzo o compartir historias acerca de cuán saludables y limpios quedaron sus dientes después de una consulta reciente al dentista.

Consejos para enseñarle a los niños cómo cuidar su salud oral

Tanto padres como profesores pueden seguir estas recomendaciones para ayudar a los niños a formar hábitos buenos para su salud bucodental:

Alimentación saludable: en la medida de lo posible, evitar que los niños coman alimentos dañinos para la salud oral, como las golosinas, los dulces, los frutos secos, el helado o las bebidas azucaradas. En su lugar sustituir estos por manzanas, zanahorias, leche, queso, espinacas, lechuga, fresas o bebidas con cero contenido en azúcar.

Hidratación suficiente: asegurarse de que los niños beben suficiente agua es una de las mejores formas de cuidar su salud oral. El agua contiene flúor, un mineral que fortalece el esmalte de los dientes evitando el desarrollo de las caries. Además, este líquido limpia la boca de los restos de alimentos que hayan podido quedar tras la comida. También elimina una parte de los ácidos producidos por las bacterias en la cavidad bucal. Por lo tanto, es importante que padres y maestros enseñen buenos hábitos de hidratación a los pequeños de la casa.

Reconocer su esfuerzo: es imprescindible felicitar regularmente a los niños por practicar una buena higiene bucodental. ¡Hay que motivarlos para que no pierdan el interés en cuidar sus dientes y boca! Comentarles que están haciendo un estupendo trabajo cuando se cepillan los dientes tras cada comida, usan el hilo dental, evitan determinados alimentos y beben la suficiente agua.

Exponer historias positivas: que traten sobre nuestras experiencias dentales. Evitar narrarles historias negativas, como la extracción de una muela que acabo complicándose hasta causarnos bastante dolor. Tampoco hay que decirles frases del tipo “como no te laves los dientes después de comer, tendrás que ir al dentista”. Con este tipo de comentarios lo único que hacemos es infundir un miedo irracional en los niños respecto de los dentistas.

Cepillarse los dientes con los niños: una manera efectiva de fomentar el cepillado dental en los niños es cepillarse los dientes en compañía. Se sugiere que los padres o hermanos se laven los dientes junto a los niños, preferiblemente frente al espejo. Esto les permite observar y aprender de los adultos, así como sentirse motivados por participar en esta actividad en conjunto.

Juegos para motivarlos: hacer del cepillado dental una actividad lúdica, un juego. Podemos utilizar determinados juegos infantiles, canciones o retos que hagan que cepillarse los dientes sea una experiencia agradable y divertida para los niños. Por ejemplo, un juego que consista en establecer un determinado tiempo para el cepillado y animar a que los niños acaben antes de que suene una canción divertida. También se pueden utilizar cepillos de dientes con diseños atractivos o colores llamativos para generar interés en los más pequeños.

La limpieza correcta y diaria es fundamental tanto realizarla en casa como en el ámbito escolar. Así, los niños que comen en el colegio deberían tener un cepillo y un dentífrico para lavarse los dientes después de la comida. Además, se aconseja cuidar la alimentación de los niños, evitando el abuso de alimentos con alto contenido en azúcar y ácidos. Siempre que se tomen algunos de estos será necesario un buen cepillado dental. También se han de realizar visitas periódicas al dentista para verificar que todo está correcto y actuar lo antes posible en el caso de cualquier afección.

Salud bucodental en niños

Salud bucodental en niños: ¿Cómo cuidar sus dientes y boca?

Como padres, cuidar la salud bucodental de vuestros hijos es una tarea fundamental. Cuidar los dientes y la boca de los niños es muy importante a la hora de prevenir patologías relacionadas con esta área de su cuerpo. Tanto en su etapa infantil como adulta. Aunque la mayoría de los padres tratan de hacerlo lo mejor posible, lo cierto es que muchas veces no emplean el modo más idóneo. Además de visitar con los niños regularmente la consulta de un odontopediatra para los chequeos dentales, los padres pueden seguir unas pautas para lograr que sus hijos aprendan los mejores hábitos para la salud y prevención oral. En el siguiente artículo, os traemos una guía con las mejores recomendaciones a la hora de cuidar la salud bucodental de los niños.

Consejos salud bucodental: ¿Qué hacer para mantener la salud de los dientes y boca de los niños?

Predicad con el ejemplo: mantener vuestra salud oral

Aunque resulta bastante lógico, lo cierto es que muchas veces los odontopediatras tenemos que afrontar situaciones un tanto confusas. En ocasiones, nos encontramos con padres que requieren nuestros servicios para vigilar y cuidar la salud oral de sus hijos. Sin embargo, ellos mismos presentan un mal estado de sus dientes y/o boca. Recordad que los niños imitan todo lo que ven hacer a los adultos. Por lo tanto, es fundamental que vosotros también cuidéis correctamente vuestra salud bucodental. Decirles a los niños lo importante que es seguir unos hábitos de limpieza oral saludables. Predicad con el ejemplo: cuando vayáis a cepillaros los dientes, que vuestros hijos os acompañen. Háganlo juntos. Incluso pueden crear un sistema de puntos y recompensan para motivarles a seguir con la rutina de limpieza en lugar de escaquearse.

Mostrarles a los niños cómo cepillarse los dientes correctamente

Todos necesitamos un periodo de aprendizaje en lo relativo a cómo debe ser el cepillado de los dientes. Quizás, por ser adultos, vosotros tengáis interiorizado el modo adecuado de cepillarse los dientes. Sin embargo, con los niños no sucede lo mismo. Es fundamental mostrar a los peques de la casa como lavarse los dientes correctamente: movimientos circulares suaves, cepillado de la parte interna y externa de los dientes, evitar aplicar mucha presión, cepillarse tras cada comida… Estas son algunas de las pautas que implica el cepillado adecuado de los dientes y encías. Se recomienda que los padres supervisen el cepillado de sus hijos hasta que estos alcancen los 7 u 8 años de edad.

Usar pasta dentífrica para niños

Para cuidar la salud bucodental de los niños, es importante que estos usen la pasta de dientes apropiada. Y es que los niños no pueden emplear el mismo dentífrico que los adultos para cepillarse los dientes. Las pastas de dientes para niños se pueden adquirir en las farmacias, pero lo ideal es que utilicen la que les recomiende el odontopediatra. En especial, cuando hablamos de las dosis de flúor que llevan estos dentífricos. Respecto a este último punto:

Niños de hasta tres años: desde la erupción del primer diente hasta los 36 meses de edad, pastas fluoradas de 1000 ppm. La cantidad a aplicar sería la de un tamaño de medio grano de arroz sobre el cepillo de dientes.

Niños de entre 3 y 6 años: la misma pasta de dientes, pero la cantidad a usar en el cepillado debe ser del mismo tamaño que un grano de arroz.

Niños de 6 o más años: se debe emplear pastas de dientes con flúor a 1450 ppm. Cantidad a echar sobre el cepillo: un guisante.

Hacer uso de productos de higiene bucodental para niños

Algunos productos de higiene dental para adultos suelen dañar el esmalte de los dientes de leche o provocar afectaciones como la fluorosis. Esto se debe por el exceso de exposición al flúor, ya que el esmalte de los dientes de leche no tiene la misma resistencia y grosor que el de la dentición definitiva. Por ello, lo ideal es pedir consejo al odontopediatra sobre qué colutorios son los adecuados para los niños.

Mantener hidratada la boca de vuestros hijos

Cuando se trata de cuidar la salud bucodental de los pequeños, el agua también es muy valiosa. Mantener hidratada la boca de los niños significa que reproducir más saliva. La saliva se encarga de eliminar los restos de comida que puedan haber quedado tras un cepillado deficiente de los dientes. También evita la aparición de la caries dental, la cual es la principal patología que afecta a la salud oral infantil. Por lo tanto, es importante que vuestros hijos estén siempre bien hidratados.

Cepillarse los dientes antes de irse a la cama

Durante la noche, es cuando las bacterias y los ácidos de unos dientes y boca que no se han lavado se encuentran más activos. Por lo tanto, es el periodo en el que dañan más la salud bucodental de los bebés y niños. Es importante que los peques de la casa se cepillen correctamente los dientes antes de irse a dormir. De lo contrario, el esmalte de sus dientes se verá dañado y aumentará el riesgo de que padezcan caries dental.

Evitar los alimentos con alto contenido en azúcar

La última recomendación se refiere a que vigiléis la alimentación que los niños. Las dietas repletas de alimentos azucarados (golosinas, helados, dulces o refrescos con azúcar) favorecen la aparición de la caries. Por ello, es importante que vuestros hijos sigan una dieta saludable en la cual este tipo se produzcan solo tengan cabida de forma esporádica

Salud bucodental en niños: ¿costumbres a evitar?

Las pautas que os acabamos de mostrar no servirán de mucho, si no evitáis que los niños tengan hábitos perjudiciales para su salud bucodental. Algunas de estas costumbres dañinas son:

-Chuparse el dedo o usar el chupete durante mucho tiempo.

-Tomar únicamente alimentos blandos (pueden provocar malformaciones).

-Limpiar el chupete en la boca de la mamá (se corre el riesgo de pasar las bacterias e infecciones del adulto al niño).

Para cualquier consulta sobre salud bucodental de los niños, os esperamos en nuestra Clínica Dental Praxis en Toledo. También podéis contratar con nosotros a través de nuestro email ([email protected]) o teléfono (925 49 30 12/ 689 558 899). Contamos con un equipo de expertos en cuidar la salud oral de los niños. ¡Visitad nuestra clínica en Toledo!

La sensibilidad dental en los niños

¿En qué consiste la sensibilidad dental?

Algunas personas, cuando toman alimentos o bebidas excesivamente frías, calientes, ácidas o dulces, siente un agudo y breve dolor en los dientes. Unas molestias que incluso pueden dejarlas incapacitadas por unos instantes. La Odontología se refiere a este problema como sensibilidad o hipersensibilidad dental. Ahora bien, ¿si a los adultos la sensibilidad dental nos produce un dolor casi insoportable, cómo deben sentirlo los más pequeños de la casa? ¿Qué debe experimentar un niño con sensibilidad dental a la hora de tomar un helado o beber un refresco muy frío? Sin duda, muy, muy mal. Por este motivo, en Dentista Infantil Toledo hacemos hincapié en que, al más mínimo atisbo de sensibilidad dental en los niños, acudáis lo antes posibles a un odontopediatra para que le dé solución.

La sensibilidad dental es una patología provocada por la exposición de la dentina. La dentina es la parte más blanda de los dientes, y se sitúa justo debajo del esmalte dental. La dentina contiene en su interior una serie de tubos microscópicos que quedan expuestos por el desgaste del esmalte y el cemento que la cubren. Los elementos externos -como el frío, el calor, o el azúcar- acceden a los nervios dentales a través de estos tubos microscópicos. De esta forma, se activa la sensación de dolor por la hipersensibilidad dental. La prevalencia de la sensibilidad dental afecta alrededor de los 25 y 30% de la población española, con una mayor presencia en personas adultas. Sin embargo, también se da en niños y adolescentes. La hipersensibilidad dental más común es aquella que se produce por el contacto de los dientes con alimentos y bebidas muy frías. Además, es más frecuente en los caninos (25%) y los premolares (24%).

¿Qué causa la sensibilidad dental?

Desgaste del esmalte: como ya hemos apuntado, uno de los principales factores desencadenantes de la sensibilidad dental es el desgaste del esmalte. Dado que el esmalte tiene la función de proteger la capa exterior de los dientes, al erosionarse este deja expuesta la dentina. Con la exposición de la dentina no hay obstáculo que impidan a los estímulos térmicos, químicos o táctiles alcanzar los nervios de los dientes. Por lo tanto, sentimos dolor.

Caries dental: junto con el desgaste del esmalte la caries es la causa principal de la sensibilidad dental. En este caso, las molestias suelen darle al tomar bebidas frías o calientes y al masticar los alimentos.

Erupción dental: algunos niños pueden padecer sensibilidad dental durante la erupción de sus dientes. Principalmente, cuando brota la dentadura definitiva.

Fisura dental: los dientes fracturados por un traumatismo o por bruxismo suelen presentar también hipersensibilidad dental.

Empastes: las piezas dentales empastadas suelen perder parte del esmalte. Por lo tanto, hay más probabilidades de que se produzca sensibilidad dental en estos dientes. Asimismo, los niños con empastes de amalgama de plata pueden experimentar más sensibilidad al frío o el calor, dado que este tipo de empastes tienen una alta conductividad térmica.

Sinusitis: la inflamación de los senos paranasales puede causar la sensibilidad dental, particularmente en los molares superiores.

Higiene bucal incorrecta: es fundamental enseñar a los más pequeños de la casa a cepillarse correctamente los dientes, ya que esta podría ser otra causa de la sensibilidad dental. Cuando nos cepillamos aplicando demasiada fuerza sobre los dientes, el esmalte se puede desgastar dando pie a la aparición de la hipersensibilidad dental.

Retracción de las encías: con el paso de los años, algunas personas experimentan la retracción de sus encías. Esto deja al descubierto parte de la raíz de los dientes. La raíz de los dientes no está cubierta por el esmalte dental. Por ende, hay muchas más posibilidades de padecer sensibilidad. No obstante, por su edad, esta causa no suele darse en los niños y adolescentes.

¿Cómo prevenir la sensibilidad dental en los niños?

Por suerte, hay varios métodos que nos ayudan a prevenir la sensibilidad de los dientes en los niños. Aquí os dejamos las pautas principales para ello:

Un cepillado apropiado de los dientes: cepillarse los dientes de la manera correcta es fundamental a la hora de prevenir la sensibilidad dental. Los padres tienen que inculcar a sus hijos el hábito de cepillarse tres veces al día utilizando pasta dentífrica con flúor. Además, tienen que supervisar en todo momento a sus hijos. Tan solo de esta forma se asegurarán de que el niño emplea la técnica correcta. El cepillado de los dientes apropiado es aquel que se realiza con movimientos circulares y verticales, comprobando que todos los dientes quedan limpios. Por último, los niños tienen que usar siempre un cepillo de dientes con cerdas suaves.

Dieta saludable: una alimentación sana es valiosa a la hora de prevenir la sensibilidad en los dientes de los pequeños de la casa. Cuando nos referimos a una dienta sana, queremos decir que los padres deben restringir parcialmente el consumo de alimentos y bebidas ácidas (refrescos, dulces, bollería industrial, golosinas…), puesto que son propensos a dañar el esmalte dental. Por el contrario, se debe fomentar la ingesta de alimentos con alto contenido en calcio, como la leche o el yogur.

Protectores bucales: algunos niños practican deportes de contacto, como judo, taekwondo, kárate o boxeo. Estos deportes se caracterizan por la constante exposición a impactos en áreas como el pómulo y la mandíbula. Estos traumatismos pueden dañar el esmalte o las propias piezas dentales. Por lo tanto, hay que asegurarse de que los niños que practiquen estos deportes usen protectores bucales.

Chequeos dentales regulares: las visitas regulares a clínicas especializadas en odontopediatria son importantes para prevenir la hipersensibilidad dental en los niños. En Clínica Dentista Infantil Toledo podemos detectar y tratar la sensibilidad dental en su etapa más temprana, de modo que no se conviertan en un problema más grave para los niños.

La sensibilidad en los dientes es un problema muy molesto. Sin embargo, existen múltiples tratamientos y productos eficaces (por ejemplo, pastas dentales para la sensibilidad dental) que ayudan a aliviarla. En Clínica Dentista Infantil Toledo contamos con un amplio y experimentado equipo de especialistas en el tratamiento de patologías como la sensibilidad dental en niños. Si su hijo experimenta hipersensibilidad, no dude en acudir a nuestro centro. ¡Recibirá el mejor asesoramiento y un tratamiento adaptado a las necesidades de su hijo!

Odontopediatría: ¿Cómo motivar a los niños para ir al dentista?

La odontofobia es un fenómeno muy recurrente -sobre todo, si se trata de la primera cita- entre los más pequeños de la casa. Para padres y madres, el simple hecho de decirles a sus hijos que van a llevarlos a ver al dentista es una tarea tiránica. Esto suele complicar bastante la labor de los progenitores, cuyo objetivo es cuidar la salud bucodental de los niños. Recordemos que es fundamental que los peques de la casa acudan a una clínica dental de forma periódica para revisar el estado de sus dientes y bocas. Desde que hace acto de presencia el primer diente de leche, es necesario llevar un seguimiento y control de la boca de los niños. ¿Por qué? Por la simple razón de que esta es la mejor manera de evitar problemas bucodentales como la caries o las malformaciones. Así pues, los padres deben esforzarse en convencer a sus hijos de que un dentista de odontopediatría no es su enemigo, sino todo lo contrario. Hay que inculcar a los niños desde edades tempranas que este especialista es su aliado. Una persona que va a lograr que estén más sanos.

En referencia a nosotros – los odontopediatras- decir que nuestras clínicas están diseñadas pensando en los peques de la casa. La clínica de un dentista infantil es un entorno mucho más amigable para los niños de lo que lo puede ser la consulta de un odontólogo para pacientes adultos. Además, disponemos de un gran equipo de expertos con amplia formación en el trato con los niños. Sin embargo, esto no evita que muchos de nuestros pacientes acudan con miedo a nuestra consulta. Entonces, ¿qué pueden hacer los padres para motivar a sus hijos a visitar a un odontopediatra? Existen varios métodos que permiten evitar que los pequeños sufran odontofobia y acepten la idea de acudir al dentista como algo positivo para sus vidas. A continuación, os presentamos los más eficaces.

Odontopediatría: Consejos para preparar a los niños en su primera visita al dentista

 

Visitar la clínica antes de la primera consulta

Se recomienda visitar con el niño la clínica de odontopediatría antes siquiera de la primera consulta. En este caso, lo que se busca es que el pequeño se familiarice con el entorno. Que conozca al dentista y a todo su equipo de trabajo. Durante la visita preliminar, el niño tendrá también la posibilidad de averiguar cómo es la sala de espera, las salas de tratamiento y los espacios de higiene bucodental. Al conocer de primera mano cómo es la clínica y el ambiente que reina en ella, evitaremos en gran medida los temores del pequeño.

Evitar las amenazas

Uno de los errores más comunes que comenten los padres es obligar a sus hijos a visitar la consulta de un odontopediatra. Cuando imponemos a los niños la visita a un dentista bajo amenaza de castigo, les estamos dando a entender que la odontopediatría es algo malo. Esto lo único que provocará es que, con el paso del tiempo, las visitas al dentista se hagan cada vez más complicadas. Lo recomendable en estos casos es ser claros y directos sobre el tema del dentista. Por ejemplo, un método eficaz sería explicarle sin pelos ni señales lo siguiente: el dentista no es una persona mala. Es un amigo que quiere que tengas siempre la boquita y los dientes limpios y sanos.

Animarlos desde pequeños

Motivar a los niños a visitar la clínica desde que son pequeños es muy importante a la hora de generar confianza en ellos. Cuanto antes hagamos esto, mejor. De hecho, los niños que son animados por sus progenitores a someterse a un chequeo dental desde jóvenes se adaptan mucho mejor al consultorio del odontólogo. Los padres tienen que explicarles la importancia de la salud bucodental, la higiene dental y las visitas a las clínicas de odontopediatría. También es importante manifestarles lo qué sucedería si no se cepillan los dientes a diario o acuden con regularidad a chequeos dentales. Hablarles sobre las consecuencias de las caries, la gingivitis o la periodontitis. Expresarles el valor que tienen las visitas regulares al dentista, puesto que este es el mejor método para prevenir problemas bucodentales. Una forma de abordar estas cuestiones es destacando las diferentes funciones que realiza el dentista. Por ejemplo, podemos mencionarles que una de las tareas más comunes que llevan a cabo son las limpiezas dentales. Decidles a los pequeños lo que sucede durante las limpiezas: empleo de instrumentos especiales para la eliminación del sarro y la placa que se acumulan en los dientes. Y no olvidéis comentarles para qué sirve este tratamiento: prevención de gingivitis y periodontitis y mantener su sonrisa sana y bonita.

Nada de sobornos

¿Habéis pensado en darle un premio a vuestros hijos si aceptan ir al dentista? Muchos padres y madres recurren a métodos como este para motivar a sus hijos a la hora de acudir a un dentista infantil u odontopediatra. Les prometen golosinas, ropa, juguetes, etc., si aceptan visitar una clínica dental. Sin embargo, esta no es la mejor opción de todas. Hacer que el pequeño se acostumbre a un regalo especial cada vez que sale del dentista no es algo positivo, según los expertos. Lo ideal es simplemente felicitarles por la valentía que mostraron asistiendo a un lugar extraño. Tan solo en el caso de tratarse de tratamientos importantes es cuando se les puede recompensar con un pequeño juguete o ir a ver una película al cine.

Odontopediatría: ¿Por qué es importante que los niños vayan al dentista?

 

Favorecen una boca y dientes sanos

La mayoría de los problemas dentales en niños tienen su origen en una deficiente higiene bucodental. Esto se debe a dos motivos: los padres no saben cómo enseñarles a cepillarse los dientes, o bien los niños no siguen las indicaciones de sus progenitores. Afortunadamente, el odontopediatra, durante las visitas a la clínica, preguntará tanto a padres como a hijos cómo es la rutina de limpieza. Por último, comunicará a ambos el método más eficaz para mantener los dientes y boca limpios.

Se detectan los problemas a tiempo

Los chequeos dentales rutinarios son muy importantes a la hora de evitar o detectar cualquier clase de anomalía en la boca de los más pequeños. Cuanto antes se trate una caries o una infección de encías, mejor. El problema será menor y, por tanto, sus consecuencias y posibles soluciones también. El especialista en odontopediatría sabe cómo realizar diagnósticos precoces que evitan que las afecciones se sigan desarrollando hasta convertirse en un problema con difícil solución.

Seguimiento de los dientes de leche

Los padres suelen cometer el error de pensar que la dentición primaria no es importante porque al final se caerá y la sustituirá la permanente. Sin embargo, no es así. Los dientes de leche son importantes: ayudan a que el niño mastique correctamente los alimentos, aprenda a hablar y pronunciar correctamente. Además, estas piezas dentales son las que se encargan de preservar el espacio para los dientes definitivos. Cuando un diente de leche está dañado, suele perjudicar en la erupción y el desarrollo de uno definitivo.

Agenesia dental en niños: tipos y tratamientos

Durante la etapa de erupción de los dientes de un bebé, el pequeño suele sentir dolores que manifiesta en forma de llantos y fiebre. Este periodo es bastante complicado para los bebés y los padres, y suele prolongarse entre 24 y 30 meses hasta que salen todos los dientes de leche. Sin embargo, esta fase puede concluir con la falta de algún diente en la boca del pequeño. Asimismo, durante el recambio de los dientes de leche (aproximadamente entre los 6 y 12 años) por los definitivos también podemos observar que al niño le falten una o varias piezas de su dentadura. Cuando se produce alguna de estas dos anomalías, con casi total seguridad podemos afirmar que su hijo padece algún tipo de agenesia dental. La agenesia dental es una patología más habitual de lo que pensamos, pero hay dos estrategias para tratarla de manera eficaz.

¿En qué consiste la agenesia dental?

La agenesia dental es una dolencia bucodental que se caracteriza por la falta de una o varias piezas dentales, ya estemos hablando de la dentadura de leche o la definitiva. Contrario a lo que la mayoría estima, la agenesia dental es una patología con una prevalencia considerable entre los pequeños de la casa. Se estima que esta anomalía está presente entre el 1% y el 3% de los bebés y niños a nivel mundial. Además, es más habitual en los niños que padecen el Síndrome de Down o el labio leporino. La agenesia dental afecta a tanto a incisivos como premolares, molares y muelas del juicio. Sin embargo, la mayoría de los casos se dan en los incisivos superiores laterales y premolares. Además, la agenesia dental puede darse en dos circunstancias diferentes:

a) No brotan ni el diente de leche ni el definitivo.

b) El diente de leche si brota dando lugar a dos patologías posteriores. La primera situación que puede darse es que el diente de leche no se caiga nunca y conviva con el resto de piezas dentales. La otra posibilidad es que el diente de leche termine desprendiéndose, pero el definitivo no salga nunca.

Clases de agenesia dental

Para determinar el tipo de agenesia dental, se tiene en cuenta el número de piezas dentales que faltan en la boca. Así pues, hablamos de:

Hipodoncia: se trata de la agenesia dental más común (tanto en niños como adultos) y se caracteriza por la falta de entre una y seis piezas dentales. Por norma general, la hipodoncia no suele suponer un problema para la boca de los pacientes, ya que suele producirse por la simple falta de las muelas del juicio. De hecho, la falta de estas cuatro piezas dentales afecta al 25% de la población.

Oligodoncia: también denominada como agenesia múltiple. Esta patología (menos frecuente que la anterior) se refiere a la falta de más de 6 dientes en la boca. Además, quienes padecen Oligodoncia también suele presentar un desarrollo anómalo en los dientes que sí han brotado.

Anodoncia: es una anomalía muy poco frecuente, ya que se caracteriza por la total ausencia de dientes en la boca del paciente.

¿Qué causa la agenesia dental?

La agenesia dental está relacionada con factores hereditarios que provocan la falta de piezas dentales o que estas no se desarrollen de la manera adecuada. Las principales causas de esta patología son:

Obstrucción o apiñamiento dental: esta patología impiden que haya el suficiente espacio en la boca del niño para que puedan salir todos los dientes. Obviamente, esto significa que uno o varios dientes no se desarrollarán. Generalmente, el apiñamiento dental se da porque el hueso de la encía y/o maxilar no son lo suficientemente grandes como para acoger a todos los dientes. También puede estar causado porque el tamaño de las piezas dentales es mayor de lo normal.

Anomalías en el epitelio: el epitelio bucal es la capa de la piel que recubre la cavidad de la boca. Cuando esta se ve alterada de forma congénita, suele provocar alteraciones en el desarrollo de la dentadura definitiva.

Factores evolutivos: a lo largo de milenios la fisonomía humana ha cambiado muchísimo gracias a la evolución. Por ejemplo, el cráneo de los humanos actuales es mucho más pequeño que el de nuestros antepasados. Esto ha repercutido en el número de piezas dentales que tenemos en la actualidad (menos que hace milenios). Un ejemplo de agenesia dental provocada por la evolución humana la tenemos en la ausencia de las muelas del juicio.

¿Cómo tratar la agenesia dental?

Hay dos métodos para tratar la agenesia dental. Para determinar cuál de las dos estrategias es la más eficaz, se tendrá en cuenta el número de dientes que falten, su ubicación, la edad y la etapa de dentición del paciente.

Ortodoncia: la primera estrategia para dar solución a la agenesia dental consiste en un tratamiento ortodóncico. Con este procedimiento se busca recolocar los dientes que salieron de tal forma que sustituyan a los que faltan. Para comprenderlo mejor, veamos lo que se haría en el caso de la ausencia de los incisivos laterales. El especialista en ortodoncia colocará unos aparatos (brackets) en los caninos para reconducirlos hasta la posición en la que deberían estar los incisivos. Es decir, se empleará brackets para reducir los espacios. Finalmente, el odontopediatra procederá a pulir los caninos (contorneado dental) para que adquieran la forma de los incisivos.

Implantes dentales: el otro método para corregir esta patología consiste en la implantología dental. En primer lugar, el especialista hará uso de la ortodoncia para agrandar el espacio (que quedo por la ausencia del diente) y poder colocar el implante dental. A continuación, procederá a la colocación de los implantes correspondientes a los dientes que falten. El tratamiento de la agenesia mediante implantes es más complejo, por lo que requiere de especialistas en ortodoncia, implantología y odontopediatría.

En Praxis Dental Toledo disponemos de un amplio y experimentado equipo de profesionales que tratará de forma eficaz cualquier tipo de agenesia dental que padezca su hijo. Contamos con especialistas en Odontopediatría, Ortodoncia e Implantología, con más de una década de experiencia en el sector. ¿Buscas una clínica para tratar la agenesia dental de tu hijo? ¡Visítanos!

Dientes impactados en niños: cómo tratarlos

Entre los 6 y 8 años de edad los peques de la casa comienzan a perder los dientes de leche y ven aparecer las que serán sus piezas dentales definitivas. A este proceso se le denomina recambio dentario. Para que este proceso sea posible es indispensable que el diente definitivo asimile (reabsorba) la raíz del diente de leche desde el área donde se ha formado dentro del hueso hasta lo que vemos en la boca. Sin embargo, a veces, puede suceder que uno o varios dientes definitivos no erupciones como deberían.

¿En qué consisten los dientes impactados?

Los especialistas en Odontopediatría designamos a las piezas dentales que no excepcionan completamente – es decir, dientes que quedan atrapados en el hueso maxilar y la encía- como dientes impactados. Este fenómeno, más común de lo que imaginamos, puede suceder tanto de forma parcial como total. Es decir, hay casos de dientes impactados en los que la pieza ha salido de forma incompleta y otros en los que, simplemente, no ha brotado. Por ejemplo, los caninos y las muelas del juicio son las piezas dentales que más se ven afectadas por esta anomalía dental. Por norma general, la principal causa por la que un diente queda impactado tiene que ver con la falta de espacio o su inclinación durante la erupción. Como hemos comentado, el impacto de las piezas dentales puede presentarse de forma parcial o total:

Dientes impactados parcialmente: el diente no ha llegado a erupcionar por completo, ya que en su camino se ha encontrado con diversos obstáculos como hueso, encía u otros dientes. La salida parcial de este tipo de dientes impactados puede dañar el tejido adyacente. De hecho, es muy común que los pacientes con este tipo de anomalías tiendan a acumular comida en el área afectada, padezcan halitosis e infecciones (aftas, llagas…).

Dientes impactados totalmente: se trata de piezas dentales definitivas que no erupcionar. La causa más común de este fenómeno se debe a que el diente queda enterrado en el hueso.

¿Qué causa los dientes impactados?

Los dientes impactados en su totalidad -como es el caso de las muelas del juicio- no suelen generar ningún tipo de molestia, salvo meramente estéticas. Sin embargo, ocurre todo lo contrarío al tratarse de piezas dentales parcialmente impactadas, pues lo habitual es que generen inflamación e infecciones debido a la alta sensibilidad del tejido en esa zona. Al comienzo del presente artículo, os explicamos que el recambio dentario comienza a edades muy tempranas (6-8 años). Pues bien, cuando esta erupción no es la correcta o se ve interrumpida, perjudica el funcionamiento de la boca de los niños y el diseño de su sonrisa. El origen de los dientes impactados se debe a los siguientes motivos:

Apiñamiento dental: se trata de una anomalía caracterizada por la presencia de piezas dentales montadas unos sobre otras o apiñadas en la boca del paciente. Cuando sucede esto, es muy común la existencia de dientes impactados.

Mandíbula retraída: es una afección en la cual el paciente presenta un tamaño más pequeño de lo normal de su mandíbula (los dientes inferiores aparecen más retrasados que los superiores). El defecto en el crecimiento de la mandíbula también está detrás de la aparición de un diente impactado. La pieza dental carece del espacio suficiente para erupcionar.

Dientes inclinados o torcidos: las piezas dentales definitivas que brotan en ángulo inclinado o torcido suelen provocar también que un diente acabe impactado.

Dientes impactados: síntomas más comunes

Como mencionamos antes, algunos pacientes que presentan dientes impactados no presentan ningún tipo de dolor u otros malestares, aunque se ven a simple vista, especialmente cuando ocurre en los dientes caninos. No obstante, las molestias más frecuentes ocasionados por los dientes impactados incluyen:

  • El niño presenta mal aliento (halitosis) recurrente.

  • Dificultad para abril la boca o masticar.

  • Dolor agudo (hipersensibilidad) en las encías y/o mandíbula.

  • Inflamación y enrojecimiento del área donde se encuentra el diente impactado.

  • Dolores frecuentes de mandíbula y cabeza.

  • Mordida defectuosa de las piezas dentales.

Tratamiento de los dientes impactados

La Odontología -y, dentro de ella, la Odontopediatría- ha desarrollado 4 clases de tratamientos para corregir los dientes impactados:

Observación y control de la evolución de dientes impactados: cuando el diente impactado no presente riesgo alguno para el desarrollado de patologías, es mejor esperar a ver cómo se desarrolla. Este tratamiento solo se emplea en casos muy concretos donde el odontopediatra realizara un seguimiento -cada 4 o 6 meses- para evaluar cualquier cambio y determinar si es necesario o no una intervención.

Extracción del diente de leche: se trata de un proceso que se lleva a cabo -como último recurso- cuando la pieza dental primaria impide la erupción del diente definitivo. El espacio resultan de la extracción permitirá que diente permanente nazca de la manera correcta. La extracción de los dientes de leche es un método muy sencillo y común en las clínicas de Odontopediatría. Para la extracción utilizamos anestesia local.

Ortodoncia: los pacientes con dientes impactados de manera severa requieren la extracción y posterior recolocación de la pieza dental en cuestión. Para estos casos, se emplean de forma combinada tratamientos de cirugía (extracción) y ortodoncia (recolocación). El ortodoncista evalúa primero la situación y, según cada caso, recomendará el uso de dispositivos de ortodoncia removibles, fijos o invisibles.

Como podemos ver, las soluciones para los dientes impactados dependen de cada paciente. Puede tratarse de tratamientos simples como la observación y el seguimiento del diente impactado o, por el contrario, de métodos más invasivos como la extracción del mismo o la colocación de aparatos de ortodoncia. Cada paciente presenta este fenómeno de manera única. Por lo tanto, debemos acudir a un dentista infantil para que pueda evaluar la situación. Solo los especialistas en odontología infantil pueden determinar con exactitud cuál es el mejor tratamiento para el niño. En Dentista Infantil Toledo contamos con un amplio y eficiente equipo de expertos en Odontopediatría que podrá evaluar el caso de vuestros hijos y ofrecerles la mejor solución.

Diferencias entre odontopediatría y odontología

Al igual que en cualquier otro ámbito de sus vidas, los padres también desean lo mejor para sus hijos respecto a la salud budocental. Sin embargo, muchas familias siguen sin secundar las recomendaciones que los especialistas en odontología les proponemos para garantizar que la boca de sus hijos esté sana. En este sentido, hay dos errores muy frecuentes que los padres repiten constantemente. El primero tiene que ver con la primera visita del niño al dentista. Por más que insistimos en que esta visita ha de ser cuando brote el primer diente de leche en su boca, la mayoría de los niños que acuden por primera vez a una consulta lo hacen cuando tienen algún problema relacionado con su dentición, como la caries. El segundo error más habitual que comenten los padres es llevar a sus hijos a un odontólogo general en lugar de un dentista pediátrico u odontopediatra. El odontopediatra, como su nombre indica, es el verdadero especialista en la salud bucal de los niños y adolescentes. De hecho, cuenta con una formación más especializada que le obliga a contar con unas habilidades únicas para tratar a este tipo de pacientes. Como muchos padres aún no entienden la importancia de esto, en este blog os informaremos sobre las diferencias entre la odontología y la odontopediatría.

¿En qué se diferencia la odontopediatría y la odontología general?

No importa la profesión de la que estemos hablando. La experiencia que aporta el paso del tiempo y los avances tecnológicos habrá provocado que en su seno hayan surgido diferentes ramas o especialidades. Un fenómeno que también se ha dado en la Odontología, como así lo demuestran las ramas que han ido apareciendo vinculadas a la misma con el paso del tiempo: cirugía oral, odontología estética, periodoncia u odontopediatría. Respecto a esta última, los dentistas fueron conscientes de que no es lo mismo tratar a un paciente adulto que a un niño o un adolescente. Para ser odontopediatra, se requiere tener más sensibilidad con los pacientes. Además, también necesitan tener un conocimiento más extenso sobre la primera dentición (en especial, durante el primer año de vida del bebe). Por el contrario, los odontólogos generales no necesitan de una habilidad específica para tratar a los pacientes, ya que todos son adultos. Tampoco precisan de grandes conocimientos sobre los dientes de leche (aunque a veces los tienen).

Los odontopediatras son fundamentales para garantizar la salud bucodental presente y futura de la población infantil. Son profesionales que saben detectar mejor que ningún otro las anomalías tempranas que aparecen en la boca de los niños, de forma que se puedan tratar a tiempo sin provocar efectos adversos en su edad adulta. También saben orientar a los padres respecto a los mejores hábitos de higiene y cuidado bucodental para preservar la dentadura de sus hijos. Asimismo, un dentista pediátrico tienen un amplio conocimiento sobre el proceso de dentición en niños: erupción de los dientes de leche y permanentes, caries en dientes de leche, anomalías en la mandíbula, maloclusiones dentales en niños, crecimiento de huesos y músculos de la cara…

Sin embargo, la formación de los dentistas pediátrico no se detiene aquí. Los odontopediatras también han recibido ciertos conocimientos sobre el comportamiento de los niños (psicología infantil). De esta manera, disponen de las mejores técnicas para tratar a los menores sin que estos tengan miedo o se sientan nerviosos e incómodos al acudir a una clínica dental. Es fundamental que los pacientes menores estén relajados y tranquilos para que el especialista pueda tratarlos de la manera más eficiente y rápida. Por ello, es tan importante que los padres lleven a sus hijos a un odontopediatra en lugar de un odontólogo. Estarán evitando que el niño sufra traumas infantiles relacionados con la consulta dental. En definitiva: un odontopediatra es un profesional que primero debe ser odontólogo general para, después, especializarse en las necesidades dentales de los niños.

Tratamientos más comunes en odontopediatría

Como comentábamos anteriormente, la prevención y detección precoz de problemas dentales es esencial para evitar futuros problemas dentales. En este sentido, las áreas que el odontopediatra abarca habitualmente son:

Selladores de surcos y fisuras: es un tratamiento muy común para la prevención de la caries en los niños. Consiste en la colocación de un material en las fisuras o surcos que puedan presentar algunas piezas dentales, como las primeras muelas de ambas arcadas. De esta manera, se impide que se acumule la placa bacteria evitando el desarrollo de caries.

Pulpectomía: se trata de un método muy similar a la endodoncia, pero aplicado a la primera dentición. La pulpectomía se realiza cuando hay una infección o una caries avanzada en un diente de leche. El tratamiento consiste en la eliminación total de la pulpa dental o la extirpación total del nervio dental. Dependiendo de su estado, el odontopediatra recomendará la extracción de la pieza o su restauración.

Empastes dentales: la obturación o empaste dental es un tratamiento más común de lo que imaginamos en niños. Los empastes se emplean para eliminar las caries en su fase inicial, y consisten en la retirada de las mismas, el limpiado del área afectada y su posterior relleno con un material especial.

Aplicación de flúor: se trata de un proceso que busca prevenir el desarrollo de la caries. Aplicar flúor ayuda a tener unos dientes más fuertes y sanos, endureciendo el esmalte dental.

Ortodoncia infantil: es el tratamiento más común en las clínicas especializadas en odontopediatría. Dado que en esta etapa de la vida los dientes y boca del ser humano experimentan la mayoría de sus cambios, los tratamientos de esta rama son fundamentales para guiar el crecimiento de los dientes y corregir el desarrollo de los huesos. Existen diferentes tipos de ortodoncia infantil: preventiva, interceptiva, correctiva… Entre las anomalías más comunes que ayudan a corregir estos tipos de ortodoncia infantil podemos destacar: apiñamiento dental, maloclusiones dentales, paladar ojival…

Limpieza bucal infantil: además de conseguir llegar a cualquier rincón de la boca y reducir las probabilidades de desarrollar caries dental, la limpieza profesional es muy útil para que los más pequeños de la casa aprendan consejos para mejorar su higiene bucodental. Asimismo, es una opción ideal para que los niños se familiaricen con la visita al dentista.

Tras conocer las diferencias entre la Odontopediatría y la Odontología General, así como los tratamientos más comunes entre los dentistas pediátricos, os invitamos a conocer nuestra clínica Praxis Dental en Toledo. Contamos con un equipo de expertos en odontopediatría con más de 15 años de experiencia en el tratamiento de los más pequeños de la casa. Además, disponemos de las herramientas más sofisticadas para prevenir y tratar cualquier tipo de anomalía en los dientes y boca de los niños. Ofrecemos soluciones de todo tipo: prevención de caries, corrección de maloclusiones, pulpectomía, pulpotomía… Conseguiremos que vuestros hijos se sientan cómodos en nuestra clínica y, lo que es más importante, que regresen a casa con una sonrisa sana y brillante.

Revelador de placa: empleo en niños

En la Clínica Praxis Dental Toledo disponemos de un amplio gabinete de expertos en la salud bucodental de los niños. Nuestro equipo de profesionales en Odontopediatría cuenta con las herramientas más eficientes a la hora tratar a los más pequeños de la casa. Llevamos más de una década recurriendo a los mejores tratamientos para asegurar una salud bucodental impecable en cada uno de nuestros pacientes. Además, ofrecemos el mejor asesoramiento informativo acerca de la prevención de enfermedades bucodentales en los niños. En este sentido, hoy queremos hablaros del revelador de placa, un producto magnífico que permite enseñar a los pequeños la mejor técnica a la hora de cepillarse los dientes. ¿No has odio nunca hablar de los reveladores de placa? Entonces, quédate a leer este artículo para averiguar la importancia de este producto como herramienta contra la prevención de enfermedades bucodentales.

Revelador de placa: conocimientos sobre la placa bacteriana

Desde el mismo momento del parto, en la cavidad oral de los humanos comienzan a aflorar gran cantidad de microorganismos – o bacterias- que perduran a lo largo de toda la vida. Por otro lado, las proteínas que contiene la saliva dan lugar a que sobre la superficie de los dientes se forme una lámina invisible – denominada, película adquirida- a la cual se adhieren diferentes especies de bacterias. La presencia de microorganismos unidos a esta capa invisible es lo que da lugar a la llamada placa bacteriana. Lo que mantiene unidas las bacterias con esta fina lámina son los componentes de las proteínas y los hidratos de carbono. Concretamente, los ácidos o azúcares procedentes de los restos de alimentos que quedan en la boca tras cada comida. Además, estos azúcares también sirven de alimento a las bacterias. Por lo tanto, nos encontramos con que estos ácidos dan pie a la existencia de una gran capa de bacterias unidas a la superficie del diente: la placa bacteriana.

La placa bacteriana es la causante de algunas de las enfermedades bucodentales más comunes que conocemos, y que veremos en el siguiente apartado. Para eliminarla es necesario que los niños – y adultos- lleven a cabo un buen hábito de higiene bucodental. La limpieza bucodental debe incluir: cepillado de los dientes tras cada comida, empleo de un cepillo adecuado, enjuagues bucales, hilo dental… No obstante, a veces tomando en consideración todas estas precauciones no es suficiente para eliminar la placa bacteria. El motivo es que solemos cepillarnos sin prestar demasiada atención a la higiene interdental y la limpieza de las encías. Áreas donde se acumulan las bacterias más complicadas de eliminar. Por suerte, existen los reveladores de placa. El revelador de placa es un producto que tiñe los dientes permitiendo analizar si se ha eliminado toda la placa bacteriana. De este modo, nos ayuda a su eliminación y a prevenir enfermedades como la caries, la gingivitis o la periodontitis.

Revelador de placa: las consecuencias de tener sarro en los dientes

Cuando la placa no se elimina de manera regular, esta se endurece dando lugar a lo que conocemos como el sarro dental. Dicho de otra manera, el sarro es la placa bacteriana acumulada durante un largo periodo de tiempo y endurecida por el paso del mismo. El sarro o la placa bacteriana tienen repercusiones estéticas considerables, pero, sobre todo, a nivel de salud oral. Las consecuencias de la acumulación de sarro más significativas son:

-Halitosis: el mal aliento se produce por la acumulación de bacterias en la boca durante mucho tiempo.

-Caries dental: los microorganismos adheridos a la superficie de los dientes deterioran su esmalte. Los efectos de las caries incluyen: dolor, abscesos, inflamación dental, dientes deteriorados y complicaciones al masticar.

-Gingivitis o periodontitis: enfermedades que tiene su origen en la acumulación una gruesa capa de bacterias en el tejido de las encías. La gingivitis consiste en la inflamación y sangrado de las encías, mientras que la periodontitis conlleva la destrucción del hueso maxilar y la perdida de los dientes.

-Enfermedades sistémicas: como las cardiovasculares, y problemas digestivos.

El revelador de placa bacteriana

El revelador de placa es un producto que nos facilita sobremanera la higiene bucodental en los pacientes pediátricos. No obstante, los adultos también pueden emplear esta herramienta para optimizar la limpieza de sus dientes y encías. Existen diferentes reveladores de placa según su formato: colutorios, gotas, geles o pastillas masticables. El revelador de placa, mediante la acción de la fruoresceína sódica, produce una reacción química que tiñe toda la placa bacteriana. Una vez aplicado, veremos las áreas donde todavía quedan restos de placa bacteriana. Justo ahí es donde deberemos incidir más a fondo con el cepillado de dientes. Por otra parte, es importante recalcar que este producto es totalmente seguro para la salud. Esto se debe a que los colorantes que contiene proceden de los alimentos. Finalmente, los reveladores de placa se pueden emplear:

Antes de cepillarse los dientes: se recomienda este forma de uso en niños, ya que les sirve de guía para saber donde han de cepillarse los dientes con más empeño.

Después del cepillado: el revelador mostrará los restos de placa bacteriana que hayan podido quedar tras el cepillado. Es decir, indica el grado de eficacia en el cepillado del niño y muestra aquellas zonas que aún ha de cepillarse.

Lesiones dentales, ¿qué hacer?

Primeros auxilios para lesiones dentales 

La mayoría de las lesiones dentales en niños menores de 12 años se producen por caídas, mientras que en los adolescentes suelen estar relacionas con traumatismos derivados de la práctica de algún deporte. Como padres, es fundamental saber como actuar ante este tipo de contratiempos para proteger la salud bucodental de nuestros hijos. En el blog de hoy, vamos a proporcionaros una guía esencial de primeros auxilios para las lesiones dentales en los más pequeños de la casa. De esta manera, podréis tomar las medidas necesarias en caso de una situación de emergencia dental de este tipo.

¿Cuáles son las lesiones dentales más comunes en niños?

Antes de conocer las medidas que se han de tomar ante las lesiones dentales en niños, es importante saber cuáles son las más comunes:

Dientes fracturados o astillados: son las lesiones dentales más comunes en los niños. Estas se producen por una caída, un traumatismo o cuando el niño muerde objetos duros.

Dientes avulsionados: la avulsión dental se trata de cuando el diente se desplaza por completo de su alvéolo (el hueco donde se sitúa la pieza dental) debido a un fuerte traumatismo. Además, este tipo de lesiones dentales puede dañar también el hueso alveolar y los tejidos periodontales.

Dientes luxados o desplazados: cuando los niños se golpean fuertemente en la boca, a menudo alguna de sus piezas dentales se desplazan en cualquier dirección. A esto se le denomina dientes luxados. La luxación de los dientes provoca que estos no estén colocados en su posición natural e incluso la perdida de continuidad sobre los tejidos de alrededor.

Lesiones en los tejidos blandos: los niños también puede sufrir lesiones de diferente gravedad en los tejidos blandos de su boca. Por ejemplo, cortes y heridas en el labio, la lengua y la encía.

¿Qué hacer ante las lesiones dentales en niños? 

1. Estas son las medidas que se han de tomar si la lesión afecta a las encías o los dientes de leche:

-Cuando la zona afectada este sangrado, es imprescindible aplicar presión con una gasa o un paño húmedo y frío. Además, el niño ha de morder la gasa. De esta forma, la inflamación y el sangrado disminuirán.

-Ofrecer al niño un polo de hielo para que al chuparlo también logremos reducir la inflamación. Otra posibilidad es envolver un trozo de hielo en una toalla y que el niño lo apriete contra su mejilla.

-Importante también darle medicamentos que le alivien el dolor, como es el caso del paracetamol y el ibuprofeno.

-Tras estos primeros auxilios es fundamental llamar a un profesional en odontología. En el caso de los niños, se debe contactar con un odontopediatría. Estos profesionales son quienes están mejor capacitados para tratar las lesiones dentales en los niños.

-Hasta que acudamos con el niño a la clínica dental, la clave está en vigilar como evoluciona su lesión dental. Hay que vigilar la inflamación de las encías, así como si sigue sintiendo dolor o tiene fiebre o le cambia el color de los dientes.

2. Cuando se rompe una pieza dental permanente:

-Lo primero que debemos hacer es encontrar el diente o la parte de este que se ha roto y recogerla. Es importante coger el diente roto por la corona en lugar de por la raíz. Esto se debe a que en caso de poder ser colocado de nuevo evitaremos en gran medida la proliferación de bacterias en la boca del niño. A continuación, introduciremos la pieza dental desprendida o su parte rota en un recipiente con una solución salina, en leche o en la saliva del niño. Bajo ningún concepto se ha de guardar el diente en un vaso con agua del grifo.

-Cuando el diente roto sea el de un adolescente, es importante tratar de colocar de nuevo la pieza en su alvéolo sin tocar la raíz. Posteriormente, el niño ha de morder una gasa para mantener el diente en su sitio.

-Otra medida que han de tomar los padres ante este tipo de situaciones es aclarar la boca del niño con agua tibia. Además, el niño debe morder una gasa o un pañuelo para evitar el sangrado y aliviar el dolor.

– Finalmente, contactar con el odontologo lo antes posible para que el niño reciba el tratamiento adecuado. En el caso de no ser posible, se ha de acudir a un servicio de urgencias médicas. Las posibilidades de salvar un diente que se ha roto o desprendido disminuyen de manera significativa pasadas las 2 horas.

3. Cuando se produce el desplazamiento de los dientes:

-Jamás hay que intentar colocar el diente desplazado en su posición original. Esto lo único que puede provocar es que tanto la pieza dental como los tejidos blandos de la boca se vean más afectados.

-En primer lugar, lo primero que han de hacer los padres es limpiar con agua tibia cualquier resto de sangrado o de alimentos que pueda haber en la boca del niño.

-A continuación, darle al niño una gasa fría para que la muerda sobre la zona afectada reduciendo así el sangrado y la inflamación.

-Por último, contactar con un dentista que se encargara de evaluar el problema y determinará el tratamiento más adecuado.

4. Para lesiones en los tejidos blandos de la boca

-Limpiar con suavidad la herida con agua tibia para retirar la suciedad y parar el sangrado.

-Colocar una compresa fría sobre el área afectada, de modo que se reduzca la inflamación y el dolor.

– Cuando la herida es grave o el sangrado no disminuye, es fundamental buscar lo antes posible atención médica.

Las caídas o los traumatismos que provocan lesiones dentales en los niños son muy comunes. Sin embargo, esto no significa que no debamos darle la importancia que merecen. Es fundamental saber brindar primeros auxilios ante este tipo de situaciones a los más pequeños de la casa. Este tipo de medidas pueden marcar la diferencia en la salud bucodental de vuestros hijos. Los padres deben tener la capacidad de actuar rápidamente y con determinación antes las lesiones dentales de los peques. Deben evitar infecciones, el sangrado y buscar la ayuda de un profesional cuanto antes. Con la combinación de estos primeros auxilios y el tratamiento de un profesional, podréis asegurar una sonrisa sana y bonita para vuestros hijos a lo largo de su vida.

Alimentos que fortalecen los dientes

Como siempre os decimos, es fundamental cuidar los dientes y boca de vuestros hijos para que puedan disfrutar de una salud bucodental adecuada el resto de su vida. Sin embargo, no basta con que se cepillen los dientes o acudan de manera regular a hacerse un chequeo dental. También hay otros hábitos que contribuyen a mantener sus dientes y boca sanos. Comer y beber ciertos alimentos y bebidas también contribuyen a que su salud bucodental sea la correcta. En el artículo de hoy, vamos a daros una serie de recomendaciones acerca de lo qué debéis hacer a la hora de las comidas de vuestros hijos para mejorar la salud de sus dientes. ¿Qué deben comer? ¿Qué alimentos hay que evitar? ¿Cuándo usar o dejar de usar el biberón? ¿Qué alimentos ayudan a fortalecer los dientes? Este tipo de cuestiones y algunas más las trataremos a continuación:

Consejos para que los niños tengan una salud bucodental de hierro

La mayoría de los alimentos y bebidas diseñados para los bebés se caracteriza por contener un alto nivel de azúcar. Asimismo, nuestros dientes necesitan un tiempo para recuperarse tras cada comida. Por esta razón, es fundamental reservar aquellos alimentos y bebidas más azucarados para el desayuno y la hora de comer, evitando dárselos en la cena o justo antes de que se vayan a la cama. Las únicas bebidas que se consideran totalmente saludables para los dientes de los bebés y niños son la leche y el agua. Además, es importante que tomen alimentos ricos en proteínas, calcio, minerales y vitaminas A, C y D, de modo que puedan mantener sus dientes fuertes y sanos. Este tipo de productos contienen una serie de nutrientes que contribuyen a fortalecer el esmalte y protegen las encías. Antes de mostraros los alimentos y bebidas más saludables para los dientes y boca de los niños, vamos a facilitaros una serie de consejos dependiendo de la edad de vuestro hijo que son fundamentales a la hora de preservar su salud bucodental:

1. Recomendaciones en bebés (0-2 años)


-Bebidas: procurar darle solo leche y agua, evitando los jugos, zumos o bebidas azucaradas.

-Empleo del biberón: comenzar a usar el biberón cuando el bebé tenga 6 meses, dejando de emplearlo cuando cumpla los 12 meses.

-Alimentos con mucha azúcar: reservar los alimentos y bebidas con más azúcares para el desayuno y la comida. Nunca les deis este tipo de productos en la cena o al acostarse. En el caso de necesitar el biberón por la noche, que este contenga agua en lugar de leche u otra bebida. Si es imprescindible la leche por la noche, diluirla en agua hasta que el bebé termine bebiendo solo agua.

-Cuidado con los azúcares añadidos: es importante leer las etiquetas con los ingredientes de los alimentos. De esta manera, evitaréis darle al bebé alimentos con azúcares añadidos presentes en: miel, jarabes, melaza, glucosa en polvo, fructosa, sacarosa…

-Aperitivos saludables: aprended a darle al bebé a media mañana y en la merienda alimentos saludables bajos en azúcar. Por ejemplo, fruta fresca, queso o yogur natural.

-Bebidas azucaradas: evitar que el bebé tome bebidas azucaradas (refrescos, zumos, jugos…), ya que tiene mucha azúcar y no les aportan ningún beneficio a su dieta. Las bebidas de este tipo suelen provocar caries y resultan difíciles de sustituir por otras más saludables, cuando el bebé las prueba por primera vez.

-Higiene: por último, recordad que es fundamental la limpieza de sus dientes, encías y boca antes de irse a la cama.

2. Consejos para niños (de tres años en adelante)


-Planificación de su alimentación: es importante programar las comidas de los niños a partir de los 3 años de edad. Para que la dieta de los niños sea beneficiosa para su salud bucodental y general, es fundamental que incluya las proteínas, carbohidratos (en su mayoría, de absorción lenta), grasas (saludables), vitaminas y nutrientes necesarios. El reparto de las comidas debe ser: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. A media mañana y en la merienda debéis darle aperitivos saludables en lugar de productos procesados y altos en azúcar.

-Bebidas: principalmente, están han de consistir en leche y agua. Por el contrario, los refrescos azucarados y los zumos se han de evitar en la medida de lo posible.

-Darles un respiro: aunque es importante que vuestros hijos lleven una alimentación saludable durante la mayor parte del tiempo, puede ser beneficioso dejarles comer y beber lo que quiera de vez en cuando. Es mejor que se salten la dieta una vez al día en lugar de que se la salten todos los días. Asimismo, trata de reservar los alimentos y bebidas con más azúcar para el desayuno o la comida. De esta manera, el daño a sus dientes será mucho menor que durante la cena.

Higiene: tres veces al día, con un cepillo adecuado a los niños y con una pasta dentífrica especifica que contenga flúor.

Alimentos y bebidas que cuidan la salud bucodental

Queso: es queso es uno de los alimentos que contiene más calcio y fósforo, nutrientes muy beneficiosos para la salud bucodental. Asimismo, es un alimento que equilibra el pH de la boca y restaura el esmalte de los dientes. Los quesos más recomendados a la hora de fortalecer los dientes son: cheddar, camembert y roquefort.

Leche: al igual que el queso, aporta mucho calcio a nuestro organismo. La leche es un alimento fundamental a la hora de formar los dientes y los huesos de los niños. Por tanto, es importante que asegurarnos de que toman la cantidad necesaria todos los días.

Manzanas: la manzana no puede faltar nunca en la dieta de los niños. Por un lado, se trata de una fruta que ayuda a limpiar de manera natural los dientes y las encías. Asimismo, es un alimento que, por su alto contenido en fibra, estimula la segregación de saliva. La saliva es indispensable para la limpieza y la conservación de los dientes, ya que combate los ácidos que los debilitan. La manzana es un aperitivo ideal a la hora de la merienda.

Fresas: la fresa es una fruta que no os costará dar a vuestros hijos, por el hecho de que suele ser la preferida por los niños. Las fresas contienen xilitol, un elemento que combate de manera eficaz las bacterias, evitando el desarrollo de caries. No obstante, es importante señalar que cualquier tipo de fruta tiene azúcares, por lo que es fundamental que el niño se cepille los dientes después de su ingesta.

Cuidar la salud bucodental  de los niños durante sus primeros años de vida es muy importante. Además de una correcta higiene dental y las revisiones periódicas dentales, incorporar alimentos a su dieta que fortalezcan sus dientes puede ser de gran ayuda para que sus hijos disfruten de una boca sana el resto de su vida.

¿Cepillo eléctrico o manual para tus hijos?

Los padres tienen la responsabilidad de que sus hijos sigan una correcta rutina de higiene oral, ya que este es el mejor modo de prevenir las caries o las enfermedades de las encías. De igual modo, es importante que los niños acudan de manera regular a la clínica dental para realizarse un chequeo dental a fin de evitar cualquier patología relacionada con la cavidad bucal. Una de las dudas más frecuentes que los padres y madres nos preguntan en la clínica de Praxis Dental Toledo es qué clase de cepillo de dientes es el más adecuado para sus hijos: cepillo electrico o manual. En el artículo de hoy vamos a resolveros esta cuestión. Sin embargo, tener en cuenta que, independientemente del cepillo que se escoja, lo fundamental es que la limpieza oral de vuestros hijos sea la correcta.

¿Cuándo es mejor el cepillo eléctrico y el manual? 

Como ya hemos explicado en otras ocasiones, no es necesario que los niños utilicen el cepillo hasta que la mayoría de sus dientes de leche han erupcionado (alrededor de los 2 años de edad). Antes de esta etapa, basta con limpiar las encías del niño con una gasa para eliminar los restos de leche y otros alimentos. Conforme van saliendo los dientes de leche es el momento de introducir en su higiene oral un cepillo manual para niños y un poquito de pasta dental. En este periodo no es recomendable que los niños utilicen el cepillo eléctrico, puesto que los movimientos y la fuerza que este ejerce puede resultarles molesto. Además, no es conveniente que un niño de tan corta edad manipule un cepillo eléctrico.

A partir de los 4 o 5 años de edad, el niño ya puede emplear sin problema el cepillo eléctrico para el cepillado de sus dientes. Los cepillos eléctricos limpian con más eficacia los dientes y las encías que los cepillos manuales. Esto se debe a que son capaces de hacer movimientos giratorios de manera constante con lo que conseguimos retirar más cantidad de placa bacteriana que con los cepillos tradicionales. Sin embargo, tanto si se elige el cepillo manual como el eléctrico, es fundamental que los padres supervisen en todo momento la higiene oral de sus hijos. Es muy importante cerciorarse de que el niño se limpia correctamente los dientes.

Diferencias entre los cepillo eléctrico y manual 

Hay dos diferencias que distinguen a los cepillos eléctricos de los tradicionales. La primera, obvia para todos, es que al ser eléctricos son mucho más cómodos. Los niños no tienen que ejercitar movimientos complicados para que el cepillo retire los restos de comida de su boca. En segundo lugar, mientras los cepillos manuales se deben utilizar con movimientos verticales, los eléctricos funcionan realizando movimientos circulares a través de un cabezal que rota. Así pues, los cepillos eléctricos tienen varias ventajas sobre los manuales:

A) Mejor cepillado de los dientes con mucho menos esfuerzo.

B) Limpieza de áreas de dificultad acceso. Los cabezales de los cepillos eléctricos son capaces de rodear las piezas dentales por completo. Por lo tanto, las limpian en profundidad.

C) Elimina más restos de comida de las encías. El cepillo eléctrico, con sus giros rotatorios, es capaz de eliminar los retos de comida acumulados en los bordes de las encías, así como en los espacios que hay entre cada diente.

D) Menor riesgos de desgaste (abrasión por fricción) de los dientes al realizar la limpieza de los mismos. Los cepillos eléctricos tienen un mecanismo que controla la presión que ejercemos sobre los dientes durante el cepillado. El cepillado manual, por el contrario, puede llegar a limar el esmalte de los dientes.

Pese a todo, esto no significa que debamos desechar los cepillos manuales. Los cepillos tradicionales también tienen sus virtudes, empezando porque son mucho más ecónomicos. Además, los cepillos manuales son más recomedables después de una cirugía oral, cuando haya puntos de sutura y en algunos tratamientos especificos de ortodoncia. Por lo tanto, la elección de uno u otro cepillo es algo subjetivo. Como os hemos comentado, lo fundamental es que, sea cual sea el cepillo elegido, la higiene oral de los niños sea la correcta.

Consejos para el cuidado del cepillo eléctrico y manual 

El mantenimiento del cepillo de dientes también es importante. Para evitar que se acumulen en él las bacterias, la limpieza y la conservación cuando no se usa deben seguir las siguientes pautas:

Limpieza: después de cada cepillado hay que lavar meticulosamente el cepillo y dejar que se seque antes de colocarlo en el portacepillos. Cuando lo dejamos sin secar, facilitamos que la humedad desarrolle bacterias en las cerdas. Al lavar el cepillo debemos asegurarnos de que en él no quedan restos de comida ni de pasta dental.

Un cepillo por persona: nunca hay que compartir los cepillos de dientes. Esto supone un riesgo muy elevado de contraer infecciones. Los padres deben enseñar esto a sus hijos desde que comienzan a usar el cepillo de dientes. A la hora de almacenarlos es importante verificar que no entrar en contacto con otros cepillos.

No compartirlos: utilizar el cepillo de dientes de otra persona supone un riesgo de contraer cualquier tipo de infección. Hay que enseñar a los niños a no hacerlo.

Renovación del cepillo: se recomienda cambiar el cepillo manual o eléctrico cada tres meses. De la misma manera, también han de ser sustituidos cuando las cerdas estén dobladas y desgastadas. Un cepillo con las cerdas en mal estado pierde efectividad. Resulta muy complicado llegar a las zonas de difícil acceso para eliminar la placa bacteriana que allí se encuentre.

Limpieza del portacepillos: también es importante lavar regularmente el recipiente donde almacenamos los cepillos. En el fondo de los portacepillos también se acumulan muchas bacterias que acaban por adherirse a las cerdas del cepillo de dientes. Por lo tanto, para evitar el riesgo de infecciones hay que lavar cuidadosamente el recipiente donde almacenamos los cepillos.

Recordad que una limpieza oral correcta implica que vuestros hijos se cepillen los dientes después de cada comida (sobre todo, antes de irse a la cama). De igual modo, el cepillado debe durar al menos dos minutos para que se puedan eliminar todos los restos de comida. Asimismo, en niños de 5 o más edad se recomienda también el empleo del hilo dental. Por último, en caso de que el odontopediatra lo haya indicado, emplear enjuague bucal especifico para niños.