Hoy vamos a hablaros de un tema muy importante, de una cuestión que pueda evitar que vuestros bebés desarrolle enfermedades bucodentales como la caries o las maloclusiones. Nos referimos a la importancia de la leche materna respecto a la salud bucodental de los más pequeños de la casa. Prestad atención, pues esto les interesara a muchos de ustedes.
¿La lactancia materna previene la caries?
En efecto, la leche de la madre ayuda a evitar que los dientes del bebé desarrollen las temidas caries, ya que contiene anticuerpos (inmunoglobulinas) que evitan su crecimiento. No obstante, los bebés y niños pequeños pueden tener caries si no se evitan los siguientes patrones erróneos de conducta:
– Alimentar al bebé varias veces por la noche, tanto con el pecho como con el biberón.
– Excesivo consumo de alimentos con alto contenido en azúcar.
– No tomar suficiente flúor
– Presencia de una cantidad menor a la normal de esmalte en sus dientes (hipoplasia dental)
-Transmisión temprana de bacterias, por ejemplo, proveniente de la saliva de los padres.
La mejor alternativa a la hora de evitar el desarrollo de caries en bebés y niños pequeños es que los padres se comprometan con su higiene bucodental. Cuando el bebé aún no haya comenzado a desarrollar la primera dentición, bastará con que los papás limpien su encía con una gasa humedecida en agua. Una vez que los primeros dientes empiezan a brotar, se usará el cepillo de dientes y una pasta especial para niños pequeños.
¿Cómo influye la lactancia materna en la mordida?
La etapa de lactancia materna, periodo en el que el bebé se ingiere leche materna, abarca muchos beneficios para el correcto desarrollo de la musculatura de su boca, evitando entre otras anomalías:
1. Maloclusión dental: es decir, cuando se produce un mal contacto entre los dientes superiores e inferiores del niño causado por el apiñamiento de estos, las sobremordidas y las mordidas cruzadas. El movimiento de succión del pezón comprende el uso de la lengua y los músculos maxilares por parte del bebe, de modo que favorece el buen desarrollo de estos. De hecho, se estima que empleando de manera regular los músculos maxilofaciales para amamantarse, el niño tienen un 50 % menos de probabilidades de desarrollar maloclusiones.
2. Paladar ojival, estrecho, hendido…: la lengua influye de manera fundamental en la configuración del paladar. Cuanto más use el bebé su lengua de forma adecuada, como por ejemplo durante el amamantamiento, más probabilidades hay de que su paladar se forme correctamente. En cambio, cuando el niño usa demasiado el biberón corre el riesgo de que su paladar se deforme, tanto en altura como en anchura. La razón de la presencia de esta deformidad se debe a que la lengua del bebe no puede alcanzar el paladar cuando succiona la tetina. Algo que sí sucede durante el acto de amamantarse.
3. Deglución atípica: se produce cuando el niño coloca de manera inapropiada su lengua en el momento de tragar los alimentos. Esto anomalía provoca que la lengua ejerza más presión en los incisivos superiores o inferiores, cuyo resultado es que los dientes se desplacen hacia delante. La etapa de lactancia repercute en los patrones de deglución del niño. Cuando un bebé succiona el seno, establece el patrón adecuado para la colocación de la lengua. Por tanto, evita la aparición de la deglución atípica, la cual también influye en la respiración nasal.
Es de gran importancia que el bebe se amamante al menos durante sus 6 primeros meses de vida. De esta manera, podemos evitar pautas incorrectas que puede afectar a su mordida, deglución de alimentos y respiración.
¿Qué sucede si el bebé muerde durante la lactancia materna?
Como os hemos explicado en numerosas ocasiones, los primeros dientes de leche brotan de la encía del bebé a partir de los seis meses de edad. No obstante, hay casos esporádicos en los que el bebe ya nace con uno o varios dientes, mientras que otros no los desarrollan hasta que alcanzan los 12 meses de vida. Una parte importante de las madres evita amamantar a su bebé cuando de su encía comienzan a brotar los primeros dientes de leche. ¿El motivo? Pues porque tienen miedo a que su bebé les muerda el pezón. Sin embargo, frente a este temor, las madres deben saber que muy pocos bebés con dientes muerden durante la lactancia. Cuando el bebé se amamanta de su madre, no mordisquea el pezón, ya que la lengua cubre sus dientes inferiores. Quizás, lo que si podría darse –cuando se está a punto de destetar al bebé – es que el niño tirase del pezón. Este contratiempo se puede solucionar fácilmente: la madre debe retirar el pecho de la boca de su bebe para que este entienda que si tira del pezón no se le dará leche.
Beneficios de la leche de vaca para los dientes del niño
Entre los 6 meses y 2 años de edad el niño abandona la lactancia materna. En esta etapa de su vida es cuando la leche de vaca toma el relevo con los siguientes beneficios:
1. Remineralización dental: los dientes son porosos y, por tanto, van perdiendo minerales por debajo de su superficie. La leche de vaca contiene sustancias como el calcio o el fósforo en cantidades suficientes como para que los dientes de los niños no se desmineralicen.
2. Gran aporte de energético y de calcio: el tetrabrik con leche entera de vaca contienen alrededor de 600 kcal por litro, siendo así una gran fuente de energía para el niño. Sin embargo, lo más interesante de la leche de vaca es su alto contenido en calcio y fósforo biodisponible. Es decir, el organismo del niño puede emplear todos los nutrientes con mucha facilidad. Para aclarar esta cuestión, el cuerpo humano tiene una capacidad para procesar la leche de vaca mucho mayor que, por ejemplo, la leche de soja.