Láser dental ventajas en Odontopediatría

Durante la infancia, la salud bucodental de los más pequeños es muy importante en su desarrollo y tratar de que esta se produzca de forma fluida y sin problemas graves es una cuestión primordial. En Praxis Dental Toledo siempre os insistimos en la importancia de acudir con los niños regularmente a una clínica. Solo de esta manera podréis prevenir a tiempo cualquier tipo de anomalía en la boca de los más pequeños. Pero el dentista que les atienda debe ser un especialista en niños, es decir, un odontopediatra como el que tenemos en nuestra clínica. Los odontopediatras son odontólogos especializados en la salud bucodental de los niños. Uno de los avances más relevantes que se han producido recientemente en las clínicas de odontología infantil es el láser dental.

Hace apenas unos años, cuando los más pequeños asistían al odontopediatra sabían que este especialista comenzaría a meterles por la boca aparatos extraños que hacían mucho ruido. Instrumentos que, en el caso de no estarse quietos, podían producirles daño. Obviamente, esto provocaba que los más pequeños evitasen a toda costa visitar la clínica. No es de extrañar que muchos de ellos sintiesen un miedo real al tener que volver a ver a un dentista. No obstante, gracias al desarrollo de la tecnología láser esto ya es cosa del pasado. Al menos en clínicas como Praxis Dental Toledo, donde disponemos de un láser dental de última generación. A continuación, os presentamos la odontopediatria laser y sus ventajas.

¿Qué es y en qué consiste la odontología u odontopediatría láser?

Como ya habréis podido sospechar, la odontopediatria láser es aquella en la que utilizamos este aparato para llevar a cabo los procedimientos dentales. Hay muchas técnicas de odontología en las que este artefacto nos es de gran ayuda, dada su precisión y su capacidad para evitar hemorragias. Por norma general, los procedimientos con láser dental son menos dolorosos por estos dos motivos, y de ahí que ya la mayoría de las clínicas los hayan incorporado. Sin embargo, en este punto también juega un papel importante la habilidad del propio odontopediatra. Un buen odontopediatra debe realizar los procedimientos de la forma más efectiva, pero también debe saber tratar a los niños. Tiene que trasmitirles una sensación de seguridad y de comodidad. El láser dental se suele usar para tratar problemas bucodentales como quistes, llagas, aftas, regeneración de nervios y, por supuesto, para blanquimientos dentales. También se emplea para tratamientos de ortodoncia, pulpares, traumatismos, gingivitis y herpes labial.  Además, el láser nos permite ver todos los tejidos dentales y la encía de los niños en tiempo real. Por lo tanto, es vital a la hora de localizar posibles anomalías a tiempo. Existen dos tipos de láser dental: el de tejidos duros y el de tejidos blandos. Lo que les diferencia es la longitud de onda que emiten.

¿Entonces, cuáles son las ventajas del uso del láser en odontopediatría?

El láser dental ha llegado a las clínicas como Praxis Dental Toledo para quedarse. Son una magnífica alternativa, una gran oportunidad para mejorar la atención a la salud bucodental de los más pequeños de la casa. Esta herramienta, como ya hemos comentado con anterioridad, presenta unas características muy diferentes a las herramientas tradicionales tan temidas por nuestros hijos. La tecnología láser ha permitido que las molestias y el dolor, cada vez que el niño acudía a consulta, sean algo del pasado. Durante el uso del láser dental, apenas hay ruido alguno. Las vibraciones o el calor que desprenden las herramientas tradicionales ya no existen. Otra gran cualidad de esta tecnología es que es mucho, mucho menos invasiva. El sangrado en los tratamientos de tejidos blandos es ínfimo, es decir, su hijo tendrá muy pocas molestias tras la intervención.

Por otra parte, al tener menos molestias su hijo no evitará acudir a la clínica del odontopediatra. Por lo que los tratamientos pertinentes se podrán realizar con mayor velocidad y efectividad. Al mismo tiempo resultarán más cómodos para el niño. La odontología láser infantil tampoco requiere del uso de anestesia local, que sí es necesaria con las herramientas tradicionales por sus fuertes sonidos, calor y vibraciones. De nuevo, hay que señalar que este aspecto tranquiliza tanto a los padres como al paciente, en este caso el niño. Un niño relajado y cómodo, es un paciente fácil de tratar. Un paciente que no opone resistencia durante los procedimientos, recibirá un tratamiento más seguro, efectivo y rápido. Por lo tanto, esto hará que el tiempo en el sillón del dentista sea menor, lo que abarata los costes del tratamiento. Del mismo modo, la recuperación será más veloz y su hijo podrá volver a la rutina mucho antes.

La Academia Estadounidense de Odontología Pediátrica (AAPD) reconoce el uso de láseres como un instrumento beneficioso para brindar tratamientos especializados a los pacientes pediátricos, incluidas las personas con necesidades especiales.

Dientes temporales: caída y precauciones

La caída del primer diente de leche es uno de los acontecimientos más importantes de nuestra juventud. Para nuestros hijos, desde un punto de vista fisiológico, marca una nueva etapa en su crecimiento. Aunque, como todos los padres sabemos, cuando ocurre este evento nuestros hijos no piensan en ello, sino más bien en la llegada del famoso Ratoncito Pérez. Dicho esto, para los padres la caída de los dientes temporales  de sus hijos representa una cuestión sobre la que tienen muchas dudas respecto a la manera correcta de actuar. Sin ir más lejos, algunos padres, al primer síntoma de debilitamiento, no dudan en arrancarlos. Sin embargo, hacer esto es cometer una grave equivocación. Los dientes de leche, como veremos más adelante, no son un servicio temporal para los niños. Para aclarar este tipo de asuntos y enseñaros como debéis actuar cuando el primer diente de leche se desprende de la boca de vuestros hijos, hemos elaborado el siguiente artículo. Prestad atención.

¿Qué son los dientes de leche?

Dado que ya os hemos explicado de forma detallada lo que son los dientes de leche, no nos extenderemos mucho en este punto. Los dientes de leche son los primeros que nacen en la boca de los niños. Estas piezas temporales comienzan a brotar de las encías a partir de los seis meses de edad. Como todos sabemos, los dientes temporales brotan de forma lenta y progresiva hasta que el niño cumple los 24 meses. Los dientes leche se mantienen en la boca de nuestros hijos hasta que estos cumplen entre 11 y 12 años. Por norma general, los niños tienen 20 piezas temporales. Diez en la arcada superior y diez en la inferior.

¿Qué hacer cuando empiezan a moverse?

Cuando notemos que los dientes de leche de nuestro hijo se están empezando a mover, lo ideal es dejarlos que sigan su curso. Hay que tener en cuenta que el proceso de caída de un diente de leche puede durar meses. Por tanto, si precipitamos su caída –por ejemplo, usando nuestra mano- podemos dañar las encías de los niños. Además, forzar la caída de un diente causará dolor a nuestro hijo. Esta recomendación queda exenta cuando la pieza temporal esta tan suelta que el niño no siente dolor al moverla. En este caso, podemos ayudar a nuestro hijo a quitarse el diente de leche.

¿Cuándo se caen los dientes de leche?

Para la caída de los dientes temporales no existe una fecha exacta. No obstante, sí que hay una estimación bastante precisa. Los dientes de leche comienzan a desprenderse de las encías de los niños cuando tienen entre cinco y seis años. Por otro lado, este proceso concluye cuando nuestros hijos cumplen once o doce años. Sin embargo, puede haber variaciones importantes entre un niño y otro. Esto último suele estar relacionado con un condicionante genético, o bien con el hecho de que las piezas hayan salido antes de que él bebe tuviera seis meses.

Fases en la caída de los dientes temporales

Los niños, generalmente, tienen 20 dientes de leche que deberán cambiar. El proceso es muy sencillo. En primer lugar, los dientes definitivos comienzan a presionar a las raíces de los temporales, puesto que quieren brotar de la encía. Posteriormente, esta presión genera que los dientes de leche se deterioren y comiencen a moverse. Finalmente, se desprenden y dejan el hueco para los definitivos. Por norma general, la dentadura inferior definitiva es la primera que suele aparecer. Por ello, son dientes de leche inferiores son los que suelen caerse primero. Una vez empezado, suelen ir cayéndose sucesivamente arriba y abajo:

– Arcada inferior: los incisivos centrales sobre los 6 años; los incisivos laterales, a los 7 años; los caninos y primeros molares a los 9 y 10 años respectivamente, y los segundos molares a partir de los 11 años.

-Arcada superior: los incisivos centrales a los 7 años; los laterales a los 8 años; los caninos a los 11 o 12 años; los primeros molares alrededor de los 9, y los segundos molares a los 10 aproximadamente.

No obstante, puede que haya retrasos en la erupción de los dientes definitivos o, incluso, retrasos. En este caso, los padres no han de preocuparse, puesto que esto se debe a que tanto temporales como definitivos están correlacionados. Dicho de otra manera, el diente definitivo brotará de la encía según cuando lo haya hecho el diente que le precede.

¿Por qué debemos dejar que los dientes de leche se desprendan solos?

A continuación, veamos cuáles son las razones por las que no debemos retirar de manera apresurada los dientes de leche:

  1. Encías: el tejido de las encías es muy sensible. Al forzar la caída de los dientes temporales corremos el riesgo de dañar este tejido. En el caso de que ocurra este, probablemente, nuestro hijo tendrá que someterse a una cirugía para garantizar que no se produzca una infección, así como la correcta curación de la herida.
  2. Dolor: como es obvio, cuando forzamos la caída de un diente el niño sentirá dolor y molestias. El dolor es sinónimo de que el diente de leche todavía no está listo para desprenderse de la encía. Los dientes temporales necesitan tiempo para que su raíz se deteriore por la presión de las piezas definitivas. Hasta que el niño no deje de sentir dolor en la pieza temporal, no debemos forzar la caída de esta.
  3. Los dientes de leche guían a los definitivos: la dentición temporal hace de guía de la permanente. Los dientes definitivos presionan las raíces de los de leche hasta que están se disuelve y pueden brotar por el hueco sobrante. Sin embargo, si extraemos antes de tiempo un diente primario, los secundarios perderán su guía. En este caso, puede que la dentadura definitiva surja torcida e, incluso, en un lugar que no le corresponde.

Cuidados de los dientes definitivos

Cuando nuestro hijo ha desarrollado la dentadura definitiva, resulta imprescindible afianzar los hábitos de higiene y cuidado bucal. Recordad deben cepillarse los dientes después de cada comida, evitar en la medida de lo posible los alimentos ricos en azúcar y acudir de manera regular a una clínica dental.

Saburra lingual en niños

¿En qué consiste la saburra lingual?

Cuando en la lengua de los niños se forma una capa de color blanquecino, hablamos de saburra lingual. Esta anomalía se forma debido a la acumulación de los restos de comida, así como a las bacterias que se nutren de estos. La saburra lingual, por norma general, comienza a formarse en el extremo interior de la lengua. A medida que esta va ganando volumen, el dorso de la lengua se vuelve completamente blanco. A esta afección, en odontología, se le denomina lengua saburral. Antes de proseguir, hay que decir que la lengua siempre tiene una pequeña capa de color blanco, pero está no ocupa toda su superficie. En caso contrario, sí estaríamos ante un problema. Cuando el niño tiene una higiene dental adecuada y goza de buena salud, su lengua tiene un color rosado y se encuentra en un punto de humedad óptimo (ni muy húmeda, ni muy seca). Por el contrario, si existe una capa gruesa de color blanquecino en su lengua significa que algo no anda bien en su cavidad oral. Si se percata de que la boca de su pequeño presenta saburra lingual, es hora de que acuda a su odontopediatra de confianza.

Causas de la lengua saburral en los niños

La saburra lingual es un problema que se da tanto en adultos como en niños. No obstante, estos últimos presentan causas diferentes a la de los mayores a la hora de diagnosticar una lengua blanca. Veamos cuáles son los motivos de la lengua saburral en niños:

  1. Mala alimentación: uno de los principales motivos por los que un niño puede tener la lengua blanca tiene que ver con los alimentos que consume. Aquellos productos ricos en azúcares como la bollería industrial y las golosinas cuentan con una gran concentración de azuzar. Estos alimentos favorecen el desarrollo de bacterias en la boca y, por tanto, la aparición de la saburra lingual. Por esta razón, resulta imprescindible inculcar buenos hábitos alimenticios a los más pequeños. Los niños deben tomar mucha fruta, verdura y proteínas.
  2. Deshidratación: en especial, durante los meses de mayor calor. La deshidratación favorece que la boca de los niños sea más propensa a coger infecciones. Cuando ingerimos los suficientes líquidos, facilitamos el trabajo de la saliva. La saliva se encarga de eliminar los restos de comida de la boca e impide que las bacterias hagan su cometido. De ahí que los niños deban estar siempre bien hidratados.
  3. Higiene bucodental deficiente: como ocurre con la mayoría de los problemas bucodentales, una mala higiene dental también fomenta la aparición de la saburra lingual. Si usted ha detectado que su hijo tiene saburra lingual puede que su higiene bucodental no sea la adecuada. Llegados a este punto, resulta imprescindible que enseñe a su hijo a cepillarse los dientes correctamente. Que aprenda a hacerlo siempre después de cada comida.
  4. Candidiasis: los hongos pueden aparecer en los niños también y es una de las causas de la lengua blanquecina. La infección por hongos debe ser tratada por un médico en lugar de un odontopediatra. Esta suele desaparecer mediante antibióticos, pero es impredecible que el niño sea examinado por un profesional.
  5. Halitosis: solemos pensar que el mal aliento es una dolencia que solo presentan los adultos, pero no es así. Lo cierto es que los bebes y los niños también pueden desarrollar halitosis. Por ejemplo, problemas de salud como la gripe o la faringitis fomentan la aparición del mal aliento. Sin embargo, en estos casos la saburra lingual tiene muy fácil solución. Cuando tratemos el mal aliento del niño, la capa de color blanco de la lengua desaparecerá en un corto periodo de tiempo.

¿Qué síntomas produce la lengua blanca en niños?

Generalmente, esta anomalía se manifiesta del mismo modo que en los adultos. La lengua del niño tendrá un tono de color blanco. Esta capa no suele provocar ningún dolor, pero alterará la percepción de los sabores y olores. Además, también puede producir halitosis, como ya se ha indicado. En la clínica Praxis Dental de Toledo, pondremos a su disposición a nuestro odontopediatra más experimentado para que haga un diagnóstico de la lengua de su hijo. Para empezar, observaremos la lengua del niño. Después, le preguntaremos si siente algún tipo de dolor o de picor. De este modo, podremos diferenciar la saburra lingual de, por ejemplo, la candidiasis oral.

Consejos para evitar la lengua blanca en niños

Cuando se trata de una enfermedad en la cual, o bien el médico, o bien el odontopediatra, deben actuar, usted  debe acudir cuando antes a consulta. Solo mediante el trabajo de estos especialistas se podrá erradicar la lengua blanquecina. No obstante, cuando la aparición de la saburra lingual se deba a una deficiente higiene bucodental, puede adoptar estos consejos para evitar el problema:

– Asegúrese de que se cepilla los dientes después de cada comida con una pasta especial para niños.

– Evite que el biberón de su bebe contenga bebidas con azúcar.

– Enseñe a su hijo a llevar una alimentación sana.

– Acuda al odontopediatra con si hijo cada seis meses para un chequeo rutinario.

¿Cómo afecta el verano a la salud bucodental?

Por fin, llego el verano. La estación del año en la que muchos de nosotr@s podemos disfrutar de unas merecidas vacaciones. Lo mismo ocurre con los más pequeños de la casa, ya que por estas fechas están acabando sus clases. Ahora toca disfrutar de la piscina, de la playa y, por supuesto, de un buen helado. Durante estos meses calurosos, con días muy largos, tenemos la posibilidad de hacer muchas más actividades que en invierno. Sin embargo, se debe tener en cuenta que la subida de las temperaturas puede afectar a la salud bucodental. Además, durante las vacaciones solemos relajarnos y no prestamos la suficiente atención a la higiene dental. Recordad que nunca hay que descuidar la limpieza de los dientes y de la boca. Ahora bien, vayamos a lo que nos atañe: cómo cuidar los de nuestros hijos dientes durante el verano.

El calor en los dientes de los niños

Cuando llegan las vacaciones nuestros hijos tienen todo el tiempo libre del mundo para jugar con sus amigos, hacer deporte, bañarse en la piscina, etc. Por tanto, su cuerpo se expone a las altas temperaturas y a los rayos del sol. Obviamente, esto hace que su organismo pierda mayor cantidad de agua y, por ende, que tenga que adaptarse. La sequedad bucal es uno de los principales síntomas de deshidratación. Como ya os hemos contado en otras ocasiones, la saliva es vital para la protección de los dientes. Este elemento es capaz de diluir los azúcares de los alimentos ralentizando el proceso de formación de caries. Además, contribuye a la mineralización de los dientes y refuerza el esmalte. En definitiva, mantener los niveles adecuados de saliva es fundamental para  tener una boca sana. Por consiguiente, tenemos que prestar mucha atención a la hidratación de nuestros hijos durante estos meses de calor.

No obstante, esto no quiere decir que los niños tengan que pasarse todo el día bebiendo sin parar. Los refrescos sin azúcar, las frutas y las verduras contienen también grandes cantidades de agua. La deshidratación puede también favorecer a lo que denominamos boqueras o quelitis angular. Esta anomalía favorece la proliferación de las bacterias en la placa bacteriana. Cuando más elevados sean los niveles de bacterias en la placa, mayores posibilidades tendrán nuestros hijos de padecer caries o gingivitis (sangrado de encías, por inflamación de estas).

Higiene y salud bucodental en verano

La higiene dental es primordial si se quiere lucir siempre una sonrisa bonita y brillante. Durante las vacaciones de verano solemos relajarnos en muchos aspectos de nuestra vida. Por desgracia, esto también incluye en muchas ocasiones a la higiene dental. En este sentido, volvemos a repetir que es imprescindible asegurarse que el niño se cepilla, al menos, tres veces al día los dientes (tras las comidas principales). Además, nuestro hijo debe usar un cepillo de dientes acorde a su boca. Un cepillo que se ajuste bien a su cavidad oral para que de este modo pueda acceder a todas las partes de sus dientes y encías. También es importante que las cerdas de este no sean muy duras, ya que puede dañar las encías y el esmalte hasta provocar el sangrado. Por último, hay que comprobar que el dentífrico contenga flúor, así como intentar que el niño use el  hilo dental.

Alimentos para una sonrisa sana en verano

Durante el verano cambiamos nuestra rutina y con ella nuestros hábitos alimenticios. Especial atención merecen los más pequeños de la casa, puesto que durante el periodo estival ingieren muchos alimentos poco recomendables para los dientes (helados, refrescos, batidos, granizados…). Sin duda, unos hábitos, que pueden provocar que a nuestros hijos les salgan caries o cualquier otro tipo de enfermedad bucodental. Aunque resulta fundamental la higiene dental también debemos prestan atención a los alimentos que toman los niños. Los alimentos y bebidas ideales para prevenir patologías en la boca y los dientes son:

  1. Agua: ya lo hemos dicho anteriormente: el agua resulta fundamental para mantener los niveles de hidratación apropiados.
  2. Frutas y verduras: el melocotón, el melón, la sandía o el aguacate son frutas de temporada que aportan muchos nutrientes y agua a su organismo. Además, son las frutas que más interesan a los más pequeños de la casa. Por otra parte, las verduras como la lechuga, el peino y el tomate son ideales para refrescar el organismo y limpiar la cavidad bucal a medida que se ingieren.
  3. Lácteos frescos en general: el queso fresco y los lácteos en general, ya que son una gran fuente de calcio y ayudan a mantener fuertes nuestros dientes y la boca hidratada. El queso fresco contiene muchas proteínas que aporta un gran valor nutricional a nuestro cuerpo y para las ensaladas de verano funciona a la perfección.

Ahora que llega el calor no descuides la salud dental de tus hijos y la tuya

Alimentos para prevenir la caries infantil

La prevención frente enfermedades como la caries dental es el mejor método para garantizar una sonrisa y boca sanas. Como ya hemos explicado en otros artículos, desde que erupciona el primer diente de leche la posibilidad de contraer caries es un hecho. La caries dental se produce por la acumulación de restos de comida entre los dientes. Los azúcares de estos restos de comida son el «combustible» con el que se alimentan las bacterias. A mayor presencia de alimentos en la boca, mayor actividad bacteriana. Una actividad que consiste en crear ácidos que van debilitando los dientes de manera progresiva (desmoralización). Como consecuencia de esta perdida de minerales, los dientes comienzan a presentar manchar de color marrón oscuro, fracturas, agujeros y, finalmente, se destruyen. En este sentido, mantener una correcta higiene bucodental resulta clave para impedir que nuestros hijos desarrollen dolencias de este tipo. Sin embargo, la alimentación es también otro de los pilares fundamentales que permiten a los más pequeños tener su boca y dientes sanos. Dada la importancia de la alimentación en la salud dental, vamos a mostraros cuáles son los alimentos que deben tomar los niños para evitar la caries dental.

Alimentos ideales

Una dieta repleta de alimentos ricos en fibra es ideal tanto para que el niño crezca fuerte y sano como para cuidar de sus dientes y de su boca. El motivo está en que este tipo de alimentos requieren un mayor esfuerzo para masticarlos. Por tanto, ayudaremos a fortalecer el hueso maxilar y las encías de nuestros hijos, pero también a que segreguen más saliva. Cuanto mayor sea la cantidad de saliva en su boca, mayor higiene tendrán. La saliva ejerce una función de autolimpieza muy importante, puesto que evita la formación de la placa bacteriana y mantiene los dientes limpios. Además, la propia fibra que contienen estos alimentos contribuyen a que los restos de comida que pueden quedar entre los dientes desaparezcan. Una dieta rica en alimentos con fibra debe incluir: cereales (avena, arroz integral, etc.); legumbres (guisantes, judías, lentejas, etc.); hortalizas (zanahorias, lechuga, tomate, etc.) y frutas (manzanas, peras, naranjas, ciruelas, etc.).

Alimentos a vigilar

En general, se trata de todos aquellos productos con un alto contenido en azúcares. Debemos controlar que nuestros hijos solo tomen de forma esporádica este tipo de alimentos, puesto que contribuyen de forma esencial al desarrollo de la caries dental. Por supuesto, hablamos de caramelos, golosinas, chocolates, pasteles, galletas de chocolate, chicles, gelatinas, helados, paletas… Además, estos productos son muy viscosos, por lo que se adhieren con mucha facilidad a los dientes evitando que la sílaba elimine los azúcares. Asimismo se recomienda que su consumo se haga durante las comidas. De este modo, y tras el cepillado posterior a las comidas, nos aseguraremos de que los dientes de nuestros hijos están limpios. Por último, se debe restringir el consumo de bebidas azucaradas (refrescos, zumos industriales, bebidas energéticas, etc. ), ya que también contienen gran cantidad de azúcar. En definitiva, hay que evitar que nuestros hijos consumar productos con alto contenido en azúcar, pero sobre todo que no lo hagan entre horas.

Consejos para evitar la caries en los niños

Aunque ya lo hemos explicado en repetidas ocasiones, aquí os dejamos una serie de pautas a seguir para que vuestros hijos disfruten de una buena salud bucodental:

1. Limpiar con un una gasa humedecida en agua las encías del bebe desde su nacimiento.

2. Empezar la higiene bucal con la salida del primer diente de leche, dos veces al día; por la mañana y por la noche. Utiliza lo mismo que utilizabas anteriormente para frotar encías, lengua, cachetes y paladar.

3. En el caso de niños menores de un año, el cepillado puede llevarse a cabo usando solo agua, siempre y cuando, el bebe no consuma alimentos ricos en azúcar. A partir de los 12 meses el cepillado con pasta dental resulta fundamental. Recordad que el cepillo debe ajustarse al tamaño de la boca del niño. Además, las cerdas deben ser suaves para evitar daños en las encías o en los dientes de leche. Por último, el dentífrico debe contener flúor (en torno a 1000 ppm), pues evita la aparición de caries.

4. Si ya tiene sus muelas: pasar el hilo dental con mucho cuidado (puedes usar un hilo dental con cera).

5. En los niños más pequeños el cepillado debe estar siempre supervisado por un adulto, puesto que es la única manera de asegurar que la limpieza es la correcta. Además, estaremos inculcando a nuestros hijos una buena higiene bucodental. Aconsejamos dejar que tu hijo juegue y se divierta con el cepillo, ya que así el cepillado le parecerá mucho más ameno. Sin embargo, el adulto debe realizar la higiene hasta que el niño sea independiente.

En definitiva, mantener una higiene dental adecuada, controlar los alimentos que se consumen y el uso de productos remineralizantes como el flúor, contribuyen de forma fundamental a que nuestros hijos puedan tener siempre una sonrisa deslumbrante.

Odontopediatría en niños de 0 a 3 años

En Praxis Dental contamos con un fantástico equipo de profesionales con mucha experiencia en la Odontopediatría. Como muchos de ustedes sabrán, la Odontopediatría es una rama dentro de la Odontología que se enfoca en atender a los más pequeños de la casa. En nuestra clínica llevamos más de una década tratando toda clase de enfermedades bucodentales en los niños. Desde sus primeros meses de vida hasta la llegada de la pubertad. Comenzamos con la una exploración de la boca del paciente; seguidamente, detectamos las posibles anomalías; a continuación, estudiamos el procedimiento más adecuado; y, por último, aplicamos el tratamiento de forma rigurosa. Nuestro objetivo es que sus hijos puedan lucir siempre una sonrisa sana y brillante. Además, nos encargamos de trasmitir, tanto a usted como a su hijo, cuáles son los hábitos correctos de higiene dental. Al fin y al cabo, cepillarse correctamente los dientes es el método más efectivo para asegurar un futuro bucodental saludable. En Praxis Dental ofrecemos diferentes tipos de procedimientos en función de la edad del paciente.

En este post, vamos a mostrarle cuáles son los tratamientos de Odontopediatría que llevamos a cabo en los pacientes menores de tres años. Del mismo modo, le enseñaremos una serie de indicaciones para que la boca de su hijo este siempre sana.

1. Seguimiento dental desde el nacimiento

El secreto de una sonrisa sana está en la prevención. El mejor método para prevenir la aparición de anomalías bucodentales en los niños es seguir su evolución dental desde que nacen hasta que llegan a la adolescencia. En Praxis Dental llevamos años realizando chequeos dentales a los niños desde que llegan a este mundo. Como ya hemos comentado en muchas otras ocasiones, lo recomendable es llevar a los niños a consulta por primera vez cuando han cumplido los seis meses de vida. Por desgracia, pocos padres lo cumplen ignorando que esta puede ser la clave para que su bebe tenga en el futuro una salud dental de hierro. Los chequeos rutinarios desde edades tempranas son muy importantes por dos motivos. En primer lugar, mediante estos los padres reciben toda la información necesaria acerca de como debe ser la higiene dental de sus hijos. En segundo lugar, en la primera consulta se establece un programa de prevención para el paciente. Por tanto, los chequeos ayudan a evitar que los niños padezcan enfermedades como la caries dental. Además, gracias a estas visitas se pueden someter a tratamientos como la ortodoncia a tiempo.

2. Todo sobre los dientes de leche

La dentición primaria, es decir, los dientes de leche comienzan a formarse en la quinta semana de gestación. Su formación concluye cuando el niño tiene entre 24 y 30 meses. Una de las etapas más molestas durante la primera infancia es aquella en la que se produce la erupción de los dientes de leche. La razón es que durante este tiempo la encía de nuestros hijos está constantemente inflamada debido a la salida de las piezas dentales. En los casos más extremos la irritabilidad, el mal humor, la dificultad para comer ciertos alimentos y las diarreas, formar parte de la rutina del niño. Sin embargo, gracias a la Odontopediatría existen muchos métodos y tratamientos encaminados a aliviar estas molestias como, por ejemplo, el uso de mordedores.

Contrario a lo que muchos padres piensan, mantener una higiene dental correcta durante esta fase de la vida es muy importante. Los dientes de leche cumplen un gran número de funciones de vital importancia. Por ejemplo, la de permitir que el niño mastique bien los alimentos y, por tanto, que esté bien alimentado. También ayudan a mejorar la pronunciación de ciertas palabras. Del mismo modo, la dentadura primaria se ocupa de mantener el espacio para la salida y colocación adecuada de los dientes definitivos. Por el contrario, la perdida de un diente por caries o traumatismos puede originar anomalías en la colocación del resto de piezas dentales. Además, los dientes de leche favorecen el crecimiento de los maxilares y de los músculos faciales de forma idónea. Se debe recordar que algunos dientes de leche no se recambian hasta los 12 años de edad.

3. Referente al uso del chupete en la infancia

Para comenzar, el uso del chupete y la succión de los dedos, son hábitos de lo más normales en los niños que aún no han cumplido los tres años. Usted, debe saber que a partir de los dos años estas costumbres pueden afectar al desarrollo bucodental de los niños. En Praxis Dental recomendamos que estas prácticas sean eliminadas antes de que el niño cumpla los tres años. En caso contrario, probablemente la boca de su hijo presente secuelas en forma de maloclusiones. La maloclusión dental hace referencia a una incorrecta alineación de los dientes, así como a un tamaño diferente entre la mandíbula superior e inferior. Los síntomas derivados de esta anomalía incluyen: dificultad al masticar los alimentos, dolor en los músculos faciales, respiración por la boca sin cerrar los labios, dolores de cabeza frecuentes y problemas estéticos.

4. Higiene dental en los bebes

Aunque muchos padres lo ignoran, lo cierto es que la higiene bucodental es importante incluso durante los primeros meses del bebe. En nuestra clínica de Odontopediatría nunca nos cansamos de repetir que hay que limpiar la cavidad oral del bebe desde sus primeros meses de vida. Y es que esta es la clave para prevenir la caries en los más pequeños. Si todavía no han erupcionado los dientes de leche, solo es necesario limpiar las encías con una gasa húmeda. Por contra, una vez que ha brotado la primera pieza, los padres deben cepillarle dos veces al día la boca al niño. En este punto, cabe señalar que el cepillado debe ser especialmente meticuloso después de la cena. Recordemos que durante la noche producimos menos saliva, lo cual favorece el trabajo dañino de las bacterias. Una labor que puede desembocar en la aparición de las temidas caries. Respecto al cepillo, este debe ser adecuado al tamaño de la boca del niño. Además, no olvidemos que la pasta dental debe contener flúor.

Desde Praxis Dental esperamos que este artículo le haya servido para conocer que tratamientos de Odontopediatría se realizan en la primera infancia. No dude en consultarnos o en visitarnos si cree que su hijo necesita un chequeo o un tratamiento dental. Estamos en calle Agua, número 44, de Bargas (Toledo).

Llagas orales en los niños

En Dentistainfantiltoledo solucionamos cualquier tipo de dudas a los papas que acuden con sus hijos: como debe ser la higiene oral, como afecta la caries al niño, que hacer después de una intervención… Pero, también en nuestra consulta, resolvemos cuestiones a cerca de la presencia de llagas orales o aftas en la boca de los niños. De esta dolencia, más común de lo que se piensa, os vamos a hablar en este artículo.

¿En qué consisten las llagas o aftas orales?

Las aftas orales son llagas o úlceras que surgen en la cara interna de la mejilla, en los labios o en el paladar. Las llagas orales pueden presentarse de dos colores distintos: amarillo/rojizo (en este caso, la infección está en su máximo apogeo), y blanco (cuando la herida ha comenzado a curarse). Otra de las características de las aftas orales es la variabilidad de su tamaño pues dependiendo del grado de infección así será su magnitud. Cuando las llagas orales son de pequeño tamaño hablamos de una leve infección. Por el contrario, si la infección es grande la ulcera también lo será. En este punto, cabe reseñar que las llagas orales de gran magnitud resulta muy molestas y dolorosas para el paciente. Además, en los casos más graves puede darse el hecho de que las llagas erupcionen de forma masiva. Es decir, en lugar de que la boca del niño presente solo una herida se habrán formado varias (normalmente, entre tres y cuatro). Del mismo modo, dependiendo del grado de afección de las úlceras estas pueden durante entre 7 y 30 días. Durante este periodo el niño tendrá problemas para comer, lo cual afectara a su salud. De ahí, la importancia de conocer los tratamientos para curar las llagas orales.

Por último, cabe destacar que existe un caso aun más grave de aftas orales, las denominadas estomatitis aftosa. Esta clase de infección oral es la más grave de todas, ya que suele venir acompañada con fiebre, faringitis e inflamación de los ganglios del cuello. Se desconoce el motivo por el que aparece la estomatitis aftosa, pero se sabe que está relacionada con los componentes genéticos del paciente.

¿Por qué aparecen las llagas en la boca?

Existen múltiples motivos por los que aparecen las llagas orales en la boca. Sin embargo, las causas más frecuentes son estas dos:

1. Por infecciones: es la causa más común por la que el niño puede presentar llagas en su boca. Las aftas orales por infección son provocadas por un virus (principalmente, el herpes), una bacteria o un hongo. También es habitual que las infecciones se produzcan por alteraciones hormonales. En el caso de virus como el herpes simple, resulta de vital importancia cuidar que el niño no se toque la úlcera con el pie o la boca, ya que es contagioso. Por tanto, el herpes podría trasferirse a otras partes de su cuerpo. Los bebes y niños que presentar aftas orales suelen mostrarse muy irritados, dado que padecen molestias y dolores de bastante consideración.

2. Por Traumatismos: los traumatismos son el otro gran causante de las molestas y dolorosas úlceras en la boca del niño. Los traumatismos pueden ser de diferente origen: de un mordisco; de un golpe tras una caída; de un cepillado de los dientes demasiado brusco; de una restauración de una pieza dental que roza la mucosa oral, etc. Lo parte positiva de esta clase de aftas orales es que solo presentan un síntoma: las molestias y dolores que acarrea tener una herida en la boca.

Además, las úlceras pueden aparecer en la boca de nuestros hijos por muchas otras causas como las alergias alimentarias, la herencia genética, la falta de vitaminas y minerales, la ansiedad, la composición de la pasta de dientes, etc.

¿Como tratar las aftas orales?

Por norma general, las aftas orales no necesitan tratamiento. Es el propio organismo el que, con el paso de los días, se encarga de hacerlas desaparecer. Sin embargo, si las úlceras duran demasiado tiempo o si impiden una vida normal a nuestros hijos, podemos tomar las siguientes medidas:

1. Usar analgésicos: el ibuprofreso o el paracetamol, cada 8 horas, ayudan a aliviar el dolor más intenso.

2. Tratamientos tópicos: con ácido hialurónico (en gel, spray o enjuagues, según la edad y la localización de las llagas) o carbenoxolona (Sanodin) y solo en casos seleccionados y bajo prescripción médica con anestésicos locales como la lidocaína viscosa al 2% (fórmula magistral).

3. Cuidar la alimentación: como resulta lógico, para que el acto de masticar y deglutir los alimentos no resulte molesto para el niño, se debe poner especial atención en su dieta. La dieta debe ser blanda en la medida de lo posible. Asimismo se deben evitar alimentos muy duros, saldos, picantes o calientes.

4. hidratación abundante: en los casos más extremos -en especial, en los bebes-, cuando apenas seamos capaces de alimentar a nuestro hijo se recomienda el uso de soluciones de rehidratación oral que le aporten azúcares y minerales. Además, hay que asegurarse de que el bebe o el niño ingiere la cantidad de agua suficiente al día. De este modo, su organismo funcionara como es debido y, por tanto, la herida se le curara antes.

Consejos para prevenir las llagas en los niños

1. Adecuada higiene oral: se deben tomar las pautas oportunas para asegurar que los dientes y la boca de los niños están siempre limpios. La principal norma para asegurar esto es la de limpiar los dientes tras cada comida (desayuno, comida y cena), pero también tras la ingestión de cualquier alimento o bebida azucarada.

2. Dieta rica en verduras y frutas: estos alimentos aportar las vitaminas y minerales necesarios para el buen funcionamiento del organismo. Además, hay que evitar que el niño consuma alimentos ácidos. Por último, nuestro hijo no debe tomar platos demasiado calientes, puesto que estos favorecen el desarrollo de las llagas orales.

Biberón y chupete: salud dental infantil

El biberón y el chupete: salud bucodental infantil Algunas de las preguntas más frecuentes con las que nos topamos en Praxis Dental por parte de los padres cuando acuden con sus hijos son del tipo: ¿afecta el biberón al desarrollo de los dientes de mi hijo?, ¿si mi hijo lleva el chupete todo el día esto a la larga va a afectar a la salud de su boca?, ¿qué tipo de chupete es el más adecuado para cuidar de los dientes de mi hijo?, etc. En este post queremos mostraros todo lo que hay acerca de este «mito», dado que este tipo de cuestiones interesan cada vez más a nuestros pacientes.

Es cierto: ¿el chupete afecta a los dientes?

Si, cuanto más tiempo pase el bebe con el chupete en su boca, mayores posibilidades tendrá de desarrollar caries en sus dientes de leche. Concretamente, este tipo de dolencia se la denomina «caries del biberón». Un tipo de caries -de la que ya os hemos hablado en otras ocasiones- que se produce por la presencia prolongada en los dientes de elementos como la glucosa, la sacarosa y la lactosa. Estos componentes, derivados de la leche o los zumos, al estar en contacto durante mucho tiempo con la superficie de los dientes acaban por afectar al esmalte. No en vano, son ricos en azúcares que corroen rápidamente la superficie del diente. En otras palabras, los dientes al no estar correctamente aseados durante bastante tiempo desarrollan caries. Sin embargo, la «caries del biberón» no significa que sea este o el chupete sean los causantes de dicha enfermedad. En realidad, los responsables son los azúcares (glucosa, sacarosa y lactosa) que contienen los líquidos que hay presentes tanto en el biberón como en el chupete.

Para evitar esta clase de contratiempos se recomienda retirar al bebe el biberón nocturno una vez que haya brotado su primer diente de leche. Del mismo modo, durante el día hay que prestar atención constante a la limpieza bucal del niño, en especial, antes de irse a la cama. También es muy importante lavar la tetina del chupete de forma constante, ya que esta retiene muchos azúcares. Asimismo, es recomendable que el uso del biberón y del chupete no se prolonguen más allá de los primeros tres años. De todos modos, recientemente se ha demostrado que si el biberón se retira antes de los tres años los efectos de la «caries del biberón» son pasajeros. Por último, también debemos tener en cuenta que el uso prolongado del biberón y del chupete -más allá de los tres años- puede provocar otras afecciones como la mordida abierta. En definitiva, el uso del biberón, así como del chupete puede afectar a la dentición de nuestro bebe.

¿Cuáles son los biberones y chupetes recomendados?

Además, según el tipo de biberón o de chupete los efectos pueden ser graves o leves. En ambos casos, lo que marca la diferencia es la forma de la tetina y el material del que está compuesta. En estos momentos, podemos encontrar tetinas de biberón y de chupetes de los siguientes tipos:

1. Anatómicos: cuentan con una tetina en forma de gota aplastada que facilita la alimentación del bebe. Generalmente, están hechos de silicona, son muy resistentes y suaves. Además, imitan casi a la perfección el pezón materno durante la succión.

2. Fisiológicos: la tetina es más plana y proporcionada, lo cual permite un espacio mayor a la lengua en la cavidad oral. De este modo, la succión es más natural.

3. Compuesto de caucho: son los más populares, ya que a los bebes les encantan. Su diseño ayuda a respetar la cavidad oral, así como evita que el bebe sufra daños en las encías y en la mandíbula. La razón se debe a que estos imitan el pezón materno a la perfección y, por tanto, el bebe no necesita imprimir mucha fuerza durante la succión. Además, están hechos del material más natural. Sin embargo, por este motivo también su duración es menor.

4. Compuestos de silicona: son muy suaves, resistentes y muy duraderos. Cada vez son más sofisticados y su tacto se parece más a la piel y al caucho.

Por último, en el caso de los chupetes, su escudo puede ser de dos formas: redonda (la más común) y de mariposa (mejora la succión). Además, según su tamaño podemos encontrar tres tallas de chupetes: hasta los seis meses, desde los seis hasta los 12 y para mayores de 12 meses.

Resumen: tips para evitar la caries del biberón

Para finalizar, os recordamos las principales pautas a seguir para evitar la caries en los dientes de leche de los niños:

1. Reducir el consumo de bebidas dulces o azucarados.

2. No impregnar el chupete con dulces o miel.

3. Evitar que el bebe use el biberón lleno de leche como un juguete.

4. El agua deber ser la principal bebida que tomen a partir del primer año.

5. Enseñarles a lavarse los dientes lo antes posible.

6. Cuando crezcan, cambiar el biberón por vasitos o tazas.

Odontopediatría: los mantenedores de espacio

¿Has oído hablar sobre los mantenedores de espacio en odontopediatría? En caso contrario, presta mucha atención al siguiente artículo. Los mantenedores de espacio son uno de los tratamientos de odontopediatría más eficaces a la hora de corregir patologías en la dentadura de los niños. Por ejemplo, a nuestra clínica de Praxis Dental resulta común que acudan niños que han perdido un diente de leche. Al faltar ese diente ya no hay nada que impida el movimiento de los adyacentes hacia el espacio que ha quedado libre. Esta patología -más común de lo que pensamos- puede traer consigo serios problemas a la hora del correcto desarrollo de la dentadura definitiva. Y es que los dientes que invaden este espacio impiden la salida -al menos, adecuada- de los definitivos. Es en este punto, donde entra en «acción» los mantenedores de espacio. Como su propio nombre indica, los mantenedores de espacio son dispositivos que se encargan de mantener abierto el espacio dejado por los dientes de leche perdidos. Dicho de otro modo, a través de este tipo de tratamientos usted se asegurará de que los dientes definitivos de su hijo podrán erupcionar sin complicaciones.

¿Qué tipos de mantenedores de espacio existen en odontopediatría?

Los últimos avances en odontopediatría han permitido el desarrollo de diferentes clases de mantenedores en función de su composición: de metal, de plástico o de acrílico. Del mismo modo, debemos diferenciar entre mantenedores de espacio fijos y móviles. Independientemente de la clase de dispositivo que se escoja, el niño solo deberá someterse al tratamiento cuando el odontopediatra lo recomiende. Solo esta clase de profesionales sabe cuándo es necesario un tratamiento de este tipo. Además, por razones obvias, su colocación debe permitir un cepillado adecuado de los dientes. Si su hijo ha perdido uno de sus dientes de leche no dudes en ponerte en contacto con nosotros o visite nuestra clínica. En Praxis Dental contamos con un equipo de profesionales muy eficaz liderado por un odontopediatra muy experimentado.

1. Mantenedores de espacio fijos: son dispositivos construidos sobre coronas que van colocadas en las piezas adyacentes al espacio que ha quedado libre. En dicho espacio se suelda un alambre que lo mantiene abierto impidiendo que el resto de piezas se desplacen. Por norma general, el odontopediatra lo utilizará para mantener el espacio de un solo diente. Esta clase de aparatos suelen usarse para reemplazar incisivos y caninos. Se caracterizan por ser de metal, por dificultar la higiene y por afectar a la estética del niño. Sin embargo, son más económicos que los removibles y no necesitan vigilancia continua.

2. Mantenedores removibles: se hacen sobre materiales como la resina y se mantienen en su posición por medio de ganchos adheridos a los dientes, los cuales actúan como pilares. En caso de necesitar recuperar un espacio, se les puede añadir tornillos o muelles. Una de las mayores ventajas de este tipo de aparatos es que permiten el reemplazo de varios dientes a la vez. Por otra parte, resultan mucho más estéticos que los fijos, así como un cepillado adecuado de la boca. Sin embargo, son dispositivos más costosos y necesitan de constantes revisiones por parte de la clínica de odontopediatría.

¿Por qué mi hijo ha perdido un diente de leche?

El motivo por el que su hijo puede necesitar un mantenedor de espacio ya lo hemos explicado: «asegurar que sus dientes definitivos pueden erupcionar sin problemas». Ahora bien, ¿cuál es la razón por la que ha perdido un diente de leche de forma prematura?.

En primer lugar, puede deberse a la existencia de una caries dental que ha destruido el diente. Contrario a lo que solemos pensar, en los dientes de leche también se forman caries que pueden acarrear su perdida. Por este motivo, ¡hay que enseñar buenos hábitos de higiene dental a los niños! La perdida de los dientes de leche también está relacionada con traumatismos, infecciones y la agenesia. La agenesia es una patología que se caracteriza por la ausencia de un diente de leche, es decir, la pieza no se ha formado. Sin importar la causa, resulta de vital importancia que, ante la falta de un diente de leche, la boca de nuestro hijo sea revisada por un odontopediatra. Solo estos profesionales cuentan con los conocimientos necesarios para preservar la salud dental de los más pequeños.

¿Qué ocurre si no se utilizan los mantenedores cuando es necesario?

Si no se utilizan los mantenedores de espacio probablemente los dientes definitivos erupciones torcidos. Entre los problemas derivados de una dentadura desviada destacan:

1. La caries: resulta complicado limpiar correctamente los dientes que han erupcionado torcidos. Por tanto, las probabilidades de padecer caries se multiplican, con lo que eso conlleva: dolor de muelas, sensibilidad dental, agujeros en los dientes, manchas de color marrón en el esmalte, etc.

2. Dificultad para masticar: como es obvio, cuando alguien tiene los dientes desviados su mordida es incorrecta. Entre los problemas que una mordida torcida acarrea encontramos: dificultad para masticar, problemas estéticos, mal aliento, bajo autoestima y tratamientos ortodóntico.

Resumiendo, los mantenedores de espacio evitarán que su hijo tengan muchos problemas de salud y de estética oral. Si crees que es necesario someterlo a esta clase de tratamientos llévelo cuanto antes a la clínica de odontopediatría

Caries: presencia en niños

Contrario a lo que muchos padres creen, el desarrollo de la caries en los niños también debe seguirse muy de cerca. Según la Organización Mundial de la Salud en nuestro país el 31% de los menos de 6 años presentan esta afección en sus dientes. El pasado día 20 de noviembre se celebró el Día Mundial de la Infancia. Desde Dentistainfantiltoledo hemos querido homenajear a los más pequeños recordándoros cómo podéis evitar este tipo de patologías en sus dientes.

LA CARIES ESTÁ MUY PRESENTE EN LOS NIÑOS

Antes de entrar de lleno en cómo prevenir y solucionar la caries en los dientes de los niños, veamos su presencia en ellos. En estos momentos la OMS estima que más de 530 millones de niños tienen caries en los dientes de leche, por tanto se trata de un problema que no podemos ignorar. Además este dato tan negativo se ve acrecentado cuando dicha institución estima que el 70% de los menores de cuatro años jamás han ido a consulta para hacerse un chequeo. Como ya hemos dicho en numerosas ocasiones, para evitar cualquier tipo de patología en los dientes de los niños, incluida la caries, debemos llevarlos a un odontopediatra al menos una vez al año. Se recomienda que la primera consulta para una revisión se haga cuando el bebe ha cumplido los seis meses. Sin embargo, los datos de la OMS demuestran que los padres siguen ignorando esta patología como parte de la vida de sus hijos. La razón es que piensan que como los dientes de leche se van a caer su estado no es importante. ¡Craso error!, pues los dientes de leche pueden enfermar de caries a los definitivos, provocar que estos no erupciones correctamente y muchas otras dolencias.

¿POR QUÉ APARECE LA CARIES?

La caries es una patología cuyo origen puede deberse a varios factores, principalmente, a la falta de higiene de los dientes y al consumo excesivo de alimentos ricos en azúcares. Cuando los dientes están demasiado tiempo expuestos a los ácidos provenientes de los azúcares y almidones terminan por deteriorarse. Y es que las bacterias que se encuentran en la boca se alimentan de los restos de comida. Sí no se cepillan los dientes las bacterias aumentarán sus ataques de ácido sobre el esmalte. Al comienzo, surgirán pequeñas manchas de color blanco. En este punto, hay que decir que la patología todavía es leve y puede evitarse su expansión. Sin embargo, cuando el proceso está más avanzados, es decir, cuando haya presencia de manchas oscuras, la perdida de minerales del diente ya es inevitable. Finalmente, la perdida de minerales traerá consigo el deterioro del diente en forma de caries. Un proceso degenerativo que implica sí o sí su tratamiento pues de lo contrario se extenderá a otros dientes y causara fuertes molestias en la boca del paciente.

¿CÓMO EVITAR LA CARIES?

Para evitar la aparición de la caries hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:

1. Consumir menos alimentos ricos en azúcar: hace mucho tiempo que se demostró que alimentos como las golosinas, los dulces y los refrescos azucarados favorecen el desarrollo de caries. En este punto, resulta imprescindible que nuestros hijos consuman menos alimentos azucarados. En su lugar, se debe potenciar el consumo de frutas y verduras.

2. Cuidado con la caries del biberón: la caries del biberón es una patológica dental que afecta a los niños que se encuentran en el periodo de lactancia. Este tipo de caries surge cuando el bebe se queda dormido con el biberón en su boca. Al pasar tanto tiempo con líquidos ricos en azúcar en la boca (leche, jugos, etc.) estos corroen el esmalte provocando la temida aparición de la caries.

3. Impedir la trasmisión de bacterias: se debe evitar chupar el chupete del bebe pues podemos correr el riesgo de trasmitirle las bacterias de nuestra boca a la suya.

4. Acudir a una revisión de forma habitual: la consulta de un odontopediatra es la indicada a la hora de prevenir y reparar la caries en los dientes de los niños. Cuanto antes visitemos al odontopediatra, menores serán los riesgos a los que se enfrenten los dientes de nuestros hijos.

LA IMPORTANCIA DEL FLÚOR EN LOS DIENTES DE LECHE

El flúor es un mineral que protege los dientes de los niños y evita que se desarrolle la caries. Su odontopediatra le recomendará -según la edad del niño- la aplicación de las siguientes cantidades de flúor:

1. Erupción del primer diente hasta los 9 meses de edad: se debe limpiar el/los dientes que ya han brotado con un cepillo y una pasta especial para bebes (menos de 1000 ppm de flúor). La cantidad a usar no debe exceder el tamaño de un grano de arroz.

2. Desde los 3 a los 4 años de edad: aplicar dentífrico con 1000-1450 ppm (partes por millón) de flúor y con un tamaño de un guisante. En este caso, ya se pueden cepillar los dientes tres veces al día.

3. Entre 4 y 6 años de edad: el dentífrico, así como la cantidad de cepillados debe ser similar al anterior caso. Sin embargo, a esta edad el niño debe ser capaz de cepillarse por si solo los dientes.

4. Desde los 6 hasta los 12 años: durante este lapso de tiempo se terminan de desarrollar los dientes definitivos. Por tanto, es muy importante que la higiene sea la adecuada. Para ello es necesario el cepillado después de cada comida, aplicar una cantidad equivalente a un garbanzo y que la pasta contenga, como mínimo, 1450 ppm de flúor.

Preguntas: odontología para bebes

¿Estamos cuidando bien la boca y los dientes de nuestro bebé? Ésta es una de las cuestiones que nos plantean los padres de forma más recurrente cuando acuden con su bebe a nuestra consulta de Praxis Dental. Pues bien, la mejor manera de responder a esta pregunta es conociendo la respuesta a otras cuestiones.

1. ¿Cuándo se empiezan a formar los dientes de leche? ¿Y los permanentes?

Los dientes de leche comienzan a desarrollarse a partir de la sexta semana de embarazo, y su formación concluye cuando éstos erupcionan. Por este motivo, resulta muy importante que la madre embarazada siga una alimentación saludable. Por ejemplo, cuando un niño nace prematuro tiene muchas más probabilidades de sufrir alteraciones en su esmalte, ya que no ha contado con el tiempo adecuado para formarse por completo. Por otro lado, los dientes definitivos o permanentes empiezan a desarrollarse pocas semanas antes del parto, concluyendo su estructura cuando el bebe ha cumplido los tres años. En este caso, hay que tener en cuenta que la medicación puede influir en el correcto desarrollo del esmalte de los dientes definitivos.

2. ¿Qué valor tiene la lactancia para el desarrollo de la boca del bebé?

La lactancia es una etapa muy importante en el desarrollo de la boca del bebé. Para que la boca se forme correctamente debe haber trascurrido antes un tiempo en el que el bebé haya estado succionando el pecho de su madre. Está científicamente demostrado que los niños que han tenido una lactancia adecuada presentan menos dificultades derivadas de las maloclusiones que aquellos que han sido alimentados con el biberón desde los primeros meses.

3. ¿Cómo se debe usar el biberón para que la boca del niño se desarrolle correctamente?

Por lo dicho anteriormente, se recomienda retrasar lo máximo posible el uso del biberón en la alimentación del bebé. Ahora bien, cuando ya hemos comenzado alimentar a nuestro hijo con el biberón debemos tomar ciertas precauciones para que éste no perjudique al desarrollo de su boca. En primer lugar, adquirir un biberón que tenga un flujo similar a los senos de la madre, ya que de este modo el bebe seguirá haciendo los mismos ejercicios de succión. ¡Jamás!, añadir azúcar o miel en el biberón dado que estos alimentos favorecen la aparición de la temida caries del biberón. Por otro lado, cuando en la boca de nuestro bebé haya emergido el primer diente de leche debemos evitar el uso del biberón por las noches. En caso contrario, hay que realizar una limpieza bucal antes de que el bebé duerma. Por último, limitar el uso del biberón durante el primer año o año y medio de vida, y evitar el uso del chupete (de lo contrario, hacerlo como máximo hasta durante los 24 primeros meses del niño).

4. ¿Ocurre algo si mi bebé se chupa el dedo?

Generalmente, no. El hábito de chuparse el dedo es un acto reflejo propio de esta etapa de la vida. Incluso cuando el niño todavía está dentro de la madre ya lo podemos contemplar succionando el dedo. Lo normal es que este hábito desaparezca por si solo antes de los tres años. Sin embargo, en algunos casos no ocurre esto pudiendo ocasionar secuelas en la mordida del niño. Si esto ocurriera, acuda cuando antes a Praxis Dental y nuestro odontopediatra podrá asesorarle.

5. ¿Debo mantener sanos los dientes de leche si se van a caer?

Rotundamente, sí. Una boca sana durante la juventud dará pie a que nuestro hijo tenga una sonrisa brillante cuando sea un adulto. Cuando existen afecciones en los dientes de leche como por ejemplo, caries o maloclusiones, los dientes definitivos pueden verse afectados. Además los unos dientes de leche sanos harán que su hijo pueda masticar y hablar correctamente. Y, no olvide, una sonrisa sana aumentará la autoestima.

Por todas estas razones, el cuidado de los dientes de nuestro hijo debe comenzar cuanto antes. Antes de la erupción de los dientes se recomienda masajear las encías con una gasa mojada en agua. Posteriormente, tras la irrupción del primer diente es fundamental proceder a su limpieza -al menos, dos veces al día- con una pasta dental especifica para bebes. A partir de la irrupción de las muelas (18-24 meses) también se deberá hacer uso del hilo dental antes de irse a dormir. Finalmente, recuerde que los niños carecen de la habilidad suficiente para lavarse solos la boca, por lo que es su responsabilidad supervisar el cepillado (al menos hasta que cumplan los 8 años).

6. ¿Qué pasta de diente debo usar según su edad?

6.1. Entre 6 meses y 3 años: debemos cepillar los dientes como mínimo dos veces al día (por la mañana y antes de dormir). La pasta debe contener 1000 partes por millón (ppm) de flúor, y debemos aplicar una tan solo una pequeña bolita del tamaño de un grano de arroz.

6.2 Niños de 3 a 5 años: deben cepillarse los dientes dos o tres veces al día con un dentífrico que contenga 1000 ppm de flúor en una cantidad del tamaño de un guisante.

6.3. Niños demás de 5 años: cepillarse los dientes un mínimo de tres veces al día con una pasta de dientes de, como mínimo 1450 ppm y tamaño, aproximando, de la anchura del cabezal del cepillo.

7. ¿Cuándo debo llevar a mi hijo al odontopediatra?

Está cuestión ya la hemos tratado antes en varias ocasiones. Cuanto antes llevemos a nuestro hijo a la clínica mayores probabilidades tendrá de desarrollar una boca bonita y sana. Lo ideal sería que el odontopediatra cheque por primera vez al bebe cuando este tenga entre 6 y 12 meses. Recuerda que debes ir al dentista para que te enseñe las herramientas de que dispones para intentar que tu hijo nunca padezca caries dental, no para tratarlo.

¿Cómo surgió la odontopediatría?

Como la mayoría de vosotros sabréis la odontopediatría es una rama dentro de la odontología que se encarga de tratar a los más pequeños de la casa. Los odontopediatras se ocupan de que la boca de los niños -desde su nacimiento hasta la pubertad- luzca siempre sana y brillante. Estos profesionales disponen de un mayor conocimiento, una mayor experiencia y las mejores herramientas para el tratamiento dental en niños que cualquier odontólogo convencional. La odontopediatría se ha convertido en una rama ontológica primordial cuando se busca un diagnóstico y una prevención eficaz. Gracias a la odontopediatría se pueden prevenir un gran número de afecciones dentales, incluidas, las derivadas de la erupción de los dientes, las malformaciones y la caries. Y es que, durante los primeros años de vida del paciente es cuando el odontólogo puede llevar a cabo un diagnóstico realmente preventivo.

La aparición y evolución de esta rama de la odontología incluye un gran número de ventajas que más adelante repasaremos. Ahora bien, muy pocos conocen el origen de la odontopediatría ¿cuando surgió?, ¿cómo lo hizo? ¿quiénes fueron sus fundadores?… En Dentistainfantiltoledo estamos encantados de responderos a todos estos interrogantes.

Orígenes de la odontopediatría

La odontología surgió entorno al año 300 AC cuando los egipcios comenzaron a incrustar piedras preciosas en los dientes. Si bien esta ciencia de la salud cuenta con una historia muy rica y prolongada no es así el caso de su «hermana pequeña» la odontopediatría. Aproximadamente dos mil años después de la invención de la odontología se tuvo constancia por primera vez de la asistencia dental en niños. Concretamente, a finales del siglo XVIII se comenzaron a realizar las primeras intervenciones dentales infantiles en países como Gran Bretaña o Francia. Poco después la prestigiosa Asociación Dental Británica (British Dental Association) recomendó al gobierno de su país el tratamiento dental escolar fuese obligatorio. Sin embargo, no fue hasta un siglo después cuando podemos considerar que nació la odontopediatría.

Este proceso no se desarrolló en un lugar y una fecha exacta sino que fue el resultado de una sucesión de diferentes acontecimientos. Por ejemplo, en Estados Unidos abrió sus puertas en la ciudad de Nueva York la primera clínica que incluía asistencia odontopediatrica en 1901. Sin embargo, fue en la ciudad francesa de Estrasburgo donde se puso en marcha la primera clínica del mundo que trataba exclusivamente a niños un año más tarde. Este centro dependía directamente de la Policlínica Universitaria. Poco después, en Nueva York el acaudalado hombre de negocios George Eastman aporto una gran suma de dinero para que en 1905 viera la luz una gran clínica de odontopediatría. Centro que se convertiría en el lugar ideal para que jóvenes licenciados en odontología se especializarán en la disciplina que acababa de nacer. En 1913 se crea la primera sociedad científica dedicada a la odontología infantil. Fue en Detroit donde catorce dentistas formaron el Pedodontic Study Club con el objetivo de perfeccionar los conocimientos en el tratamiento dental. En 1925 se transformó en organización nacional y 2 años más tarde se fundaba la American Society of Children´s Dentistry, apareciendo en 1928 la primera revista científica dedicada a la odontología pediátrica, el actual Journal of Dentistry for Children.

Durante los años cuarenta tuvieron lugar los dos últimos sucesos que impulsaron definitivamente la odontopediatria. En primer lugar, esta nueva rama de la odontología se incluyo en el programa estatal de estudios universitarios estadounidense en 1941. Por tanto, se reconocía legalmente a la odontopediatría como una disciplina aparte de la odontología. Finalmente, en 1942 se reconocía al fluoruro como elemento fundamental para la prevención de la caries. Actualmente la odontopediatría se ha convertido en una rama fundamental de la odontología, ambas disciplinas se complementan.

Ventajas de la odontopediatría

Sin duda, no hay nadie mejor que un odontopediatra para cuidar de la salud bucodental de los más pequeños. Y es que junto a la licenciatura en odontología el odontopediatra dedica otros dos o tres años más para formarse en problemas relacionados con la boca de los niños (bruxismo, caries del biberón, la erupción de los dientes, etc). Entre las ventajas de esta disciplina destacan:

1.Comodidad y facilidad de trato: además de los aspectos clínicos, los odontopediatras también están especializados en tratar a los niños desde el punto de vista psicológico. Porque, como pacientes, los niños no son precisamente adultos en pequeño. Muchas veces se impacientan, se bloquean, sienten miedo… y no son cooperativos durante una revisión dental.

2.Mejor prevenir que curar: como ya hemos dicho en otras ocasiones el momento ideal para llevar a nuestro bebe a la clínica es a partir de los seis meses. Solemos darle menos importancia de lo que en realidad necesita la dentadura de leche. Sin embargo, la odontopediatría ha demostrado que esto es un grave error por parte de los padres. Hay que acudir al dentista cuando comienzan a salir los primeros dientes de leche, puesto que de lo contrario puede haber consecuencias graves para la salud oral de los niños, así como para los dientes definitivos del paciente.

3.Mejora la higiene bucal de los niños: un odontopediatra enseñará a los más pequeños a cepillarse de forma correcta los dientes y a aprender a usar el hilo dental. Asimismo nos informa de cuáles son los alimentos más adecuados para evitar la caries.