Diente definitivo: qué hacer cuando se desprende por traumatismo

Uno de los momentos más especiales en la vida de los niños es cuando, tras perder un diente de leche, esperan la llegada del Ratoncito Pérez. Nosotros, como padres, sentimos una profunda satisfacción al ver sus rostros repletos de alegría y de ilusión. No obstante, este entusiasmo cambia por completo cuando la pieza desprendida se trata de un diente definitivo. Lo cierto es que entramos en pánico. Por suerte, la odontología ha avanzado muchísimo y en la mayoría de los casos la pérdida de un diente definitivo, si el especialista actúa con urgencia, tiene solución. Sin embargo, para que esto ocurra los padres deben seguir con atención las pautas que les mostramos a continuación.

¿Qué hacer para salvar un diente definitivo caído o roto?

Para comenzar, hay que tener en cuenta que se debe actuar de una u otra manera sí el diente se ha desprendido por completo o, por el contrario, si solo se ha roto. Cuando únicamente se trate de un trozo de diente desprendido, la misión que tendrán los padres es encontrar la parte rota de la pieza y acudir con ella cuanto antes al dentista u odontopediatra. Por el contrario, si el traumatismo ha provocado que nuestro hijo haya perdido un diente definitivo en su totalidad, habrá que buscarlo y cogerlo por la parte que sobresale de la encía (es decir, la corona). En este sentido, es de vital importancia NO coger el diente por la raíz.

Asimismo, si la pieza dental se ha manchado durante su desprendimiento, hay que lavarla con agua. ¡Ojo!, solamente lavarlo o enjuagarlo con agua. Limpiar el diente con jabón solo servirá para dañarlo aún más. Lo ideal es ir en el mismo instante que se ha producido el accidente a la clínica. Como mucho hay que acudir en un plazo máximo de 24 horas para que el dentista pueda tratar el traumatismo. Generalmente, los odontólogos recomiendas que, en caso de poder hacerse, los padres coloquen el diente desprendido en el lugar donde estaba. Para que este se mantenga sujeto se debe presionarlo con la ayuda de una gasa.

También se puede introducir el diente definitivo en la boca del niño para que se conserve, pero no es recomendable pues se corre el riesgo de que se lo trague. Otra posibilidad es meter la pieza dental en un vaso de leche o suero fisiológico, ya que ambos ayudan también a conservar la pieza. Sea como fuere, hay que asistir rápidamente a la clínica de un dentista. En este caso, de un odontopediatra pues está mejor preparado que ningún otro odontólogo para tratar con niños.

¿Por qué hay que acudir rápidamente al dentista si se cae un diente definitivo?

Solemos pensar que este tipo de accidentes son poco comunes. Que acudir con los niños al odontopediatra tiene que ver sobre todo con problemas como la caries, el bruxismo o la maloclusion. Sin embargo, la perdida total o parcial de los dientes definitivos es algo muy habitual entre la población. En España, según la Asociación Española de Endodoncia, alrededor del 15% de la población han sufrido traumatismos de este tipo a lo largo de su vida. Traducido en números esta cifra equivale a unos 7 millones de personas. Cuando echamos la vista hacia los más pequeños de la casa, la cifra es todavía más preocupante. Y es que alrededor del 50% de los niños o adolescentes padecen traumatismos dentales en algún momento de sus vidas. En definitiva, este contratiempo es más habitual de lo que solemos imaginar y hay tratarlo cuanto antes para que no deje secuelas en la salud oral de los niños.

Ahora bien, ¿por qué hay que acudir lo antes posible para colocar o pegar el diente definitivo? La respuesta tiene una sencilla explicación. Todas las piezas dentales tienen células en su raíz que se encargan de agarrarse a la encía, es decir, de mantener el diente en su sitio. Estas células pueden sobrevivir durante un tiempo limitado en un entorno que no es el suyo. Cuanto antes se acuda al dentista para la recolocación del diente, mayores probabilidades habrá de que estas células sigan vivas y puedan volver a agarrarse a la encía. Por el contrario, si las células mueren hay muy pocas probabilidades de que el diente se reenganche. Según el Colegio de Odontólogos de Madrid, estas células solo suelen sobrevivir entre 1 y 2 horas. No obstante, se han dado casos en los que han seguido vivas hasta 24 horas después del accidente. En todo caso, si se visita al odontopediatra en la primera o segunda hora del desprendimiento, en el 95% de las ocasiones el diente se salva sin complicaciones.

Si bien es cierto que existen muchos tratamientos para solucionar la pérdida de un diente definitivo, sí cabe la posibilidad, reimplantar un diente propio es lo ideal. Aunque las prótesis dentales son duraderas, estables y efectivas, no pueden compararse a una pieza propia. En este sentido, poder reimplantar el diente del niño tiene muchas ventajas. Por ejemplo, el menor no tendrá que someterse a ninguna operación para colocarse una prótesis. Del mismo modo, el odontopediatra no tendrá que trabajar para desarrollar una prótesis que recree la apariencia del diente desprendido. Pero, sobre todo, a estos inconvenientes hay que sumarle uno muy significativo: los niños deben esperar años hasta poder ponerse un implante dental. Como todos sabemos, la falta de una o varias piezas dentales suponen un problema estético. Un contratiempo grave que puede causar problemas psicológicos a los niños.

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