Salud oral infantil: mejores productos de limpieza

 

Salud oral infantil: productos de higiene dental para niños


Encontrar productos para el cuidado bucodental de los más pequeños es una tarea complicada. Al pensar en la sección de productos de higiene dental de su supermercado o farmacia, ¿cuáles son las palabras que le vienen a la cabeza? «Divertido» o «adecuado para niños», probablemente, no sean los términos que se le ocurran. La mayoría de los productos de higiene y cuidado bucodental están hechos por y para adultos. Resultan poco llamativos para los peques. Además, en algunas ocasiones, ¡ni siquiera son tan seguros o eficaces como imaginas! Por un lado, están los productos “tradicionales”: muchos de ellos se fabrican con ingredientes perjudiciales o no se ajustan a las necesidades específicas de los niños. Como ejemplo de esto tenemos el hilo dental con PFAS (teflón) o el colutorio a base de alcohol (relacionado con el cáncer). En el lado opuesto, tenemos los productos “naturales”: elaborados con ingredientes como aceites esenciales o carbón activo. Aunque esto son más seguros, lo cierto es que no siempre es así. Sin ir más lejos, el carbón activo o duro contribuye a un desgaste acelerado del esmalte dental. Los aceites de menta y eucalipto eliminan las bacterias nocivas para la boca, pero también las beneficiosas. Entonces, ¿cuáles son los productos más eficaces para el cuidado de la salud oral infantil?  En este escrito, te lo contamos.

¿Cuáles son los mejores productos para la salud oral infantil?


1. Cepillos de dientes para niños: las cerdas del cepillo deben ser suaves para cuidar el esmalte dental y las encías sensibles de los niños. Para los niños con una edad inferior a 3 años, es mejor que las cerdas de los cepillos sean extra suaves. En el caso de niños con más de 3 años, se recomiendan cepillos dentales con cerdas suaves. Los especialistas en salud oral infantil reiteramos que las cerdas duras pueden ocasionar daños en los dientes y encías de los pequeños. Además, estos cepillos resultan dolorosos, lo que suele desmotivar a los niños. También es esencial que las cerdas de los cepillos estén fabricadas con nylon, ya que este material garantiza que sean duraderas y eficaces. Respecto a la cabeza del cepillo, es importante adquirir cepillos que tengan una cabeza de pequeño tamaño y redondeada. De este modo, el cepillo se ajusta correctamente a la boca del niño permitiendo llegar a todas las áreas, incluso las más complicadas de limpiar. Contrario a lo que los padres suelen imaginar, no hay un cepillo de dientes que funcione a la perfección para todos los niños. A continuación, le presentamos los mejores cepillos de dientes para niños adaptados a necesidades específicas:

a) Para niños pequeños: cepillos de dientes extra suaves Toddler Ultra Soft, Jordan Step 1, Oral-B Pro Kids, Vitis Baby 0-3 o Curaprox 5460.

b) Para niños que requieren un extra de motivación para cepillarse: cepillos de dientes musicales y/o eléctricos Seago, Sonic Brush V5, Junior o Innogio Giogiraffe.

c) Para adolescentes con tratamiento de ortodoncia: cepillos de dientes con cerdas suaves e interdentales TePe Orthodontic, Gum Ortho Atida, Vitis Orthodontic o Y-Kelin.

2. Las mejores pasta de dientes para niños: seleccionar la pasta adecuada para los más pequeños de la casa puede parecer una tarea bastante sencilla hasta que comienzas a buscar información en Internet. Obviamente, la cuestión de si debe o no contener flúor es un tema que suscita mucho debate, y por esto hemos querido aclarar todas las preguntas que suelen aparecer al momento de comprar dentífrico para niños. Para garantizar que la pasta de dientes sea segura y eficaz para los peques, es esencial que tomes en consideración los siguientes aspectos:

a) Niños de 0 a 3 años: la pasta dental que se emplee en el cepillado de los dientes debe contener 1000 ppm de flúor. Además, la cantidad de pasta que hay que poner sobre el cepillo tienen que ser del tamaño de una grano de arroz. Ejemplos de mejores pastas de dientes para niños con estas edades: Vitis Kids Gel (sabor a cerezas), Orgadent for Kids (frutas del bosque), Lacer Natur (menta) o Weleda Gel (maíz).

b) Niños de 3 a 6 años: el dentífrico tiene que ser el mismo, pero la cantidad de pasta que se utilice debe ser algo mayor (alrededor del tamaño de un guisante).

c) Niños de 7 o más años: los dentífricos que hay que utilizar para el cepillado de los dientes del niño han de contener 1450 ppm de flúor. Es importante recalcar que, a menudo, muchos dentífricos tienen el etiquetado sin actualizar. Por lo tanto, no hay que dejarse guiar por la edad que pone, sino por las partes por millón de flúor (ppm de flúor). Las pastas dentales con menos de 1000 ppm no previenen la caries en niños con más de 6 años.

Como último punto apunte, ¡recuerda que el cepillo y la pasta de dientes tienen que usarse tan pronto como erupcione el primer diente de su hijo! Además, el cepillado tiene que realizarse, al menos, dos veces al día y poniendo especial énfasis en la higiene dental nocturna. Durante las horas de sueño, es cuando más proliferan las bacterias de la boca. Por lo tanto, el cepillado dental tiene que ser muy riguroso después de cenar, si quiere salvaguardar la salud oral infantil de su hijo.

3. Enjuagues bucales para niños: escoger los colutorios dentales para niños también es una tarea difícil. Para facilitarle las cosas, aquí le exponemos algunas recomendaciones útiles antes de usar enjuagues bucales con los niños:

a) Edad: lo ideal es esperar a que los niños tengan 6 o 7 años antes de que usen enjuague bucal. Cuando alcanzan esa edad, los niños han desarrollado los reflejos necesarios para escupir los enjuagues bucales. Esto es esencial, ya que los colutorios contienen ingredientes perjudiciales para el organismo.

b) Elegir el enjuague correcto: la oferta de colutorios es amplísima. Por lo tanto, hay que tener en cuenta aquellos colutorios que se adapten a las necesidades específicas de la salud oral infantil.  Es importante considerar aspectos como la edad; los tratamientos de ortodoncia; la dieta; la prevención contra caríes o la eliminación de la placa bacteriana, ya que todos estos factores determinan la necesidad de usar uno u otro enjugue bucal. De ahí, que los odontopediatras siempre recomendamos a los padres que nos lo consulten previamente antes de permitir a sus hijos usar este producto. Ejemplos de enjugues bucales para niños: Vitis Junior (sabor multifrutas), Fluorkin (prevención de caries, sabor fresa), Flúor Lacer (caries/fresa), Oraldine 400 MI (menta) o Listerine Kids Smart Rinse (frutos rojos).

c) Los colutorios dentales son un complemento: bajo ningún concepto los enjuagues bucales deben utilizarse en sustitución del cepillo de los dientes y el uso del hilo dental.

d) Enjuagues como aliado de los tratamientos: si un niño está llevando a cabo un tratamiento de ortodoncia, es probable que los enjuagues resulten muy útiles para completar la higiene bucodental. Ejemplos de marcas más populares: Vitis Ortho, Orthokin, Gum Ortho, Lacer o Miradent.

e) Evitar el uso de enjuagues con alcohol: estos productos resecan la mucosa bucal y disminuyen la producción de saliva.

Preguntas frecuentes sobre salud oral infantil

10 preguntas más frecuentes realizadas a los odontopediatras

¿Cuándo llevar por primera vez a los niños al odontopediatra?


El primer diente de leche suele erupcionar alrededor de los 6 meses de edad. Por lo tanto, es justo en este momento cuando se debe iniciar el control de la salud bucodental. Las revisiones dentales prematuras son esenciales: sirven de orientación a los padres (especialmente, en ámbitos como la nutrición y los hábitos orales del niño); controlan el crecimiento de los dientes y, en caso de ser necesario, llevan a cabo tratamientos preventivos (uso de flúor, sellado de fosas y fisuras…) que salvaguardan los dientes y encías de los niños.

¿Pueden desarrollar caries dental los niños y niña?


Por supuesto, los dientes de leche también pueden desarrollar caries de la misma manera que lo hacen los dientes definitivos. Sin embargo, es necesario tener un mayor cuidado debido a las particularidades de la dentición temporal. De hecho, la caries tiene un efecto negativo en la salud oral mucho mayor cuando aparece en los dientes de leche. Dado que la dentición temporal es menos resistente que la definitiva, la caries tiene un impacto más profundo y veloz en el tejido nervioso de un diente de leche. Además, esto puede tener una repercusión negativa en la erupción y el crecimiento de los dientes definitivos. Por tanto, es esencial prevenir y tratar las caries dentales en las piezas de leche.

¿Cuándo deben comenzar a cepillarse los dientes los niños?


La limpieza de los dientes en casas es determinante, cuando se trata de evitar patologías en la salud oral de los niños (caries, gingivitis, periodontitis…). Es tan importante que, incluso antes de la aparición de los primeros dientes de leche, los padres deben usar gasas para eliminar los restos de papilla de las encías de los bebes. Cuando los primeros dientes hayan brotado y, preferentemente, de acuerdo con la recomendación del odontopediatra; se podrá incluir el uso del cepillo dental diseñado para bebés.

¿Qué clase de cepillo y pasta de dientes se recomienda que usen los niños?


La costumbre de cepillarse los dientes tras cada comida es más importante que el uso de un cepillo manual o eléctrico. Cualquiera de estos métodos es una excelente alternativa siempre que los padres animen a los niños a cepillarse los dientes correctamente y a cuidar de su salud oral desde una edad temprana. Sin embargo, el tipo de pasta dentífrica variará en función de la edad del niño. Hasta que los niños llegan a los 6 o 7 años de edad, fase en la que comienzan a regular su deglución, se aconseja la utilización de una pasta dental que incorpore un máximo de 500 ppm de flúor. A partir de entonces, los niños pueden usar pasta dental que contenga la misma cantidad de flúor que la usada por los adultos.

¿Qué clase de cepillo y pasta de dientes se recomienda que usen los niños?


Esto depende de las necesidades específicas de cada niño. De hecho, la frecuencia en las visitas debe ser establecida por el odontopediatra basándose en el estado de salud oral que presenta el niño. A medida que un tratamiento requiera más cuidados, lo habitual es que la frecuencia en las visitas al dentista se incrementen. Además, también es importante acudir a la clínica de un dentista incluso si el niño no muestra signos de patología oral (caries, periodoncia, maloclusión…). Esto se debe a que la Odontopediatría es una especialidad que también se encarga de evaluar si el desarrollo de los dientes y encías son correctos. Por ello, se aconseja llevar, al menos, una vez al año a los niños al dentista.

¿Cuándo comienzan a salir los dientes de leche y cómo es su evolución?


Los dientes de leche desempeñan un papel importante en el crecimiento de los niños, siendo las funciones relacionadas con la masticación y el habla las más destacadas. Aunque el momento en el que erupcionar los dientes puede variar en cada niño, lo cierto es que lo habitual es que los primeros dientes de leche aparezcan alrededor de los 6 meses de vida. Cuando el niño ha cumplido los 3 años de edad, debe poseer todos los dientes de leche (en total, 20 piezas). Alrededor de los 6 años de edad, la dentición temporal comienza a caerse para dar terreno a la erupción de los dientes definitivos. Como ya se apuntó con anterioridad, preservar la salud de los dientes de leche es esencial para el adecuado desarrollo de la dentición definitiva. Los dientes de leche tienen una función de guía, por lo que su estado afectará al posterior desarrollo de los dientes permanentes.

¿Cómo aliviar las molestias provocadas por la erupción de los primeros dientes?


Que los niños sientan dolores durante la erupción de los dientes el algo totalmente normal y muy frecuente. Para aliviar estas molestias (dolor, irritación o enrojecimiento de las encías), es importante visitar al dentista para escoger entre una amplía variedad de pomadas que disminuyen los dolores; así como el uso de mordedores. Además, se aconseja evitar que los bebés tomen el biberón con alimentos ricos en azúcar (por ejemplo, los zumos de frutas industriales), ya que estos se mantienen durante mucho tiempo en la boca, lo que puede provocar la caries del biberón.

¿Por qué los niños tienen mal aliento al levantarse de la cama?


La halitosis o mal aliento puede originarse en los niños por diversas razones. Generalmente, suele ocurrir por la presencia de caries dentales o enfermedades en las encías, como la gingivitis o la periodontitis. Sin embargo, el mal aliento en los niños también puede ser causado por la sinusitis o algún tipo de patología gástrica. Por esta razón, es esencial acudir regularmente al odontopediatra para que este determine el origen del problema y, en caso de ser necesario, derivar al niño a otros especialistas. En caso de ser un factor oral, el odontopediatra establecerá el tratamiento más adecuado para solucionar el problema que verdaderamente sea resultado de una de las enfermedades bucodentales que hemos mencionado

¿Qué debo hacer si mi hijo se rompe o se fractura un diente?


Las fracturas o pérdidas de dientes por traumatismos son muy frecuentes en niños. Si esto le sucede a tu peque mantén la calma y sigue los siguientes pasos. Si el diente que se ha desprendido es definitivo y está fuera de la boca, deberás cogerlo con cuidado y sin tocar la raíz. Si está sucio enjuágalo con agua y sin frotar. Acude inmediatamente al odontopediatra y lleva el diente, al ser posible dentro de la primera hora. Para transportarlo, lo ideal es que lo sumerjas en una bolsita de plástico con un poco de leche y pongas la bolsa en una taza a la que le añadas hielo. Si tu hijo es mayor de 12 años, puede transportarlo en la boca (con cuidado de que no se lo trague). También puede transportarlo en un paño húmedo. Si el diente desprendido es el de leche nunca se repondrá. Si el diente está astillado o roto, el odontopediatra determinará el tratamiento adecuado según la gravedad del daño. En algunos casos, el diente puede ser restaurado con una corona. En estos casos, mantén la calma, actúa con inmediatez y sigue las recomendaciones del odontopediatra para garantizar la salud y el bienestar dental de tu hijo

¿La odontopediatría ayuda a reducir el miedo de mi hijo al dentista?


Es común que los niños tengan miedo al dentista, pero hay estrategias para ayudarles a superar ese miedo. Es importante explicarles el proceso de forma sencilla y alentadora, y permitirles que hagan preguntas y expresen sus preocupaciones. Además, es fundamental buscar un odontopediatra que tenga experiencia en tratar a niños y que pueda ayudarles a sentirse cómodos durante las visitas. Otro aspecto a tener en cuenta es que los peques deben percibir la visita al dentista como algo positivo. Desaconsejamos que se utilice la figura del dentista como una amenaza o castigo para frenar un comportamiento, evitando comentarios como: “si sigues comiendo tantos caramelos el dentista te va a sacar los dientes”. Acudir a revisiones con frecuencia y antes de que suceda un problema ayudará a establecer una relación más positiva y de confianza con el odontopediatra. La clínica y el instrumental le resultará más familiar y mitigará los nervios causados por el desconocimiento.

Lactancia materna en la salud oral

 

La lactancia materna es la alternativa más recomendada por las entidades internacionales de pediatría y la Organización Mundial de la Salud, ya que proporciona la mayor cantidad de nutrientes para alimentar al bebé. Pese a ello, se dan circunstancias particulares que provocan que muchas mujeres rechacen la lactancia materna. La odontología materno-infantil, especializada en los bebés, es un nuevo campo de la Odontología que, de alguna manera, brinda a los odontopediatras la posibilidad de examinar y dominar los factores de riesgo de las enfermedades bucodentales antes de que estás se manifiesten. La lactancia materna ofrece muchas ventajas nutricionales para los recién nacidos, pero también influye positivamente en su salud oral.

Beneficios de la lactancia materna para los bebés


La leche materna posee anticuerpos que contribuyen a evitar patologías de todo tipo. Tanto a nivel de salud general como de salud bucodental. Entre otras afecciones orales, disminuye significativamente el peligro de desarrollo de caries dental del recién nacido. Respecto a los beneficios para la salud general, destacan: la reducción del peligro de infecciones; así como de enfermedades graves y enfermedades crónicas (asma, obesidad, diabetes tipo 2, celiaquía, hipercolesterolemia e hipertensión). Respecto a las ventajas de la lactancia materna relacionadas con la salud oral; es esencial resaltar que la actividad muscular de los bebés que reciben lactancia materna reduce la posibilidad de desarrollar patrones musculares disfuncionales, los cuales pueden ser propensos a la maloclusión o al surgimiento de trastornos de la articulación temporomandibular (ATM). Además, se ha comprobado que la lactancia materna promueve que el bebé respire correctamente, ya que favorece a un adecuado posicionamiento de la lengua y crecimiento de los músculos de la boca. En resumen, estos son los beneficios de la lactancia materna para la salud bucodental de los bebés:

Aporta minerales: tales como el fósforo o el calcio que favorecen la remineralización del esmalte dental.

Disminuye la desmineralización: aumenta el pH de la boca de los bebés. Esto refuerza el esmalte de los dientes evitando el desarrollo de caries.

Evita el crecimiento bacteriano: algunos elementos de la leche materna impiden el crecimiento de bacterias orales.

Facilita la lucha contra las bacterias: el amamantamiento promueve la producción de saliva. Como sabemos, la saliva es esencial en la eliminación de los restos de comida y de la placa bacteriana. Por lo tanto, también evita el desarrollo de bacterias orales.

Favorece el crecimiento adecuado de la estructura facial: que es esencial para la succión, la deglución y la respiración. Por ende, la lactancia materna previene futuros hábitos nocivos, como el uso excesivo del chupete o la succión del dedo pulgar.

Desarrollo de la mandíbula: la mandíbula se presenta de tal manera que encaja perfectamente con el maxilar superior. De este modo, el bebé desarrolla una mordida adecuada que le permite masticar correctamente los alimentos y un crecimiento adecuado de las piezas dentales

Facilita la respiración: favorece la respiración del bebé porque le obliga a respirar por la nariz y a colocar bien la lengua, así el paladar también adquiere la posición correcta.

La lactancia materna por un periodo prolongado puede perjudicar la salud oral


La leche materna es un fluido complejo biológicamente hablando, debido a que tiene una función protectora y es inmunomoduladora. La leche materna no es cariogénica en sí misma, es decir, no tiene un elemento concreto que promueva el desarrollo de las caries dentales. Ahora bien, es importante recalcar que si contiene lactosa, también conocida como la azúcar de la leche, que contiene azúcares. Por este motivo, es fundamental limpiar la cavidad oral de los recién nacidos tras el amamantamiento. Esta es la forma más efectiva de evitar que el azúcar de la leche materna puede perjudicar la salud oral de los bebés (en especial, cuando la lactancia materna se prolonga por mucho tiempo).

Alternativa a la lactancia materna: la caries del biberón


El biberón es una de las alternativas más habituales para sustituir la lactancia materna. Por esta razón, es particularmente relevante considerar algunas sugerencias con relación a la toma del biberón. Se ha de evitar añadir azúcar o miel a los biberones, ya que esto representa un factor de riesgo evidente para la caries dental en la infancia. La caries del biberón es una patología bucodental que afecta a los bebés y niños de corta edad. Ocurre debido a la prolongada exposición de los dientes a líquidos con azúcares -especialmente, durante los horarios nocturnos- cuando la producción de la saliva disminuye. Los alimentos que a menudo provocan la caries del biberón incluyen: leche materna en consumos excesivos; fórmulas para lactantes; zumos de frutas, bebidas gaseosas, jarabes y agua con miel.

Cuando este tipo de bebidas permanecen en la boca del bebé por mucho tiempo, los azúcares que contienen pueden alimentar a las bacterias presentes en los dientes y mandíbula. Estas bacterias generan ácidos que deterioran el esmalte dental, lo que alargo plazo puede desencadenar la aparición de las caries. Para evitar que el bebé desarrolle caries del biberón, se recomienda limpiar la cavidad oral y sus dientes antes de que se vaya a dormir. También es importante evitar o reducir el consumo de alimentos o bebidas con alto contenido en azúcar antes de acostarse, y evitar que se quede dormido con el biberón en la boca. Finalmente, acudir con el bebé a una clínica de odontopediatría de manera regular. Durante la consulta, el odontopediatra revisará que todo está bien en la cavidad oral del recién nacido.

Consecuencias de las caries en los dientes de leche


Es importante destacar la importancia de preservar la salud de los dientes de leche. Por norma general, los padres suelen pensar que, al tratarse de dientes temporales, no es necesario mantener una buena higiene oral. Sin embargo, los dientes de leche juegan un papel clave en la masticación, deglución y el habla del niño. En la actualidad, la caries dental es la patología bucodental más frecuente en la infancia. ¿Por qué es esencial cuidar los dientes de leche? Porque existe una relación directa entre los dientes de leche y los permanentes. Si se desarrolla caries dental en los dientes de leche, seguramente también se produzca en los definitivos. Además, la caries en los dientes de leche también tienen otras consecuencias negativas para los pequeños de la casa: dolor dental, desarrollo físico inadecuado, desaparición de piezas dentales, anomalías en la pronunciación de las palabras, etc.

En nuestra clínica Praxis Dental en Toledo contamos con un amplio equipo de profesionales de la odontopediatria. Si quiere garantizar la correcta salud oral de los niños o saber más sobre cómo influye la lactancia materna en sus dientes, ¡no dude en visitarnos!

El mal aliento en los niños

 

El mal aliento le ocurre a todo el mundo, incluso a los niños. No es raro despertarse con una carita somnolienta lista para un abrazo matutino, solo para ser recibido con un soplo inesperado y desagradable mal aliento. Si bien el mal aliento ocasional es normal, los problemas persistentes pueden indicar algo más. Exploremos por qué los niños experimentan mal aliento, cómo controlarlo y cuándo comunicarse con su dentista pediátrico.

¿Qué es el mal aliento o halitosis?


La halitosis o mal aliento es una afección muy recurrente tanto en adultos como niños. De hecho, resulta bastante normal que los más pequeños de la casa experimenten episodios esporádicos de mal aliento tras consumir alimentos con un fuerte aroma como el ajo, la cebolla o determinados quesos. Por otro lado, el aliento matutino también es otro responsable de la halitosis debido a la sequedad de la boca tras una noche de sueño larga y agradable. No obstante, si el mal aliento persiste incluso tras el cepillado de los dientes, es importante profundizar un poco más en cuáles son sus causas.

¿Qué provoca el mal aliento en los niños?


Los padres no deberían preocuparse demasiado por el mal aliento de sus hijos. No obstante, cuando la halitosis es persistente en los pequeños, podría ser un síntoma de algo más grave. Estas son las razones más frecuentes por las que los niños tienen mal aliento:

Higiene dental deficiente y/o presencia de caries: los pequeños de la casa aún están en una etapa de aprendizaje en lo que respecta al cepillado de sus dientes y el uso del hilo dental. Por lo tanto, es normal que algunos de ellos no sigan un correcto hábito de higiene bucodental. Con el paso del tiempo, esto puede provocar que desarrollen caries dentales y mal aliento. Si cree que su hijo no se cepilla correctamente o evita el uso de la seda dental, probablemente esta sea la causa de su halitosis.

Xerostomía y respiración bucal: la sequedad bucal es otro motivo muy común de la presencia del mal aliento en los niños. Cuando los peques de la casa respiran por la boca en lugar de la nariz, la producción de saliva se reduce. Como ya hemos explicado en otras ocasiones, la saliva desempeña un papel crucial en la eliminación de las partículas de alimentos y bacterias, por lo que su ausencia puede causar olores desagradables. Respirar por la boca en vez de la nariz es un fenómeno muy recurrente en los niños, sobre todo, cuando están resfriados y sufren algún tipo de alergia.

Enfermedades e infecciones: determinadas enfermedades (por ejemplo, resfriado, inflamación de garganta o infección de los senos paranales) provocan que la nariz de los niños estén tapadas continuamente, favoreciendo el desarrollo del mal aliento. Las bacterias se alimentan de la mucosidad generada durante estas enfermedades, generando también olores desagradables. La halitosis también puede ser causada por la amigdalitis y otras infecciones similares, ya que las bacterias pueden acumularse en las amígdalas y la garganta.

Llagas y aftas en la boca: las úlceras, cortes o llagas en la boca a veces pueden provocar mal aliento, especialmente si se infectan. Otras afecciones, como el reflujo ácido, pueden hacer que los olores suban desde el estómago hasta la boca.

Medicamentos: determinados fármacos tienen como efecto secundario la sequedad de la boca y, por tanto, pueden contribuir al desarrollo del mal aliento. Si su hijo ha comenzado recientemente a tomar un nuevo medicamento y su aliento ha cambiado, esta podría ser la razón.

¿Cómo deshacerse del mal aliento en los niños?


La buena noticia es que la halitosis suele requerir un tratamiento sencillo. Con una pequeña modificación de hábitos y constancia, los padres pueden contribuir de manera crucial al mantenimiento de un aliento fresco y dientes sanos de sus hijos. Estos son las medidas más importantes a desarrollar:

Cepillado, hilo y colutorio dental: la base de un aliento fresco es una buena higiene bucodental. Los padres deben alentar a sus hijos a:

-Cepillarse los dientes tres veces al día (una por cada comida principal) como mínimo durante dos minutos cada vez. Además, es importante comprobar que los niños emplean la técnica adecuada: primero, los dientes superiores; después, los inferiores.

-Utilizar seda o hilo dental tras el cepillado de los dientes, de tal manera que se asegure la eliminación total de los restos de comida que haya podido quedar en los lugares inaccesibles para el cepillo.

-Cepillarse la lengua, ya que esta tiene la capacidad de alojar bacterias y partículas de alimentos.

-Usar enjuagues bucales tras el cepillo y el hilo dental. Es importante que los colutorios estén al menos durante 30 segundos dentro de la boca antes de que los niños los escupan. Se recomienda el empleo de los enjuagues bucales por parte de los niños a partir de los 6 o 7 años de edad.

Correcta hidratación y alimentación: para evitar el mal aliento, también es importante animar a los niños a:

-Consumir el agua suficiente a diario. Como ya se indicó, el agua es esencial a la hora de mantener una producción adecuada de saliva. La saliva contribuye a eliminar las bacterias y restos de comida, evitando así el mal aliento. Además, se recomienda restringir el consumo de bebidas azucaras por parte de los niños, ya que favorecen el desarrollo de la caries en los dientes.

-Ingerir alimentos que ayudan a no tener mal aliento, como frutas (manzanas, naranjas, ciruelas o peras), verduras (zanahorias, espárragos, lechuga o el brócoli) o yogures sin azúcar. Por el contrario, restringir el consumo de alimentos como la cebolla, el queso azul o las golosinas.

Chequeos dentales regulares: las visitas dentales de rutina son esenciales para detectar y abordar problemas como la acumulación de placa, caries y problemas de encías. Los odontopediatras también ofrecen consejos útiles para la mejora de la higiene bucodental de los niños.

La mayoría de las veces, el mal aliento de su niño desaparecerá después de implementar una mejor higiene bucal. Sin embargo, algunos niños padecen la halitosis de forma crónica. Si un dentista determina que la boca de su hijo está saludable, es posible que lo transfieran a un médico de atención primaria para realizar pruebas adicionales y diagnosticar la causa subyacente de la halitosis. Sin importar cuál sea la causa del mal aliento, enseñarles a los niños a formar buenos hábitos de cuidado dental a una edad temprana puede ser vital en términos de su salud bucal en la adultez.