Casi todos los padres guardan los dientes de sus hijos como recuerdo, los cuales le mostrarán al desvelar el misterio del Ratoncito Pérez. Pero lo que muchos desconocen es que el hecho de guardarlos podría ayudarles a salvar vidas.
Además de ser dientes de transición, tienen un gran poder en su interior: contienen células madre. Estas se encuentran dentro de la pulpa de la pieza, protegidas y totalmente esterilizadas, las cuales también podemos encontrar en el propio cordón umbilical al nacer.
¿Qué son las células madre que tienen los dientes?
Las células madre adultas (CMA) están en todo nuestro organismo, con el objetivo de ayudarnos a cicatrizar, o lo que es lo mismo, a reparar tejidos.
Las células madre son una pieza clave para enfermedades como el párkinson, alzheimer, diabetes mellitus tipo I, e incluso para algunos tipos de cáncer, ya que se utilizan para regenerar la médula ósea después del tratamientos; regenerar el corazón después de haber sufrido un infarto; trasplantes de piel, por ejemplo tras haber sufrido quemaduras; regeneración del hígado; regeneración de las neuronas, en pacientes que sufren parálisis; regeneración de la sangre, huesos o cornea.
Por ello se necesita una buena cantidad de las mismas para utilizarlas en tratamientos de medicina regenerativa, y que a su vez podamos multiplicar para utilizarlas.
Estas normalmente tan solo se podrán utilizar en ellos mismos en un futuro, y en familiares haciendo una prueba de compatibilidad para ver si pueden utilizarse.
¿Dónde se encuentran dentro del diente?
Estas células madres están dentro de la pulpa dental, un tejido blando en el que se albergan hasta dos docenas de CMA de gran calidad, las cuales tienen gran capacidad de multiplicarse, obteniendo hasta trillones de las mismas. Por lo que si cada diente alberga esta cantidad de células madre, imagínate lo que podemos conseguir con 20 piezas de los mismos.
Lo más adecuado para la conservación de las mismos son los bancos especializados en su preservación, en los cuales son guardados en cámaras de criopreservación con nitrógeno líquido, a los cuales se debería acudir durante las 48 horas posteriores desde la caída del propio diente o la extracción del mismo.
Si tienes cualquier duda sobre este tema o los dientes de tu hijo, acércate a nuestra clínica Praxis Dental y resolveremos todas las dudas que tengas.