¿Qué tipo de cepillo de dientes deben utilizar los niños?

Cuando empezamos a enseñar el hábito de cepillarse los dientes a los más pequeños, lo hacemos comprándoles cepillos con diferentes formas y colores que les llamen la atención y conviertan este momento en una diversión.

Pero a medida que nuestros hijos van creciendo, debemos ir cambiando el tipo de cepillo por otros más acordes a su edad. En este momento es cuando aparece la gran duda: ¿cepillo eléctrico o manual?

 

¿Es mejor el cepillo eléctrico o manual?

 

Lo cierto es que ambos tipos de cepillo son igualmente aconsejables para su higiene bucal.

Por un lado el cepillo manual, si se utiliza bien puede proporcionar una limpieza completa de la boca y los dientes. En este caso, lo único necesario es saber cómo hacerlo, para lo que también puedes pedirnos ayuda, y te enseñaremos a ti y a tu pequeño cómo debe realizar un correcto cepillado.

Por otro lado, si se desconoce la técnica o se tiene poca habilidad manual, pueden utilizar un cepillo eléctrico el cual llegará a sitios donde hasta ahora no podía llegar con el otro, por lo que suele ser de gran ayuda para los más pequeños.

Lo más aconsejable es que el cepillado hasta los 3 años se lo proporcionen los padres. Después de este momento, cuando ya tienen cierta independencia comenzarían a cepillarse los dientes ellos solitos, y ya a los 6 años podríamos comenzar con el uso del cepillo eléctrico.

 

¿Cómo son los cepillos eléctricos destinados a los más pequeños?

 

Existen diferentes modelos de cepillos eléctricos para los niños. Al igual que los manuales, los hay con diferentes formas y de colores atractivos para llamar su atención. Además, este tipo de cepillos suelen atraer mucho a los niños ya que les hace sentirse adultos por utilizar uno de estas características.

Estos cepillos, además, presentan diferentes sonidos y sistemas de aviso para que el niño sepa cuando debe cambiar de posición o zona del cepillado, e incluso cuando debe terminarlo. De esta forma, conseguimos enseñarlo a lavarse los dientes y a tener una higiene completa.

 

Tal y como se realiza normalmente con un cepillo manual, es aconsejable cambiar el cabezal de los cepillos eléctricos cada tres o cuatro meses para que no se desgasten las cerdas y se van doblando y debilitando.

 

Si tienes cualquier duda sobre el cepillado de tus hijos, acude a nuestra clínica Praxis Dental y nuestros odontropediatras resolverán todas tus dudas.

Las llagas en la boca de los más pequeños

Este es uno de los problemas más comunes, que todo el mundo ha pasado, ya sea de niño o de adulto.

Las aftas bucales, también se les llama así, son principalmente de origen vírico y se curan en un corto espacio de tiempo, aunque durante el cual, hacen muy dificultosa la ingestión de comida debido a que son muy dolorosas.

 

¿Qué son las llagas bucales?

 

Se trata de pequeñas úlceras de color blanco o rojizo que se forman en las paredes de la boca, cerca de los labios, e incluso debajo de la lengua. Cuando pasan a tener un color blanco, normalmente es porque han comenzado a curarse. Estas varían de tamaño dependiendo del grado de infección, y además pueden salir de una en una, o incluso de forma masiva.

A pesar de que sean un poco desagradables a la vista, estas se van en un corto espacio de tiempo, aunque parezca todo lo contrario, en 7 ó 10 días habrán desaparecido.

 

¿Cuáles son las principales causas de la aparición de llagas en la boca?

 

  • Infecciones

Estas úlceras pueden aparecer debido a un virus, una bacteria o un hongo, aunque lo más normal es que sea la primera, y normalmente se trata de un herpes simple. A estas heridas dentro de la boca se les llama herpanginas, y cuando los que las presentan son bebés, estos pueden tener unas décimas de fiebre y mostrarse incluso irritables en su comportamiento. En su caso, estas llagas se suelen extender por fuera de la boca, en sus labios y mejillas, y son altamente contagiosas, por lo que hay que tener mucho cuidado de que no se nos peguen.

  • Traumatismos

Este puede haberse producido por una mordedura o incluso que se haya producido una herida al cepillarse los dientes, solo en el caso de que no haya más síntomas. En este caso la llaga solo producirá dolor en la propia úlcera.

  • Otras enfermedades

Algunas enfermedades de carácter inmunológicos provocan que aparezcan llagas en la boca. Es muy importante en este caso acudir a un odontopediatra o al propio pediatra para encontrar el origen de la enfermedad y un tratamiento que se adecúe a la misma.

 

¿Cómo tratar y prevenir la aparición de llagas en la boca de los más pequeños?

 

Tanto los antibióticos como los antiinflamatorios son inútiles en estos casos, puesto que lo único que alivian son los síntomas de las mismas. Lo mejor para su curación es la utilización de un antiséptico adecuado que deberéis aplicar en su boca.

Es muy importante el cepillado de sus dientes, o se enjuague solo en el caso de que no pueda cepillarse debido al dolor, para hacer desaparecer las bacterias del resto de la boca.

Si quieres ayudar a calmar el dolor de tu pequeño, también lo puedes hacer a través de la alimentación, haciendo que no coma alimentos demasiado ácidos o salados, preparándole alimentos semilíquidos como los batidos o zumos de fruta y verdura.

La halitosis infantil, un problema más que frecuente en los niños

Aunque normalmente lo relacionemos con los adultos, son muchos niños los que sufren de este problema de mal aliento.

Este no es solo un problema que ataña a la salud bucal, si no que puede ser el indicador de otros problemas incluso más graves.

Una cosa que no se debe confundir es el propio mal aliento que tienen algunas bocas nada más despertar por falta de salivación mientras se está durmiendo, ya que en este caso es ese el motivo principal, con un mal olor en cualquier otra parte del día y sin motivo aparente.

 

¿Cuáles son las principales causas de la halitosis infantil?

 

  • Mala higiene: Cuando no se realiza un correcto cepillado, es normal que restos de comida puedan quedarse entre los dientes, y por tanto las bacterias se alojen en los dientes, las encías, la lengua e incluso la garganta. Si los restos se quedan durante una larga temporada en su boca, hacen que esto tenga un mal olor y, además, puedan ser motivo de una próxima infección.

 

  • Caries: Cuando los más pequeños sufren de caries o abscesos dentanles estos en ocasiones provocan un olor desagradable, el cual puede ser la causa de la halitosis de tu hijo. Lo que se debe hacer es sellar o extraer ese diente lo antes posible para evitar su extensión por el resto de piezas dentales y que estas se expandan a los dientes definitivos.

 

  • Gingivitis: Esta enfermedad que padecen algunos niños, además de provocar el sangrado de las encías, va a hacer que su boca tenga un mal olor, debido a la convivencia de los dientes con la propia Lo ideal es que los niños no tengan que pasar por este problema de salud, ya que es mucho más grave, y lo normal es que sea una enfermedad bucal más común en adultos.

 

  • Infección sinusal: Esta afecta a las fosas nasales y la garganta, haciendo que se recoja un líquido dentro de ellas que puede causarle congestión nasal o dolor en la garganta. En este caso, esto puede ser o no provocado por una mala higiene, pero lo que está claro es que cambiando sus hábitos no va a conseguir solventar estos problemas, sino que deberá acudir a un pediatra.

 

  • Amigdalitis: Se trata de la inflamación de las amígdalas, las cuales cuando presentan este aspecto tienen unas manchas blancas en su interior. Esta infección produce mal aliento en la boca de su pequeño, por lo que necesitará acudir a un médico para que le receten antibiótico y deshacerse del problema.

 

¿Cómo podemos evitar la halitosis infantil?

 

Para evitar este problema tan desagradable es muy importante que su hijo cepille correctamente sus dientes y encías, y en algunos casos usted mismo debe revisarlo para corroborar que esto se ha hecho bien.

En cualquier caso, si tiene alguna duda siempre puede llamar a nuestro número de teléfono o acudir a nuestra clínica Praxis Dental para que le hagamos una revisión sin compromiso.