En la actualidad las clínicas de odontopediatria reciben a gran cantidad de padres que preguntan si sus hijos necesitan tratamientos de pulpotomia o pulpectomia, en sus dientes de leche. El nombre de este tipo de tratamientos proviene de la pulpa dental, la pulpa dental es un numeroso conjunto de vasos sanguíneos y pequeños nervios que se encuentran dentro del diente y que conectan el diente con el nervio principal.
Al encontrarse dentro del diente (cámara pulpar) la pulpa no puede expandirse por lo que en caso de lesión en la zona, las células y tejidos de esta mueren (necrosis). Entre las razones que provocan la muerte de la pulpa destacan las físicas (traumatismos dentales, cambios bruscos de temperatura en el diente, radioterapias bucales…) y las químicas (mal sellado y filtración del empaste, intoxicaciones por diabetes, arsénico, mercurio, plomo…).
Tanto el tratamiento de pulpotomia como el de pulpectomia son exclusivos de las piezas dentales temporales, es decir, en los dientes de leche. Por tanto, ambos son dos tratamientos que se realizan exclusivamente en niños que normalmente padecen de algún tipo de caries dental.
¿QUE OBJETIVO TIENEN ESTE TIPO DE TRATAMIENTOS?
El tratamiento de la pulpa tiene como principal meta que los dientes de leche de nuestros hijos mantenga su integridad así como los nervios y vasos sanguíneos orales disfruten de buena salud. Aunque el objetivo principal es mantener la pulpa del diente afectado por caries en buen estado, un diente puede seguir realizando su función a pesar de la eliminación total de esta.
Antes de comenzar el tratamiento el especialista realizara un diagnóstico clínico exhaustivo de la pulpa de nuestros hijos para obtener el tratamiento adecuado pues el estado de inflamación pulpar puede ser reversible o irreversible.
PULPOTOMIA
Cuando el tratamiento de la pulpa es reversible hablamos de realizar una pulpotomomia. Los signos más evidentes que nos indican que el diente del niño padece de una inflamacion pulpar reversible son: ausencia de dolor en la zona, ausencia de sensibilidad a la palpación, ausencia de movilidad en la pieza dental y pulpa de color rojo con un sangrado controlable.
Durante la pulpotomia el odontopedriata extraerá la pulpa afectada mientras que el tejido que se encuentra alrededor de esta (tejido radicular) se conservara. Para mantener de forma adecuada el tejido radicular el odontopedriata aplicara en la zona agentes como el formocresol o el sulfato férrico. Más adelante se continuara con la reconstrucción del diente que, en cuyo caso de ser molares y conserven más del 60% por ciento de la pieza se utilizara una corona de acero inoxidable.
Este tipo de intervenciones están contraindicadas en las piezas dentales que presentan marcas o señales de afección en sus tejidos pulpares remanentes. Las dolencias más comunes son dolores espontáneos, movilidad del diente, fistulas (abertura bucal de drenaje por donde sale pus de una infección dentro del hueso), calcificaciones, sangrado anormal y radiolucidez periapical (infecciones bacterianas).
PULPECTOMIA
Por otro lado, si la pulpa dental del niño se encuentra en estado pulpar irreversible con necrosis y de inflamación crónica hablaremos de un tratamiento de pulpectomia. Los signos más evidentes que indican que el diente del niño tiene una inflamación pulpar irreversible son: dolor persistente en el diente, hipersensibilidad a la palpación, movilidad del diente, pulpa de color rojo oscuro y hemorragia abundante.
Mediante una radiografia previa el odontopedriata observara la profundidad real de la caries y la afección del nervio para después actuar en consecuencia. En algunos casos es necesario la extracción definitiva del diente pues pueden surgir infecciones con absceso (acumulación de pus en la parte interna del diente) o movilidad extrema de este que impide al niño poder masticar bien los alimentos.
La pulpectomia se encarga de eliminar 2/3 partes de la pulpa del diente de leche, después el hueco resultante de la operación se rellena con un tipo de material reabsorbible que no obstaculice la aparición posterior del diente definitivo.
La pulpectomia no se recomienda en aquellas piezas dentales que sufren de movilidad extrema, comunicación entre la corona dental (parte visible del diente) y la furca dental (zona anatómica que conforma el área entre las diferentes raíces de los dientes ya sean premolares o molares) o infecciones. En este caso la extracción del diente está asegurada pues apenas sobrevive una tercera parte de la raíz del mismo.
Los padres deben visitar cada 6 meses la clínica para que el odontopedriata pueda revisar el estado de la operación del diente del niño. Si por algún motivo no es posible la visita del paciente a la clínica y tras un tiempo la pieza vuelva a sufrir algún tipo de afección lo recomendable es proceder directamente a la extracción de esta ya que, podría ser perjudicial para la salida del diente definitivo que hay debajo.
Si queremos evitar las pulpotomias y las pulpectomias en nuestros hijos la mejor prevención es educarles desde pequeños a mantener una correcta higiene dental.